PORTADA DE HOY
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OPINIÓN - JUEVES, 23 DE
JUNIO DE 2011 |
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OPINIÓN / ANÁLISIS |
Los brumosos inicios del
verano ceutí |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Me cortan las venas y no sangro,
por pura estupefacción y admirada sorpresa ante la increíble
variedad de elementos que presenta la climatología de Ceuta.
Genuino Parque Temático Metereológico, porque quitando un
tsunami, una erupción volcánica en condiciones chorreandito
de lava y un alud de nieve que se lo lleve todo por delante
en plan avalancha. Ya ven, en Melilla, aparte del toro de
Osborne que se llama “Gurugú” tienen el auténtico monte
Gurugú que es un volcán dormido y según los lugareños el
culpable de las pequeñas sacudidas sísmicas que sufren de
cuando en cuando, por lo que se puede deducir que la ciudad
hermana “está más completa” en cuanto a fenómenos.
Pero eso es inexacto, en Ceuta hace un día caluroso, de
noche refresca y a la mañana siguiente el agua evaporada de
los dos mares se solidifica, toma consistencia similar a la
del “puré de guisante” del Támesis y envuelve la amanecida
en una bruma densa y neblinosa que en Málaga los marineros
llaman “calima” y aquí me han dicho que llaman “taró” sin la
“t” final que implica predicciones, echadas de arcanos
mayores y artes adivinatorias surgidas de las antiquísimas
escuelas mistéricas donde se iniciaba a los elegidos para
enseñarles la doctrina ancestral y primigenia de aquellos
tiempos en los que todos sabían que la mente, la gran
emanación cósmica, fue muy anterior a la materia. Pero la
antigua sabiduría poco tiene que ver con la niebla matinal
en Ceuta, o tal vez algo sí, porque la bruma que todo lo
opaca y torna algodonoso el horizonte tiene un halo de
misterio y parece deglutir los sonidos de la ciudad
matizando aristas y estridencias y haciendo que todo se oiga
con una especie de sordina. Creo que pocos conocen en la
Península y tampoco presienten que en una ciudad de clima
entre caribeño y atlántico con reminiscencias del Algarve,
puedan brotar a borbotones géiseres de niebla salobre y
perfumada, puro vapor de agua humectante y capaz de
energizar el espíritu, tratamiento de “spa” para los
sentidos que se agudizan para vivir la experiencia de las
emanaciones marinas.
Es el momento y no hay mejor ocasión de ratificarme en mis
convicciones, así me gusta el Camino de Santiago, bajando
por Roncesvalles por la ruta francesa cuando llueve el suave
chirimiri que hace verdear las cunetas; me gusta Aranjuez
sentada en la alameda ante un tazón de fresones con nata
azucarada por mucho que aprieten las calores; me gustan los
colores sardos de Cagliari en todas las épocas del año y me
gusta Ceuta neblinosa presentida desde Benzú con el murmullo
de las olas atlánticas y el olor antiguo de la playa cuando
la primavera deja paso al verano, porque es un aroma que
forma parte de los arquetipos meridionales y nacemos ya
impregnados por su esencia, cuestión de ADN, jugarretas
genéticas, remembranzas en muchos del continente perdido.
Aquí por lo tanto podemos resistir comparaciones con los de
la esquina melillense, que son más fenicios y mediterráneos
y pueden presumir de feroces levanteras y de memorables
trombas de agua. Nosotros por el contrario fardamos de estar
más cerca de la realidad atlante en la cualidad de vigías
del Estrecho y hasta llego a no alzar las cejas ante la
leyenda urbana de que los grimosos monos de Gibraltar que
son seña de identidad del único Peñón de Europa que se
enorgullece de tener como mascotas a unos simios ladinos,
agresivos, de pésimo comportamiento acreditado y
enfermizamente amigos de lo ajeno, que esos monos rijosos
eran genuinamente ceutíes y habitaban en el Hacho hasta que,
por miedo a las consecuencias inherentes a sus fechorías,
huyeron a Gibraltar por el misterioso túnel que cruza el
Estrecho uniendo los dos continentes. Pero no hay peligro
por esta parte de que se inicie ningún tipo de reclamación
internacional para tratar de que repatríen a esos
lamentables y pulgosos homínidos.
Leyendas urbanas frente a tradiciones que tienen la esencia
de sueños culturales y las de Ceuta se entremezclan con el
mar que el historiador definió como “quimérico, hermético y
colérico” y al que yo añado los calificativos de “errátil y
novelero” ad majorem gloria de Neptuno el Dios de los
atlantes y Señor de la calima, el taró y las emanaciones
neblinosas del numen marino. Delicada belleza en las brumas
ceutíes y combate de esencia onírica cuando el padre Sol
irrumpe y resquebraja las brumas convirtiéndolas en jirones
húmedos que se van evaporando a desgana, evanescentes y
sabedores de que el astro rey calentará de nuevo los mares y
de que ellas volverán a ocupar el Universo. Todo es cíclico
y para atrapar la magia inherente a esta ciudad hay que
observarla con idéntica mirada a la que aparece en los ojos
de un niño cuando mira a una mariposa.
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La Coalición Caballas sigue
“terriblificando” |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Ya expliqué en su día el sentido
del término “terriblificando” que es una palabra inventada
por el psicólogo Albert Ellis y significa que se aumentan
desproporcionadamente las cosas y se crean películas
mentales de desastres.
¿Ustedes piensan que con la situación terrible que están
viviendo millones de criaturas en toda España se puede hacer
una “Nota de prensa” por fallos puntuales o falta de presión
momentánea del suministro del agua en determinados sectores
de la ciudad? Se ve y se siente que los de la Coalición
Caballas no están acostumbrados a situaciones de verdad
“terribles” en esta bucólica realidad que es Ceuta donde
proliferan ayudas, subsidios, subvenciones … Que yo haya
visto no existen aquí los comedores de Cáritas donde docenas
de criaturas hacen colas interminables para comer caliente
al menos una vez al día. Ni existen “Ángeles de la Noche”
que van recorriendo los cajeros automáticos, los zaguanes,
las puertas de los comercios cerrados y los rincones más
insospechados repartiendo tazones con un poco de caldo
caliente y alguna manta a los cientos de ciudadanos que
ocupan cada noche las calles de las ciudades y duermen entre
cartones.
¿Saben los de la Coalición a cuantas familias ha afectado el
“corte” de “la paguilla de Zapatero” de 400 euros con la que
vivían padres e hijos? Eso sí, el pan y la leche y la
primerísima necesidad, si hay suerte y se llega temprano, te
lo dan por caridad los del Banco de Alimentos. ¡Pero en
Ceuta el agua tiene poca presión! Menos presión tiene en las
casas de las miles de familias que tienen que emigrar a la
vendimia francesa para reventarse unos meses y poder “ir
tirando” durante el invierno, en las casas del medio millón
de parados que se van a Francia a padecer y ganarse el pan
con dignidad no hay presión de agua porque cortan la llave
principal.
¿Han tenido que montar en Ceuta muchos comedores de caridad?
En verdad hay otros recursos en esta España que hiela el
corazón y se forman tumultos en las puertas de las grandes
superficies y de los restaurantes adonde acuden cientos de
personas, parados y paradas, jubilados, jóvenes
desempleados... La cosa ya lleva años así y los de los
supermercados y los restaurantes hacen lo que pueden y si
tienen que arrojar los productos caducados o a punto de
caducar o deteriorados a los contenedores de basura intentan
“ponerlos” o los van dejando en la acera para que la gente
no tenga que escarbar en las basuras y en los restaurantes
llegan a tirar las sobras que son comibles envueltas en
papel albal, por deferencia y por respeto a una España cuyo
mayor problema no es la presión del agua, ni que haya algún
corte puntual porque quienes construyen la nueva cárcel han
jodido una tubería, no, el problema es el pan. Y el problema
para cientos de estudiantes es vendimiar en los viñedos
galos o arrimarse a la aceituna de Jaén o a la fresa de
Huelva para ganar unos cuartos y poder tirar durante el
curso académico porque las becas y las ayudas las dan con
cuentagotas y hay que cumplir más requisitos que para ser
astronauta. ¿Terrible? nuestros “pobres del 23” que con los
300 euros de la jubilación tienen justo para malcomer las
tres primeras semanas del mes siempre que no paguen ni la
luz ni el agua y el resto del mes mendigan llenos de
bochorno acercándose en las cafeterías a las señoras y
pidiendo tímidamente si les pueden invitar a un café. Estos
pobres proliferan por las ciudades que son aún más crueles
que los pueblos para vivir en la indigencia, porque en los
pueblos el padre cura siempre echa una mano, mendiga, pide,
suplica, reparte su propia paga y busca el pan y la leche
debajo de las piedras. Y a servidora que viene de vivir “la
realidad” de una España que come basura, hace la chatarra,
tiene luz si la engancha del poste y en los núcleos
chabolistas convive con ratas y cucarachas y recogiendo el
agua con cubos de donde buenamente puede.
Preocuparse por los problemas de los ciudadanos está bien
pero estas penosidades de la Coalición Caballas, este vivir
intensamente las tragedias que se inventan, este
terriblificar me parecen una falta de respeto y una crueldad
para con la España que pasa hambre y come productos
caducados, para la España que duerme entre cartones y vive
en chabolas entre ratas y charcos, para la España de las
colas del plato de sopa de los comedores sociales, para la
España de “los pobres del 23” y la de los niños que tienen
que andar kilómetros por senderos con nieve hasta llegar a
la carretera y tomar los autobuses para ir a la escuela, por
ellos y por respeto a ellos que deje la Coalición de
“terriblificar” de una puta vez y que tenga un poco de
verguenza en la cara.
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