Largo fin de semana que lo paso en
la Costa Brava, con parada y fonda en Blanes.
Lloret de Mar se ha convertido en un microcosmo
internacional propiedad de los jóvenes, sobre todo niños y
niñas de 12 a 16 años.
Un microcosmo fomentado por ‘tours operadors’ sin prejuicios
y que cuentan con la colaboración de los padres. Con
excursiones de fines de semana a precios casi tirados y que
incluyen visitas a discotecas.
Un microcosmo en el que impera el alcohol y la total
libertad de expresión y de realización, con jóvenes casi
niños haciendo el amor en playas y jardines.
La total libertad de expresión y de realización la han
aprovechado, con todas sus consecuencias, muy bien los
homosexuales (gais y lesbianas), aprovechando el día de su
fiesta, el Día del Orgullo Gay.
Me importa un pepino que sean homosexuales, que se casen y
que digan que son compatibles con la sociedad heterosexual.
Pero eso mismo, para que aceptemos esa condicionante (la de
tener que vivir con vecinos gais y/o lesbianas), se han de
comportar como personas civilizadas.
Los heterosexuales nunca demostramos nuestra condición
encima de carrozas, ni paseamos desnudos con nuestras
parejas, ni nos hacemos arrumacos metiéndonos la lengua
hasta la nuez delante de las cámaras…
El esperpento circense del Día del Orgullo Gay, con hombres
disfrazados de mujer y algunos enseñando sus vergüenzas,
mujeres disfrazadas de hombre con sus domingas brincando al
aire…, no deja de ser una enorme falta de respeto al resto
de los ciudadanos.
¿Qué quieren demostrarnos con este ridículo espectáculo?
¿Qué tienen cojones cuando carecen de ellos?
Aceptamos la condición de homosexual de determinada persona,
pero creo que se han excedido en mostrarnos una faceta da
asco con ese espectáculo casi pornográfico que ofende a la
gente de bien.
Hemos aceptado leyes permisivas que no dan opción para que
protesten por discriminación; los toleramos en nuestra
sociedad sin ningún reparo… ¡nos responden con esas cosas!
¿Es que quieren convencernos de que su forma de vivir la
vida es la mejor?
Tanto hablar del VHI, tanto propagar maneras de evitarlo… y
siguen jodiendo. Si tanto quieren evitar la propagación del
sida, que convenzan a los jóvenes que no hagan prácticas
contra natura. Sencillo.
Si muchos tienen el sida y siguen siendo promiscuos,
deberían ser tratados como delincuentes peligrosos y obrar
en consecuencia. Con tanta permisividad podría suceder como
en tiempos pretéritos: la desaparición de civilizaciones
enteras, con la helena en primer lugar.
Me siento un poco violento, porque he salido con mi hijo
pequeño justamente cuando pasaba un grupo de gais y
lesbianas y no sé que responder a la pregunta de mi chico:
“Papá, ¿esas mujeres que van casi desnudas tienen ‘paquete’
como los hombres?”
En fin, la vida sigue, yo también.
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