Durante más de cincuenta y cinco
años escribiendo, debido a la educción que recibí de mis
padres, jamás he hecho distinción de la personas por sus
razas o por sus credos. Para mi, personalmente, todos las
personas somos iguales sin distinción de razas o credos. Eso
lo he escrito por activa y por pasiva, por lo cual la
palabra racista, desde que nací, está desterrada de mi
persona.
A igual que para mi no existe la palabra racista, siempre he
defendido a los más débiles, a los que más lo necesitan,
aplicando lo mismo, sin distinción de credos o razas.
Así que siguiendo los ocho puntos que la Coalición Caballas
basa en su plan de austeridad, me encuentro en el punto
cuatro: “Subvenciones”. En ese punto la Coalición Caballas
dice: “Suprimir todas las subvenciones cuya única finalidad
reside en la compra de voluntades políticas”
Hasta cierto punto estoy de acuerdo con ello, mire lo que
son las cosas. He escrito, por activa y por pasiva, que se
anule todas las subvenciones a los partidos políticos y a
los sindicatos.
El que quiera partidos políticos que los pague de su
bolsillo y no del dinero de todos los españoles. Y todos
aquellos que quieran sindicatos que los paguen los afiliados
a los mismos y no del impuesto que pagamos todos los
españoles, millones de los cuales no están afilados a ningún
sindicato que, por cierto cada vez tienen menos afiliados.
La cantidad de obras sociales que se podrían llevar a cabo
quitándole, unas subvenciones que no tienen razón de ser, a
los partidos políticos y a los sindicatos.
Porque en cuanto los sindicatos dependen de un partido
político, esas subvenciones pueden dar lugar a la compra de
voluntades políticas.
Hasta que se quiten esas subvenciones a los partidos
políticos y a los sindicatos, estoy totalmente de acuerdo
con ese punto. Lo que ya no estoy de acuerdo, es quitar las
subvenciones a quienes las necesiten que, normalmente, son
los menos favorecidos a los que yo defiendo a capa y espada.
Y si ustedes, señores de la Coalición me lo permiten,
precisamente, los menos favorecidos son aquellos que les han
dado sus votos para ocupar un puesto en la Asamblea. Y el
más beneficiado de esos votos, ha sido el señor Aróstegui,
que con los votos de su partido jamás hubiese alcanzado un
puesto en la Asamblea.
Bien, cuando llegue la hora de que esos más desfavorecidos
necesiten una subvención, para ir a cumplir con sus deberes
religiosos o cuando llegue su pascua y se les dé, a los que
menos tienen una subvención a igual que se les da a los
cristianos en navidad, para que puedan celebrarla, les
explican ustedes que no quieren que se les dé para evitar la
compra de voluntades políticas.
Yo no soy el que tengo que decirlo, puesto que estoy y
siempre estaré totalmente de acuerdo, en que se den esas
subvenciones, a los que más lo necesitan, a los más
desfavorecidos, pues m lucha y mi apoyo siempre estará en
defensa de los que menos tienen.
Quisiera estar ese día presente, para ver la forma de cómo
le explican, a los más desfavorecidos, que no van a recibir
subvención alguna, pues ustedes han decidido suprimirlas
para evitar la compra de voluntades políticas.
Los discursos medievales, arcaicos y trasnochados, basados
en los años setenta, están caducos.
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