Aún no eran las diez y media de la mañana cuando a
Abderrahman, que se encontraba en su casa, en la segunda
planta del edificio ‘Atrio’, en la calle Pepe Remigio, le
alertó el olor del humo. Procedía del garaje y lo primero
que pensó fue en su coche. Bajó hasta el sótano, pero al
toparse con las llamas y el fuerte humo negro le dio miedo
continuar. Se dirigió hacia la calle. Allí estaba Rosi, que
había sido avisada por otro de los vecinos y prefirió
esperar en la calle, aunque los bomberos no habían ordenado
desalojar el edificio.
Varias unidades de los Cuerpos de Policía y Bomberos
llegaron a las diez y media de la mañana. Una inmensa nube
negra cubría la fachada del edificio. Los vecinos, entre
ellos el secretario general del PSOE, José Antonio Carracao,
cuya mujer y niños fueron de los primeros en percibir el
olor, se agolparon ante el cordón policial preguntándose
‘¿Será mi coche?’.
Las primeras hipótesis apuntaban como posible foco del fuego
el coche de Miguel Ángel, un enfermero que había sido
avisado por una compañera de trabajo de que estaba saliendo
humo de su garaje. “Bueno, ¿qué vamos a hacerle? Intento no
darle a las cosas materiales más valor del que realmente
tienen, peores son otras desgracias”, apuntaba con
tranquilidad. El domingo volvió de vacaciones y desde
entonces no había movido su vehículo del aparcamiento.
‘¿Será mi coche?’
Los minutos pasaban y hasta la gasolina que traían los
agentes del SEIS se terminó. Los bomberos repusieron fuerzas
bebiendo agua. Cogieron nuevos equipos y desenrollaron las
mangueras. “El problema es que el garaje de la parte de
abajo es difícil de ventilar”, aseguraba uno de los bomberos
mientras un vecino alertaba que desde un local del edificio
también salía humo. Sólo era una falsa alarma.
Como la de que el coche incendiado era el del enfermero. “Es
un ‘Volkswagen Touareg’ el que se ha incendiado”, apuntaban
unos. “No, a mí me han dicho que es en un ‘Opel Astra’ en
donde se ha producido el fuego”, anotaban otros. Mientras,
la fuerte humareda, que alcanzaba las seis plantas del
bloque, no cesaba.
Era casi mediodía cuando los bomberos controlaron las llamas
y llegaron hasta el vehículo calcinado. La primera sentencia
firme: “Han incendiado una moto ‘BMW’, sólo han quedado el
motor y el chasis”, apuntó uno de los responsables de
Bomberos. Al lado se encontraban dos vehículos de la marca ‘KIA’,
un ‘todocamino’ y un turismo. Uno de los coches y la moto
pertenecían a un agente de la UIR, por lo que agentes y
vecinos apuntaron a que el incendio hubiese sido provocado.
Aunque el fuego estaba controlado, el humo aún dificultaba
el acceso al garaje, que estaba cubierto por una capa de
agua varios centímetros y que permanecía bajo un negro
sepulcral. Pocos minutos después, hizo su entrada en el
garaje, ataviado con unos guantes de plástico azules, un
policía de la Científica. Fue el momento en que los vecinos,
impacientes por comprobar el estado de sus vehículos,
aprovecharon para seguirle y entrar al garaje.
|