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ACTUALIDAD - JUEVES, 7 DE JULIO DE 2011


agente inspeccionado un camión. f. raso.

inmigración
 

Una presión creciente que sitúa en 575 los inmigrantes acogidos aún con salidas ilegales

El punto de inflexión en las vías de la inmigración clandestina a Ceuta fue el verano pasado, cuando comenzaron las entradas por mar a pequeña escala, incluso a nado, pero constantes
 

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Desde el verano pasado, la frontera es escenario de un cambio en las rutas y métodos de la inmigración clandestina. Las zodiac de grandes dimensiones, con capacidad para hasta medio centenar de personas, que intentaban alcanzar la península, han dado paso al goteo de los pases a pequeña escala en dirección a la ciudad, a nado o en pequeñas balsas de playa. La presión es tal que, a pesar de las salidas clandestinas en camiones, la cifra de inmigrantes acogidos supera a diario desde junio el límite de plazas.

El verano de 2010 marcó un punto de inflexión, un cambio en las rutas y métodos de la inmigración clandestina en Ceuta. Las grandes ‘zodiac’ en las que se hacinaban docenas de personas que trataban de alcanzar las costas peninsulares han dado paso a un goteo a pequeña escala pero constante y con dirección a la ciudad autónoma, de la que, después, los inmigrantes buscan salir escondidos en camiones. Un año antes, en septiembre de 2009, el fenómeno que, de vez en cuando, afectaba a Ceuta era completamente distinto. Ese mes, en concreto, el día 19, al menos 8 inmigrantes perecieron en el naufragio de una de estas pateras en las inmediaciones de Perejil. A bordo se cree que había 45 personas, entre ellas -según el relato de los 11 supervivientes- cuatro bebés.

Pero en el verano de 2010 comenzaron a verse las primeras balsitas hinchables de playa con las que, en grupos que rara vez superaban las tres o cuatro personas, alcanzaban sin grandes problemas su nuevo destino: la costa española más cercana a Marruecos, la ceutí. Según el relato de los inmigrantes, el precio de una de estas pequeñas embarcaciones es de unos 300 dirhams, mientras que un flotador o la cámara de un nemático puede adquirirse por apenas 60 (6 euros). También hay quienes se lanzan al agua con un traje de neopreno o partes de él. En pocos minutos, con tan sólo situarse a la altura del litoral ceutí, son rescatados por Salvamento Marítimo, Cruz Roja o la Guardia Civil.

A este cambio de método se unió, exactamente desde agosto de 2010, otra circunstancia que se perfila como una de las causas de la situación actual, y es el hecho de que la anterior colaboración con las fuerzas de seguridad marroquíes a la hora de interceptar estas embarcaciones o a nadadores dejó de producirse.

EL PUEBLO informaba en su edición del 28 de agosto de 2010 de que la Guardia Civil dejó de salir a aguas jurisdiscionales de Marruecos para, en colaboración con la Gendarmería marroquí, rescatar del agua y devolver a los inmigrantes a las playas del país vecino. Este último e importante extremo fue confirmado por diversas fuentes relacionadas con la inmigración ilegal, que señalaban que las patrullas de la Guardia Civil no estaban ya autorizadas para cruzar esta “línea” e impedir que las embarcaciones con inmigrantes ilegales alcanzaran las aguas de Ceuta. Este verano, desde la Benemérita se confirmaba que la situación no ha variado: “Les vemos llegar, pero no podemos más que esperar a que se acerquen y recogerlos”, reconocen.

No obstante, la cifra exacta de inmigrantes ilegales filiados por la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional durante todo el año 2010 y a fecha del 13 de diciembre asciendió a 320. Por su parte, el CETI se mantuvo a lo largo del año en el límite de su capacidad. Según datos de la Delegación del Gobierno, en agosto de ese mismo año acogía a 449 inmigrantes. A pesar de las continuas entradas, en 2010 la ocupación del CETI estaba un 25% por debajo de la de agosto de 2009, cuando llegó a acoger hasta 600 extranjeros.

De nuevo en 2011 el repunte es evidente, con los 575 inmigrantes que según los datos aportados por el director del CETI, Carlos Bengoechea, acogía ayer, una ocupación que supera en 63 personas el límite de plazas.
 


Las salidas clandestinas en camiones estabilizan la balanza

Desde el pasado mes de mayo, cuando comenzó a notarse el repunte de las llegadas de inmigrantes que suele producirse con la mejoría del tiempo, las cifras de acogidos en el CETI se habían ido manteniendo estables. Ha sido a finales de junio cuando, a pesar de las salidas clandestinas en camiones -que no cesan-, se ha comenzado a superar el límite de plazas. Aún así, la presión en el Centro de Estancia Temporal no se había disparado hasta ayer (cuando llegó una nueva avalancha de 27 personas) porque, según recogía este diario el pasado sábado, la Guardia Civil sólo logra interceptar a una pequeña parte de los que optan por huir a la península escondidos en camiones (60 frente a 119) hasta mayo.
 


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