Aparición estelar de Guillermo Martínez

Nuria de Madariaga
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Primera comparecencia de Guillermo Martínez en su función de Portavoz tras el también primer Consejo del recién estrenado Gobierno. Expectación en lo referente a las formas que resultaron impecables desde la perspectiva de los dictámenes de la urbanidad, chaqueta, corbata y saludos de rigor y que tampoco decepcionó en lo referente al fondo, ya que el Portavoz llevaba la faltriquera de los asuntos tratados llena de temas interesantes y con un profundo contenido ya que venían a reflejar la progresiva concretización de todos los compromisos de austeridad y de recortes del gasto que asumió el Presidente Juan Vivas durante la pasada campaña electoral siguiendo las pautas marcadas a nivel nacional por el Partido Popular.

Austeridad, contención, recortes, reducción, rebajas y ahorro, con el reto irrenunciable de que estas medidas no afecten al funcionamiento ni a la buena gestión de la ciudad. En reglas generales las nuevas medidas de reducción me parecen excesivamente ambiciosas y bastante drásticas, ya algunos nos mostramos dubitativos ante el recorte de un 25% de cargos públicos en las diferentes áreas por pensar que hubiera sido más aconsejable abordarlo de forma paulatina durante los cuatro años, pero Juan Vivas se ha mostrado impaciente por demostrar que cumple con promesas y compromisos y abordar todas las medidas de austeridad ya desde el primer Consejo de Gobierno ha sido su particular pistoletazo de salida. Y de cara a la galería la granizada de iniciativas inmediatas ha resultado un poco abrumadora.

Diecisiete medidas de contención del gasto que vienen a alcanzar todas las áreas son realmente una apuesta muy ambiciosa y Guillermo Martínez a quien nadie puede negar la capacidad retentiva ni la capacidad de hacer de alguna manera amena una farragosa exposición de recorte tras recorte, supo ir desgranando las medidas de manera metódica y ordenada, pura exhibición de memoria y de conocimiento en profundidad de cada tema de los que allí se exponían. Y eso pregona muchas horas de codos, mucha dedicación o la intervención directa del Espíritu Santo capaz de esclarecer las mentes y potenciar al máximo las facultades de la glándula pineal.

La rueda de prensa, contra todo lo que pueda parecer ni se hizo larga ni resultó tediosa pese a que era puro recital de “contención” que alcanza a los desplazamientos de los políticos, que se restringen, así como el número de móviles y el tiempo de uso de los mismos; economatos para todas las áreas con un mayor aprovechamiento del material de oficinas como las impresoras por cuya suerte se interesó una periodista especialmente sensibilizada con el fin de los aparatos desechados ¿Se repartirán, venderán, ofertarán a un trapero o guardarán como “souvenirs”? ¡Un dilema moral! Aparte de la anécdota se siguieron desgranando recortes, en la luz, en los cursos de los políticos en la Península, en los horarios, en las horas extra, en el combustible que se usa en las instalaciones deportivas (¿pasarán frío los nadadores?), en publicidad lo que significa que los ciudadanos estarán menos informados a no ser que se sustituyan los medios publicitarios por un coche con sistema de megafonía que recorra las calles informando o se contrate a un par de pregoneros; se tocó la reducción de alquileres y el aprovechar al máximo el parque móvil, así como la reducción del gasto en la producción de agua. Recortes a la Hípica y revisiones de contratos por acá y por acullá. Mucho ahorro y mucho escatimar para afrontar la crisis, aunque dentro de la reducción del gasto en energía eléctrica me pareció entender, aunque sin duda me estoy equivocando, que se aludió a un recorte del 20% en alumbrado público y de ser así es un extremo que va a traer mucha cola y grandes polémicas porque un buen alumbrado ciudadano revierte directamente en la calidad de vida y en la sensación de seguridad de la ciudadanía y para mí que los ceutíes no tienen el talante de conformarse con vivir a medio gas, como si estuviéramos en una posguerra.

¿Medidas acertadas? Ahí están y suponen un buen ahorro, aunque estamos quienes opinamos que también pueden dar una falsa sensación de precariedad en una ciudad cuya economía no es precaria y que además tiene un impresionante potencial, máxime con las bonificaciones y cuando se azuce a los nuevos emprendedores (y se ponga firme a los bancos porque sin créditos “no hay tu tía”).

Interesante el contenido y la inevitable “pregunta capciosa” en relación con el nombramiento de Doncel para Urbanismo y las gimoteantes cuestiones expuestas de Jeremías-Mohamed Alí de Caballas con el plus de señalar que Doncel está ¿imputado? ¿acusado? en unas Previas. No existe ni Auto de apertura del juicio oral ni existe escrito de acusación del Ministerio Fiscal y sí existe en nuestro Texto Constitucional un artículo 24 sobre la presunción de inocencia y dentro del articulado de la Carta Magna se articula así mismo aunque no recuerdo exactamente el apartado lo de “ante palabras necias oídos sordos” como Principio Doctrinal.

Perfecta la aparición estelar de Guillermo Martínez y algo zarrapastrosa la conducta de algún periodista que sin excusarse, sin despedirse y dejando al Portavoz con la palabra en la boca se limitó a levantarse y marcharse como muestra y exaltación de las más acrisoladas pautas dictadas por la urbanidad, la cortesía y el protocolo institucional, porque era una comparecencia del Portavoz del Gobierno y no una rueda de prensa de David Bisbal ejecutada al son del “colegueo”.

Así la comparecencia de Guillermo Martínez, totalmente conseguida tanto en la forma como en el fondo, terminó con una pregunta sobre protocolo y una respuesta del Portavoz que demostró que tiene más tablas, más soltura y mucha más educación que algunos de los que allí habían estado presentes y es que, a la clase, la pasa como al “cariño verdadero” de la copla de Manolo Escobar que “ni se compra ni se vende”.