La tarde chorreando brumas doradas
sobre la Plaza de África, el Himno de España que sonó dos
veces magistralmente ejecutado por una banda militar, el
Presidente Juan Vivas encabezando el acto solemne junto al
Delegado de Gobierno, los Consejeros vestidos para acudir a
lo que iban: una recepción real. Y los tres diputados
socialistas sin quedarse a la zaga, puro protocolo y puro
saber estar porque la ocasión era la “más” importante, era
que el Rey del Cielo, el Corpus Christie salía a pasear las
calles de Ceuta y por eso estaban todos para acompañarle en
procesión, civiles y militares, ese jefe José Luis Torres y
ese jefe Sorroche ambos de guante blanco y con unos
uniformes de gala que saben lucir como pocos.
Y emergió la Sagrada Custodia de las profundidades de la
nave central catedralicia centelleando en plata, claveles
níveos reventones y gladiolos nacarados; con la fachada
blanca y albero del templo tiñéndose de luz del atardecer en
un espectáculo que no se describe con palabras sino con
tonalidades, porque ya se sabe que allá donde enloquece la
rosa de los vientos siempre hay un santuario para despedir
al sol poniente. El redoble de los tambores acompañando a la
salida del Cuerpo de Cristo mientras los militares se
balanceaban suavemente y las capas blancas de los de
Regulares se convertían en puro hondear de espumas blancas
porque esas capas llevan impresas en la pura urdimbre de la
tela el rostro doliente de Nuestro Padre Jesús Cautivo al
que tantas Semanas de Pasión han acompañado por las calles
malagueñas y trinitarias, ondeando a la par de la túnica
blanca del Señor de Málaga a su paso por el puente de la
Aurora. El soldado español siempre va en pos de un Cristo o
de una Madre Dolorosa, por aquello de que al jurar bandera
le tatúan en el alma dos palabras “Dios y España” y esos
tatuajes son de los que no se pueden borrar ni con láser. Y
el año que viene en el Corpus... La señal de la cruz al paso
de Nuestro Señor y en junio del próximo año un ¡Presenten
armas! porque ya se habrán ido los demonios a zascandilear
por los infiernos y nadie le negará a Dios lo que es de
Dios, ni al Cesar lo que es del Cesar pero cada uno en su
casa y Dios en la de todos. Y aunque cambie el color de la
Moncloa que se quede este Delegado de Gobierno o como poco
que manden un clon, porque los socialistas de Ceuta, todos
ellos, están hechos de otra pasta, de la de Paco Vázquez, de
la de Felipe y de la de Guerra y esos no perseguían a los
creyentes. ¿Honores al Cuerpo de Cristo? todos. Más que en
Toledo donde los cadetes se arremolinan, más que en
cualquier otro punto de España porque aquí somos mezcla de
Atlántida y Atapuerca y por lo tanto muy arquetípicos y muy
emotivos. Emotividad que se centuplica en uno de estos
domingos del año que relucen más que el sol y que es tan
mágico que ya no se sabe distinguir si las niñas vestidas de
comunión son claveles blancos reventones y los niños de
marineros son gladiolos en jarrones de plata en ordenadas
filas vigilando el trono o si es que en el trono no hay
adornos de flores sino que son los niños y las niñas que se
han encaramado para besar la Custodia y ya no han querido
bajarse. En verdad que es difícil distinguir entre los
adornos de nácar vegetal y perfumado y los pequeños
comulgandos, son inidentificables. ¿Faldas de tules blancos
o pétalos? Imposible de determinar. Como imposible es no
extasiarse y no quedarte con un quiebro en el lugar donde se
embaúlan los sentimientos, ante los militares desfilando
tras el Rey de los Cielos que pasa sobre una alfombra de
pétalos y ramas y detrás los soldados, el primero pasa sobre
la alfombra vegetal porque para eso es Dios y los militares
porque lo merecen y se lo han ganado, para mí que delante de
cada soldado español tendría que haber como poco una
alfombra de flores, porque así son las cosas y porque cuando
redoblan los tambores en honor al Señor no hay música mejor
en el Universo. Por mucho que las gaviotas, envidiosas como
son, se enardezcan en chillidos para atraer la atención del
Altísimo y demostrar que también saludan su paso con
entusiasmo, no hay comparación con los tambores. Ni jamás
Nuestro Señor va a “confundir” al aleteo de las alas de esas
gaviotas maliciosas con el ondear de las capas blancas de
Regulares, por mucho que los pájaros quieran imitar a los
militares y miren que Dios es todo caridad y comprensión,
pero lo que no cuela no cuela.
Callejear la procesión y seguir mirando, cuadernillo en
mano, desde la Plaza de San Daniel que es mi rincón favorito
de toda Ceuta, más que ningún otro, por la paz que emana,
por la frondosidad de los árboles y porque si no miras hacia
el mar se diría haber recortado unas pinceladas de la
quietud de las plazoletas salmantinas para trasladarlas a
esta ciudad. Si algún día tengo posibles quiero vivir en ese
reducto pacífico a la vera del Santo y bajarme a escribir
sentada en un banco de piedra y sin molestar a nadie y por
cierto, los sueños son gratis. Muchas de las cosas pequeñas
y hermosas no cuestan en su grandiosidad solapada más que el
trabajo de pararte a mirarlas y extasiarte, luegeo lo mejor
es susurrar un “Deo gratia” porque es de bien nacido el ser
agradecido. Y por eso agradezco a mi amigo del alma Antonio
Gómez, mi director, que me “obliga” a mirar en Ceuta de
manera que se inunde de luz hasta el último repliegue de mi
glándula pineal, le doy las gracias porque en este domingo
en el que Ceuta relució más que el sol me dijo “Vé y mira” y
me estaba hablando de gaviotas, de claveles y gladiolos, de
capas de espuma y de espuma de nubes, del Himno de España
empapado de soles, de la bella parafernalia de este sacar el
arte sacro a las calles y pasearlo a mayor gloria de Dios
Nuestro Señor, de contento de los niños al pasar sobre la
alfombra de pétalos, de las marchas procesionales y de esto
que es “lo nuestro” porque es la piel de nuestra tierra, la
piel de Ceuta reluciendo más que el sol en el sueño cultural
y en la gozosa memoria colectiva de que un día fuimos, fue
nuestra España aquel Imperio en el que nuca se ponía el sol.
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Hoy “toca” rueda de prensa de la
Coalición Caballas y hemos hecho una porra a ver quien logra
adivinar el agravio, la acusación, el culpable o el enemigo
de esta semana contra quien lanzar las más feroces
imputaciones, las más agresivas recriminaciones y las más
azufrosas de las quejas. Hay quienes han apostado firmemente
por “la denuncia” del tema del famoso “piano casquivano” y
sus mañas y trajines, otros creen que acometerán contra los
fabricantes de salazones, parte de la peña apuesta por una
furiosa acometida contra el intercambio de las compañías
marítimas pero han recibido un abuchéo ya que se trata de un
tema “útil” “popular” y que a todos nos afecta pero que no
salpica al Gobierno de Juan Vivas que es el “coco”
particular de la Coalición. Es más, un bienintencionado ha
apuntado con timidez que tal vez se trate de excusar
formalmente el que no acudan a los actos institucionales, ni
a los actos oficiales, ni a los actos de profunda raigambre
cultural como es la procesión del Corpus, pero tampoco hay
que olvidar que Aróstegui se ha autoproclamado “ateo” por lo
que todo asomo a lo religioso le debe mal muy mal vagío, el
mismo que compartir Coalición con creyentes aunque hay
incomodidades que son el “París bien vale una misa” y si hay
que aguantar se aguanta, aunque sea tragando quina.
¿Con que exabrupto nos toparemos hoy? Y que Dios perdone la
poca caridad de mis pensamientos porque tal vez se trate del
anuncio oficial y oficioso de un cambio de estrategia de
manera que se evita la dialéctica acción-reacción para
soslayar extremos incómodos como que llamen “corrupto” a los
del PP y se les conteste llamándoles “marginales” porque con
la acritud no se llega a buen puerto y es mejor darle a toda
actuación “un toque de clase” que prediquen sus propuestas e
ideas sin atacar a nadie y por supuesto nadie les va a
responder de mala manera. A la corrección se contesta
correctamente. Con el desacuerdo expresado educadamente no
queda más que explicar las diferencias de criterios. Pero a
la arremetida se responde arremetiendo y a la acometida
acometiendo y a la zalea zaleando. ¿Cambiarán la dialéctica
y empezaremos a tener la fiesta en paz? Porque en la
tranquilidad y la armonía que pregonan buen tono todo marcha
como la seda, sin tropezones ni encontronazos.
¿Y si no “pilla rasca” el piano casquivano le tocará a
Guillermo Martínez la andanada semanal por ser el Portavoz?
No. Porque ya se la propinaron en peculiar nota de prensa.
Intriga, incógnita, interés, curiosidad, cábalas, apuestas,
una porra improvisada a dos euros por cabeza y bromas de
dudoso buen gusto sobre Bildu. Pronto se revelará la nueva
alevosía ¿Será la moderada y educada Fátima quien disertará
sobre algo interesante? ¿Serán los otros? ¿Dejarán abiertos
los micrófonos con el consiguiente riesgo de comentarios
captados? ¿A quién o qué denunciarán? ¿Atacarán tal vez por
riguroso turno cada nombramiento que realice el Gobierno?
¿Asistirán a la procesión marinera del Carmen para compartir
el gozo del pueblo al que tanto manifiestan amar?
Curiosidad, preguntas sin respuesta, lo mismo hay sorpresas
y nadie ataca a nadie y se limitan a pedir que se les haga
el test del CI a todos los niños de las escuelas como primer
paso para llevar a cabo una política de consenso sobre el
fracaso escolar y tomar medidas? Incógnita y rueda de
prensa, hoy se verá.
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