O si lo prefieren, algo así como
“El espejismo marroquí”. Efectivamente, el triunfo del “sí”
y la participación en el pasado plebiscito constitucional
del pasado 1 de julio en Marruecos fueron aparentemente
arrolladores. Por demás la jornada transcurrió en paz y
gracia de Allah, de lo que debemos felicitar tanto al
paciente y sufrido pueblo como a las fuerzas de seguridad,
ambos han sabido estar en su sitio. Y, desde luego, la nueva
Carta Magna no deja de significar un importante avance, un
pasito adelante, María, si bien mucho me temo que
insuficiente con el cariz que pueden ir tomando las cosas.
De poder acudir a las urnas, este escribano del limes habría
votado pese a todo “sí”, pero hasta aquí, porque la digamos
morfología del proceso ha dejado mucho que desear, una
contradicción ya lo sé, pero es que las prácticas
democráticas al uso han retrocedido y de esto deben tomar
nota, no ya la sociedad marroquí en su conjunto que lo ha
visto en sus carnes, sino los Estados Unidos y la Unión
Europea que se han apresurado a mostrar, acríticamente, sus
felicitaciones al joven soberano Mohamed VI cuya figura, por
lo demás y afortunadamente, sigue sin ser cuestionada. Pero
“No es esto, no es esto”, que diría en otro contexto
político harto diferente el maestro Ortega.
Así que, por el momento y hasta evaluar los votos de los MRE
(Marroquíes Residentes en el Extranjero) un 73% de
participación ciudadana y un 98,5% de aplastante “sí” en las
papeletas, según datos facilitadas por el sonriente ministro
del Interior, Taieb Cherqaoui. Pues va a ser que no… Las
autoridades marroquíes pueden, si lo desean, ponerse al pino
y la MAP seguir con sus intoxicaciones habituales (a ver si
cambia un poco la cosa con su nuevo responsable), pero esto
no es cuestión de opinión sino de números. Vamos indo:
aparentemente, sobre 13 millones de votantes han ejercido su
derecho 9; no sé de donde habrán salido, bueno. Pero en el
país hay toda una bolsa de personas en la sombra en edad de
votar, se lo adelantaba el otro día, que por las
circunstancias que fuera y fuese no se encuentran censadas y
cuyo número ascendería a la respetable cifra de varios
millones. Es decir, que si a los 4 que no votaron les
sumamos esta última cifra, nos sale otra cifra a tener en
cuenta: ¿10, 12 millones?. Vale, extrapolando los datos una
gran mayoría de los no censados habrían también dado el
“sí”… ¿Seguro?. Ni lo piensen: empecemos con que una gran
mayoría de los votantes desconocía casi todo sobre la nueva
Constitución, si bien como leales súbditos depositaban su
voto… por el “Malik” (Rey); sigamos con que buena parte del
día de marras una pléyade de las oficinas de voto estaban
más solas que la una; y acabemos: la no necesidad de
identificarse al votar… ¿fue una excepción o la norma, sidi
Cherqaoui?
También se lo adelantaba ayer: “mamfakinch”, recuerden.
“Esto no vamos a dejarlo así”, se conjuran meros ciudadanos
críticos, jóvenes rebeldes, islamistas no domesticados y
marxistas nostálgicos. Lo advierte la corajuda presidente de
la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), Khadiya
Riyadi: “Aunque no somos miembros del movimiento del 20 de
Febrero vamos a seguir apoyándolo, la lucha continúa”. ¿Y el
régimen…? Echando balones fuera y engrasando voluntades,
mientras pertrecha y evalúa lanzar a las calles a sus
agresivas huestes del Movimiento del 9 de Febrero, que bajo
ciertas condiciones de desorden social podrían derivar en
una versión autóctona de los “Tontons Macoutes”. Y para hoy
domingo, se anuncian pacíficos pero no menos rotundos
movimientos de protesta en buena parte de las ciudades
marroquíes. La primavera ha dado paso a un caliente verano…
Y las espadas siguen en alto.
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