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OPINIÓN - SÁBADO, 25 DE JUNIO DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

Otro atentado contra los trabajadores
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El martes estuve viendo “Amor sin escalas”. Una película que relataba lo siguiente: Ryan Bingham (George Clooney) viaja por todo el país despidiendo cada día a centenares de empleados; es decir, haciendo el trabajo sucio que los gerentes de las empresas estadounidenses no se atreven a concretar.

Ryan cae bien desde el primer momento. A pesar de que pronto da muestras de su cinismo y de su frialdad para presentarse ante sus “víctimas” y decirles con enorme rapidez que están despedidas. Y les edulcora el drama tratando de hacerles creer que están ante una nueva oportunidad en sus vidas. Cuando la realidad es que todas esas personas están a punto de perder su estabilidad y sus beneficios sociales.

El tal Ryan era eficaz de cojones. De modo que cuando sus despedidos iban a decir ay ya tenían una carpeta por delante donde estaban todos los documentos relacionados con el despido. E, inmediatamente, les indicaba la puerta de salida con una sonrisa angelical. O sea, enseñando dientes. Practica que suele emplear mucho, según tengo entendido, un político local.

El martes, sí, creo que fue el martes pasado, yo creía que la canallada que estaba viendo era sólo cosa de película. Y hasta no me inquietó lo más mínimo la secuencia en la cual se confirmaba el suicidio de aquella mujer que lo había anunciado durante la entrevista con Ryan. Y éste, que viajaba como un rajá y que llevaba una vida repleta de placeres, tampoco se inmutó.

Pues bien, el jueves, a mediodía, recibí una llamada de un amigo que vive en El Puerto de Santa María y que es operario de Cádiz Electrónica, filial de la estadounidense Visteon, para ponerme al tanto de la situación: dos tíos procedentes de Estados Unidos, acompañados de un intérprete, le habían dicho a los representantes sindicales que la empresa estaba cerrada. Que echaban el cerrojo por cuestiones estratégicas.

Y cuando los sindicalistas les hablaron de viabilidad, durante la reunión, se levantaron y no dijeron ni Goodbye. Porque ya habían dado la orden de cortar la conexión informática de toda la planta. Y a mí se vino a la memoria, en un santiamén, la figura del tal Ryan, (George Clooney) dejando a su paso a 400 personas, con una media de edad superior a los 40 años, sumidas en el dolor de verse ante un panorama desolador.

Corren malos tiempos. Tiempos donde lo que llaman mercados están atentando contra la clase media. A fin de que desaparezca ese colchón muelle cuya misión, desde que los griegos daban lecciones de política, ha sido imprescindible para mantener el equilibrio de la vida laboral.

La clase media tiende a desaparecer. De modo que cada vez habrá más pobres y los ricos seguirán siendo más ricos. Hasta que un día, ante el desafecto por los políticos, cada vez más odiados y despreciados, la nula credibilidad de los sindicatos, y el terrible sufrimiento que están ocasionando los banqueros, suenen las alarmas de la rabia infinita y las calles se conviertan un hervidero de indignados con causas suficientes para cantarles las verdades al lucero del alba. O tal vez decidan correr a gorrazos a quienes deban.

Las autoridades andaluzas, si tuvieran lo que hay que tener, deberían vivir a partir de ahora como anacoretas. Por inválidos
 

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