Así es como se encuentra, en estos
momentos, el CETI de Ceuta, tras la llegada, en tan sólo dos
días, de 22 inmigrantes más, todos ellos parece que
subsaharianos.
Esto parece el “pan nuestro de cada día” y es que la buena
acogida en Ceuta de todo lo que va llegando, Dios sabe de
donde, hace que, una vez instalados aquí, comiencen con la
operación llamada y a uno se le vayan uniendo, primero dos
más y luego los que cuadren.
En repetidas ocasiones he mostrado mi total rechazo a esas
acogidas masivas y a mantenerlos aquí, sin más.
Si es cierto que todos tenemos derecho a un lugar al sol, no
menos cierto es que todos, también, debemos someternos a
unas leyes y a las leyes de aquí los subsaharianos y otros
inmigrantes, sean de donde sean, no se someten, o bien
porque las burlan o porque son unas leyes tan fáciles de
burlar que permiten todo, hasta que Bildu, por ejemplo,
domine muchos de los ayuntamientos de Euskadi.
Pero volviendo a lo que nos afecta, el CETI tiene una
capacidad máxima para 512 personas y ahora ha habido que
acondicionarlo para dar cobijo a los 542 que hay, en estos
momentos, en él.
En la noche del martes al miércoles, la Guardia Civil tuvo
que atender a dos tandas de inmigrantes, en dos balsas
neumáticas que traían cada una de ellas 8 inmigrantes. La
Guardia Civil los abordó en las inmediaciones del Tarajal,
en un intervalo de tan sólo cuatro horas, por la mañana muy
temprano.
Así pues, de una sola tacada entraron en un día 16 lo que
unido a los 6 del día anterior ha llevado al CETI a otros 22
“visitantes” más, sumando estos a los 8 de más que ya había
en el CETI, más sobrecargado que nunca. ¿Hasta donde se va a
llegar?.
Tras los primeros reconocimientos, parece que todos los
“recién llegados” estaban en un perfecto estado de salud.
Fuertes remesas se están dando, es algo más que un constante
goteo y es algo que ya se venía esperando, como se espera
que, en cualquier momento, se sumen a estos otros más, si es
cierto que existe, todavía, en los montes cercanos una gran
bolsa de gentes que esperan el momento oportuno para
acercarse más y para poder entrar a Ceuta.
Y es que esa zona es un terreno abonado para poder saltar
hacia nuestra ciudad, a pesar de que por parte del vecino
país, la “Mejanía” ha establecido unos controles más duros y
más serios en las inmediaciones de la frontera, con lo que,
en principio, han frenado las salidas a nado, pero digo
“frenado”, no cortado, por lo que en cualquier momento puede
darse una nueva afluencia de inmigrantes.
Ahora, por tanto, el acercamiento se lleva a cabo en barcas
neumáticas de playa, simplemente así, desde una zona,
aparentemente, más alejada del límite fronterizo, pero que
resulta, relativamente, cómodo acercarse e introducirse en
aguas de Ceuta, y todo lo demás está hecho.
Y que están al acecho muchos más nos lo demuestra el hecho
de que las fuerzas de seguridad de Marruecos peinaban ya
hace dos días la zona de Dar Riffien, en busca,
posiblemente, de muchos más inmigrantes.
Lo que sí está claro es que Ceuta se muestra como el punto
principal para asentarse, en busca de un instante oportuno
para colarse primero a la península y luego a donde puedan.
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