Yo al menos lo considero el
“primer control” y es el que han de pasar los vehículos en
el puerto antes de acceder al gran parking previo al
embarque. Se forman filas de coches bajo el escrutinio de la
Guardia Civil y como es lógico allí sitúan a los
profesionales que presentan mayor similitud con la sepia
gigante australiana, ya saben, la que tiene los ojos en
forma de W y miran para adelante y para atrás al mismo
tiempo. ¡Lo que saben esos guardias! O por experiencia o
porque tienen facultades paranormales pero cuando señalan un
vehículo y le acercan al guía canino el conductor puede
echarse a temblar porque, según estadísticas, no suelen
fallar jamás. Y eso que no cuentan con más tecnología ni más
escáneres que “el ojo clínico” y les puedo garantizar de que
eso de que les implantan un microchip en la retina para
dotarles de rayos X y que descubran la droga no es más que
una leyenda urbana, vamos, que podría asegurar que es
mentira y si aciertan es porque sí, porque “lo detectan”.
¿Y los guías caninos? Saben latín y griego y merecerían ser
tratados y transportados tan confortablemente como sus
colegas que prestan servicio para la Casa Real, porque a mí
me han comentado que los perros de la Realeza son tratados
con muchos dengues y muchas pamplinas mientras que estos del
control, que están hartitos de trabajar con sus narices-
radar creo que andan con un puñado de pienso, una bacinilla
con agua y ni un juguete ni un hueso de tripa de esos que
adoran morder para pasar el tiempo entre actuación y
actuación. Y eso que todo el personal del puerto es muy
amante de los animales, yo conozco de verles a los guardias
y a la policía portuaria y se les ve y se les nota muy
sensibilizados con las mascotas y muy cariñosos con ellas.
Y eso que trabajan en un lugar bastante inhóspito como es el
árido parking, el único enclave de la ciudad donde parece
que los árboles “no tiran” y se encuentran encanijados y sin
dar sombra, me pregunto si estarán los suficientemente
cuidados y abonados porque al menos junto a la cafetería que
hay en el aparcamiento y a fuerza de regar las plantas
crecen y el rincón se va embelleciendo y poniendo frondoso
hasta el punto de que da gusto sentarse a la sombrita para
tomarse uno de esos cafés “de los de antes” fuerte y
condensado que pones la cucharilla dentro del vaso y se
queda sola de pie y los bocadillos que sirven tampoco están
nada mal. De hecho me consta que a los de la cafetería no
les importaría proporcionarles un tentempié a los guías
caninos durante sus descansos, pero allí no llevan nunca a
los perros ¡pobrecillos! de hecho todos los del puerto
tienen derecho a un rato de asueto para desayunar menos los
canes ¡que falta de humanidad! y no es culpa de los guardias
que son la bendición de Dios sino seguramente la culpa es de
“la Superioridad” y las Superioridades suelen tener mucha
mala leche ¿A qué les puede perjudicar el que a media mañana
los perros se acerquen a la cafetería a tomarse un bocadillo
y descansar de tanto detectar drogas? ¡Que malas entrañas!.
Pero para mal cuerpo el que se le debe poner al conductor
cuando el guardia se le queda mirado y levanta las cejas,
porque esos picoletos parece que cuando miran a un tipo “es
que es” y se inicia el protocolo, maletero, mirada acá,
mirada allá y mandan a llamar al perro que siempre está
porque no le reconocen el derecho de parar para desayunar,
el guía canino mira a su cuidador, el cuidador mira al
perro, se hacen un guiño casi imperceptible el can olisquea
y se vuelve “Amo, aquí está la mandanga” al conductor le
corren los sudores de la muerte y ya todo es trámite,
papeleo y buenos vehículos que se van amontonando a la vera
del puesto de control, justo a la derecha, ahora de hecho
hay hasta un narcoautobús en el que aprehendieron unos
cientos de kilos. Pura rutina, los de aquí están para
quitarles el trabajo a los de la aduana de Algeciras donde
también tienen guías caninos pero los de Ceuta son más
despabilados y más profesionales y tienen otra seriedad. Son
el orgullo de la raza perruna. ¿Y como es que no se les
rinde de cuando en cuando un homenaje? Más fieles
trabajadores no se encuentran, más motivados y concienciados
tampoco y laboralmente me parece que sus contratos son
bastante precarios y recogen muy pocos derechos, ni derecho
tienen a estar jugando cada cierto tiempo en ese parking
desolado para estirar las patas. Cosas de la Superioridad
porque los guardias civiles de ese primer control-filtro son
muy buena gente y se ve que aprecian a los guías caninos.
Pero ese sector del puerto tiene carencias, faltan árboles
más crecidos que den buena sombra, faltan lugares de
esparcimientos para los canes y falta que les permitan ir a
desayunar al chiringuito de allí y a echarse un rato
relajados en el pedazo de jardín, con permiso de una gata
negra que para en esa parte y que está para asustar a las
ratas, no es que haya ratas, pero en el puerto todos son muy
currantes y siempre andan liados con algo y la gata no puede
estar ganduleando por la cara sino que tiene que tener un
cometido y cumplir unos horarios, si no la despiden. Es un
ambiente especial el del puerto, cosmopolita, amable,
apresurado... Es como es y no lo hay mejor.
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