No es que haya un día marcado o
una semana para resolver los cientos de alijos, que por un
método o por otro se procuran colocar en cualquier parte, es
que ahora, en esta época del año, cuando aumenta el tráfico
hacia la península, es cuando más intención hay de ver “si
cuela” el golpe y las vacaciones resultan gratis, quedando
algo, también, para otros momentos posteriores.
Así ha sucedido, o iba a suceder, pero, una vez más, la
Guardia Civil anduvo lista y en el fin de semana ha dado un
buen golpe, primero sobre un autocar y luego sobre varios
vehículos.
Hay algún refrán que dice que los ladrones van tres pasos
por delante de la policía y puede que así sea, pero con la
Guardia Civil es muy difícil jugar, por lo que ahí están
esos 480 kilos de hachís que apresaron, además de detener a
siete personas.
El golpe no fue malo y de esos 480 kilos, la mayor parte iba
en un autocar, nada de cosa de extranjeros, era de matrícula
nacional, el resto iba en otros cuatro vehículos, que no
pudieron llegar a sus destinos programados.
Casi 150 kilos entre los cuatro vehículos, además del
contenido 338 kilos ocultos en los huecos de las ruedas del
autocar dan para mucho.
En esta época, pues, como casi siempre, la atención es
grande, especialmente, cuando ha llegado el eco de que algo
se puede estar tramando para que “la mercancía” pase al otro
lado del estrecho.
Aquí hubo media docena de operaciones, a lo largo del fin de
semana, en la zona en la que no hay escapatoria, una vez
detectados esos productos.
Fue en la zona de preembarque del puerto de Ceuta, el lugar
que queda convertido en un embudo y de esas operaciones,
además de haber sido apresadas esas cantidades, que dan para
mucho, fueron detenidas siete personas acusadas,
naturalmente, de tráfico de estupefacientes, un delito tan
frecuente como castigado pero que no se extingue, por duras
que sean las sanciones que se les van imponiendo.
La mayor de las intervenciones se produjo a primeras horas
de la mañana cuando se inspeccionó el autocar de matrícula
nacional, en el que se llevaba “la mercancía”.
Y es que el viaje, el viajero o los viajeros de ese autocar,
aunque alguien no lo supiera, llevaba una millonada
perfectamente preparada, pero imperfectamente camuflada ya
que fue detectada.
Los 338 kilos con 600 gramos de resina de hachís tendrían un
valor en el mercado de casi 500.000€, unos 495.000
exactamente, que traducidos a pesetas es una cantidad muy
sabrosa que más de uno estaría ya preparando para el futuro.
Ahora, es de suponer que, esa mercancía, en su momento, será
destruida y que los detenidos, según su grado de
culpabilidad, se pasen bastantes meses a la sombra.
Con todo, será poco, para lo que representa para la salud
pública, especialmente para la de la juventud, todo ese
tráfico que menudea ahora igual que hace un año, dos o media
docena.
Las leyes, en este sentido, siguen siendo muy blandas, no
abordan o no han abordado de verdad este asunto, con
seriedad, haciendo que pagaran, pero de verdad, aquellos que
están metidos en este trafiqueo desde hace años y así se
explica que ese trafiqueo no cese y siga ahí.
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