PORTADA DE HOY
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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 29 DE
JUNIO DE 2011 |
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OPINIÓN / ANÁLISIS |
El listón de la oposición
fue bien mantenido por Carracao |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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No me ha gustado el primer Pleno
de esta legislatura y menos nos ha complacido a mí y a otros
más de veinte mil ceutíes el que los de la Coalición
Caballas que representan a una minoría, hayan querido armar
su ya clásico y archiconocido “show” y lo que es más grave,
que se les permita que usen y abusen de la cortesía
parlamentaria del resto de los diputados que guardaban
prudente silencio mientras Aróstegui despotricaba,
pontificaba y decía y parecía “exigir” en su manido discurso
todo aquello por lo que su Coalición ha sido ampliamente
derrotada en las urnas. ¿Quién les legitima para tratar de
avasallar a los más de veinte mil ceutíes que abominan de
ellos? ¿Quién ha otorgado a la Coalición Caballas el título
de “voz de la conciencia”?
Esperábamos más del primer Pleno celebrado en esta
legislatura, más agilidad, más agudeza y sobre todo y ante
todo un poco más de orden porque se dieron momentos en lo
que “aquello” en lugar de un salón parecía un “corralón”
como mucho achabacanamiento.
En lo referente a las intervenciones los miembros del
Gobierno, tanto el Presidente Juan Vivas como Yolanda Bel y
el portavoz Guillermo Martínez exudaron corrección política
con intervenciones perfectas, bien estudiadas, mejor
preparadas y algo frías como suelen ser las disertaciones de
los políticos profesionales que apuestan mucho más por el
contenido y la sustancia material de sus frases que por
modulaciones y gorgoritos dialécticos. Las respuestas ya
venían bien meditadas, tal vez porque se presentía que
Mohamed Alí no iba a “ser capaz” de impedir que su coaligado
Aróstegui respetara la portavocía porque insistiría en
interrumpir, hablar, pontificar, hacerse notar, dar la nota,
poner el toque paleto de marxista años 70 y molestar a todos
sus compañeros. Igualito que los niños hiperactivos que son
los “petardos” en las aulas, pero aquí convirtiendo un pleno
en un gallinero de cluecas y encima sin nivel intelectual y
con unos planteamientos toscos, burdos y primarios.
Afortunadamente el listón de la oposición fue bien mantenido
y defendido por José Antonio Carracao, que sí actúa de
portavoz de su grupo, sí tiene las ideas claras, sí se
expresa con absoluta corrección y con un respeto sin fisuras
al reglamento en general y al respeto que le merece el
pueblo de Ceuta representado por el Gobierno en particular.
Él fue quien trató de meter las cabras en su corral y
reprochó veladamente la verborrea a destiempo y rayana en la
grosería de Aróstegui que quiso dar un mitin a destiempo,
armar el lío pero sin demostrar una buena trama argumental y
ejercer de “incordión” ante la pasividad de sus compañeros
de escaño que parecían mirar para otro lado porque el del
PSPC iba por libre buscando protagonismo de manera algo
desaforada y cosechando la indiferencia general.
Carracao tiene la soltura que da el haber estudiado
pormenorizadamente cada asunto con un criterio lógico y
realista, mientras la Coalición Caballas va siguiendo paso a
paso la estela de Bildu, automarginándose con sus broncos
modales y cosechando rechazos generalizados. No es que se
esperara de Aróstegui & Company un “nivelón” pero si “algo”
de nivel, un “acercamiento” al nivel o que al menos fueran
capaces de formular propuestas medianamente inteligibles y
no su ya clásico batiburrillo de reproches y de
recriminaciones apto e idóneo para aburrir a las ovejas.
La Coalición Caballas “busca titulares” Carracao dixit y lo
único que van a conseguir es que les ignoren aún más
remitiéndoles cada dos por tres al resultado de las urnas y
recordándoles que quien preside el Pleno no son ni Hugo
Chavez ni Evo Morales sino Juan Vivas y los más de veinte
mil ciudadanos que tiene detrás.
El presidente no puede ni debe tolerarlo de ninguna manera,
porque en el asiento donde instala sus presidenciales
posaderas hay nada más y nada menos que veinte mil ceutíes a
quienes no se les pueden tocar los cojones ni van a permitir
que se los toquen unos payasos pontificadores que iban con
“el numerito cirquense” bien preparado para “liarla”.
El respeto a las Instituciones no significa el respeto y la
cortesía hacia “quienes” representan a esas Instituciones
sino a “lo que” representan que es la voluntad del pueblo
expresada democráticamente
Antecedentes de tipos “problemáticos” en las instituciones
los hemos sufrido los españoles ¿No recuerdan los modos y
las modas de los batasunos cuando boicoteaban los plenos y
armaban la gresca? ¿Y ahora los indeseables de Bildu regalo
especial de Rubalcaba al futuro Gobierno del PP? Folloneros
y vacilones siempre los ha habido. Y mecanismos legales para
contrarrestar sus comportamientos también. Pero con cojones,
Gobierno de Juan Vivas, con cojones, que hay veinte mil
españoles detrás. ¡Se conciencien, carajo!
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Fahd y la inseguridad
jurídica |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Lo peor de la inseguridad jurídica
no es que “exista” sino el temor que origina la “sensación”
de que pueda existir, porque provoca la agobiante inquietud
de que, alguna vez, en alguna ocasión “nos puede tocar” y
ello genera un sentimiento genérico de indefensión. Y esta
reflexión está motivada por el hecho de que el joven Fahd
sigue privado de libertad, por mucho que la moral grimosa
del eufemismo institucionalizado no denomine a las cárceles
de menores prisiones sino “centros” y los chicos no están
“presos” sino sometidos a “una medida de internamiento”.
Pamplinas. Quien no es libre está preso, se edulcore como se
edulcore la cuestión. Y como jurista aún no he llegado a
captar plenamente la concatenación de circunstancias a cual
más peregrina, que han motivado el que este chico continúe
“internado”.
Así nos encontramos como primera actuación con una durísima
denuncia formulada ante la Comisaría de la Policía Nacional
por un agente de la policía local al que voy a llamar A para
salvaguardar su intimidad, este profesional aparece como
testigo directo y presencial de los hechos, es decir que
refiere haber presenciado cómo el joven Fahd propinaba una
fuerte patada al agente David Vega que motivó su caída de la
moto y el que resultara herido. Blanco y en botella un
atentado contra agente de la autoridad más claro que el agua
y el denunciado pasa a ser internado en el Centro de Menores
mientras la ciudad entera permanece conmocionada por la
“salvaje agresión” y se teme seriamente por la vida del
agente David Vega.
Hasta que al día siguiente de ser trasladado con carácter
urgente a Málaga el agente David Vega departe amistosamente
con los colegas por la red y según una periodista, le
concede por facebook su primera entrevista. Para parlotear
on line está perfecto, el tema de la entrevista fue portada
¿Y por qué no se le tomó declaración de inmediato por medio
de exhorto al Juzgado de Guardia de Málaga?
De hecho la Jurisprudencia señala cumplidamente que un
atestado o unas Diligencias de Información Policial y no
digamos unas manifestaciones ante la Comisaría tienen valor
de simple denuncia hasta que no son ratificadas a presencia
judicial. El agente A apareció como denunciante y testigo
directo y ahora, en su declaración rectifica y dice no haber
presenciado la agresión sino que en su denuncia ante la
Policía nacional se limitó a manifestar lo que su compañero
herido, David Vega, le había contado en el hospital. De
testigo presencial y directo pasa a ser testigo de
referencia lo que significa que faltó a la verdad en su
comparecencia ante Comisaría, tal vez por los nervios del
momento, pero tiempo tuvo de sobra para rectificar
voluntariamente mediante comparecencia ante el Juez. ¿Por
qué faltaron a la verdad los policías? Demasiadas
contradicciones a lo largo del procedimiento que no han sido
precisamente aplicadas para echar mano al “in dubio pro reo”
que ilumina secularmente nuestra Doctrina.
Nos encontramos por lo tanto con que “el testigo presencial”
pasa a ser “testigo de referencia”. Y que el agente David
Vega niega haber sido víctima de una agresión. ¿Qué
acusación puede formular el representante del Ministerio
Fiscal? ¿Resistencia a agente de la Autoridad? Multa y
servicios a beneficio de la comunidad, pero ninguna causa
que fundamente una medida como es la privación de libertad
de un muchacho que carece de antecedentes y con una buena
trayectoria humana. El hecho evidente es que Fahd fue
internado sin otra base probatoria que la acusación de un
testigo, acusación que al día siguiente tendría que haber
ratificado para evitar la indefensión y por seguridad
jurídica. Pero se creyó de manera indubitada la denuncia por
el hecho de ser policía lo que presume una sinceridad y una
rectitud total, así como una veracidad absoluta al momento
de relatar los hechos.
Ahora el agenta A, cuya denuncia supuso el internamiento de
Fahd ha rectificado. Y David Vega ha negado la agresión.
Lógicamente el Fiscal de Menores, de oficio, tiene que haber
deducido testimonio y remitido las actuaciones a un Juzgado
de Instrucción para que se aclaren los hechos porque las
contradicciones son palpables. Pero ¿Por qué el Fiscal que
es garante de la legalidad no agilizó al máximo
declaraciones y ratificaciones en un Expediente de Menores
urgente por haber medida de internamiento? Una trágica
sucesión de dilaciones, no indebidas, puede que por falta
material de tiempo o por exceso de Expedientes, pero el caso
es que, al momento de la declaración exculpatoria de David
Vega tenía que haberse resulto la situación personal de Fahd
y también hubo ocasión en la rectificación del que resultó
ser “testigo de referencia”. Tampoco tenemos que olvidar que
en el tema de la libertad provisional esta puede ser
concedida por el Juez en cualquier momento del procedimiento
si considera que han variado las circunstancias y que el
Fiscal puede aceptar esta iniciativa o puede oponerse, pero
la postura del Fiscal no es vinculante ya que a la postre es
una parte más del procedimiento acusación-defensa y es el
Juez el último llamado a decidir y decide según su recto
criterio ya digan la defensa y el fiscal misa en arameo.
¿Inseguridad jurídica? Al menos la sensación existe. En el
momento en el que en un procedimiento concurren denuncias
que se rectifican, versiones que se modifican, acusaciones
que resultan no ser tales, errores y dilaciones en el
momento de asegurar las pruebas capaces de fundamentar una
acusación formal y declaraciones en la prensa antes que en
los Juzgados y todo ello mientras una persona permanece
privada de libertad, las sensaciones de inseguridad y de
indefensión subyacen. Y con mayor fuerza subyace la creencia
de que ese magnificado art.24 de la Constitución Española
que consagra el idílico “Principio de Presunción de
Inocencia” ha pasado a ser una especie de “coletilla
jurídica” de obligada referencia en el curso de cualquier
procedimiento pero, en esencia, es una fórmula irreal,
bienintencionada pero irreal. Si no lo creen así pregunte su
opinión a Fahd.
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