No duró mucho la alegría en un
pueblo que se las prometía muy felices, porque, a pesar de
tener tan sólo unos tres mil habitantes, había tenido el
honor de poder organizar todo un Campeonato del Mundo de
parapente.
Me estoy refiriendo a mi propio pueblo, Piedrahita, en la
provincia de Ávila, el campeonato es en Piedrahita y lo
organiza esta misma localidad.
El pasado domingo había sido una auténtica fiesta, con la
presentación por todo lo alto de los cincuenta países
participantes, unos países tan distintos en todo como
Alemania, Argentina, Venezuela, Grecia, Nueva Zelanda,
Canadá, Chile, India, Rumania, EEUU, Rusia, Suecia, Holanda,
Italia y un largo etc.
Las competiciones comenzaron el martes y ya en la primera
manga parece que se estuvo a punto de batir un record
mundial, por parte del vencedor de la misma, un piloto
sueco.
El miércoles fue la segunda manga y ahí llegó la tragedia,
dos pilotos muertos en poco más de una hora de intervalo, el
primero a muy poca distancia de la pista de salida, a
escasos cinco kilómetros y el otro a unos cuarenta y cinco
kilómetros, en una zona totalmente despejada, cuando parece
que volaba a más de mil metros de altitud.
Dos pilotos, pues, un argentino y un chileno dejaban la vida
en la prueba que era la ilusión de su vida y que, de rebote,
había sido la ilusión, desde hace muchos meses, de todo un
pueblo que puede jactarse de ser capaz de organizar todo un
Campeonato del Mundo.
El jueves ha sido un día triste, día de luto oficial, tras
haberlo decretado así, en la tarde del miércoles, un pleno
extraordinario del Ayuntamiento de Piedrahita.
Jueves y viernes, por tanto, ondean las banderas a media
asta, por haber considerado estas muertes, en accidente,
como si fueran propias del pueblo.
Y..., lo que no había sido una información del
acontecimiento, de su lujosa presentación, lo ha sido del
accidente, en el que una gran cantidad de medios se han
recreado, ABC, Gaceta de Salamanca, El Mundo, Antena 3TV, la
propia TVE, sin contar las televisiones regionales, que sí
estuvieron, también, en la parte más alegre y que han estado
en lo amargo.
Esto, precisamente, el que corran ríos de tinta cuando está
el morbo de las muertes, es lo que tiene de mal humor a una
gran parte del pueblo que, aunque pequeño, también tiene su
corazoncito y sabe valorar lo que es promoción del pueblo y
lo que sirve para rellenar hojas con “carnaza” de por medio.
Cuando estoy escribiendo, en la tarde del jueves se debate
la idea de si seguir el campeonato con normalidad, aun
sintiendo la desgracia que ha habido o suspenderlo.
La FAI parece que era más de la idea de que se suspenda,
mientras que los pilotos, a pesar de lo que significa la
pérdida de dos compañeros deportistas, consideran que el
Campeonato del Mundo tiene que seguir y es de suponer que
reine la razón y siga.
Así pues, hoy, mañana y todos los próximos días podremos
volver a ver en torno al mediodía a unos 150 “voladores” en
el claro cielo de las tierras piedrahitenses, aunque más de
uno pensará que de un “pelotón” como ese desaparecieron ya
un argentino y un chileno, que habían comenzado el
campeonato, pero no pudieron llegar a su final.
Poco dura la felicidad, pero al menos es importante
disfrutar unos segundos de ella.
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