Tengo dudas de si calificar la sesión plenaria de ayer como
de ‘camarote de los hermanos Marx’ o ‘Gran Premio de F1’. Me
explico. Hubo momentos en los que era difícil saber de qué
estaban hablando Juan Vivas, Juan Luis Aróstegui y Mohamed
Alí. Cada uno de ellos con su versión y visión particular
sobre quién debía dar las correspondientes réplicas
parlamentarias cuando el turno de intervención pasase por el
grupo de Caballas. Durante unos momentos tuve la sensación
de que el Salón de Plenos caía en esa parodia de los
hermanos Marx: “La parte contratante de la primera parte
será considerada la parte contratante de la primera parte”,
con un Vivas que todavía no se ha quitado el traje de
franciscano político con el que se vestía para las sesiones
plenarias de la anterior legislatura. Inocente el
presidente. El cachondeo que le montaron Alí y Aróstegui
dudo mucho de que se lo hubiera permitido algunos de los
presidentes que he conocido en las sesiones plenarias a las
que he asistido como periodista a lo largo de mi vida
profesional: Cantabria, Castilla y León, País Vasco, Melilla
o Madrid. En esos escenarios aquellos presidentes de Cámara
les hubieran colocado en su sitio de manera inmediata. Pero
Juan Vivas traza otros recorridos y es aquí donde me
persigue la confusión sobre si el salón de Plenos en vez de
un “camarote para el cachondeo” se convierte al menos en un
espectáculo más gratificante si comparamos las sesiones
plenarias con los grandes premios de Fórmula 1.
Para empezar la diferencia entre convertir la Asamblea en un
camarote cachondo o en un Gran Premio de automovilismo de
elite es que en lo primero no hay normas y en lo segundo
además de normas muy rígidas hay estrategias razonadas y
razonables y, sobre todo, que cada uno sabe el puesto que
ocupa y lo que tiene que hacer en cada circunstancia y en
cada momento. Por ello quiero pensar que el presidente Vivas
tomará cartas en el asunto y podrá demostrar lo que se le
supone: que sabe llevar una cámara de representación popular
(no del PP) dentro de unos parámetros menos “cómodos” que en
las anteriores legislaturas.
Ayer, dentro de esa metáfora de la Asamblea convertida en
una prueba puntuable del Gran Premio de Fórmula 1 al
presidente Vivas le pasaron por encima los ‘Red Bull’
pilotados por Alí y Aróstegui. Juan Vivas tiene una buena
escudería y un buen equipo. Supongamos que un buen Ferrari
al que ha cambiado el ‘caballino rampante’ por una gaviota
en igual actitud. Una escudería de 18 diputados de un
partido con representación nacional que seguramente llegará
a formar gobierno y un equipo experimentado en gran parte
dentro de este tipo de ‘competiciones’.
A la escudería de la gaviota le faltó hacerse con el
recorrido, nervio, estrategia y arriesgar en las trazadas al
límite de potencia. Sería importante para sus ‘seguidores’
despejar dudas de manera definitiva lo antes posible. Frente
a ellos se encuentran los de la ‘oposición brutal’ (Aróstegui
dixit) con su pilotaje agresivo. Un ‘Team’ cuya maquinaria
de propaganda lleva tiempo ensalzando la marca aunque, eso
sí, a veces cueste entender lo que escriben.
Ahora que el fútbol lleva camino de desaparecer en Ceuta,
salvo que los ceutíes se hagan abonados a algún canal
privado de televisión, pueden disfrutar de un buen
espectáculo si se abonan a las sillas de la Asamblea de
Ceuta. Allí el espectáculo está garantizado. Una escudería
mítica se enfrenta a otra nueva. Para los de la ‘gaviota
rampante’ no basta con saludar a las gradas y sacar lustre
al logotipo. Hay que elegir neumáticos y entrenarse para
cambiarlos rápidamente si fuera necesario. Hay que marcar
ritmos y estrategias sobre escenarios diferentes y
complicados. No vale únicamente con recoger buenos tiempos
en los entrenamientos oficiales para dormirse en la prueba
definitiva
Ayer Vivas, el piloto oficial, sencillamente dejó dudas de
su estrategia sobre la pista. Creo que los ‘Red Bull’ le
pasaron por encima. A Vivas lo arrinconaron en todas las
curvas que quisieron. Se le echaron encima. Muy encima.
Además le llamaron tramposo y le acusaron de pilotaje sucio
y de tener un equipo amañado.
El espectáculo ha comenzado y ayer los “brutales” sacaron
ventaja de cara a la galería. Los “brutales” no marcan
tiempos pero rentabilizan posiciones y focos. El circo atrae
a los medios y sirve de consumo interno.
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