Es lo que parece que está llegando
a Ceuta, día a día y con el agravante de que cada vez que
entran 5 hay 18 más esperando, para seguir la misma ruta.
Lo último, cuando estoy escribiendo, han sido otros treinta
inmigrantes que han protagonizado un nuevo “asalto marino” a
Ceuta, no descarto que cuando esta columna salga al sol ya
hayan entrado otros tantos más.
Esto parece una ruta imparable y mientras aquí sigamos
siendo blandos y proporcionado todo lo posible para que
estén mejor que en sus tierras, el verdadero Edén, por lo
menos su verdadera entrada, estará en Ceuta.
Lo último, o lo penúltimo, ha sido a nado y por el Tarajal.
Parece que por sorpresa se unen en grupos de más de treinta
inmigrantes, posiblemente subsaharianos para salir a la
carrera en dirección a las playas cercanas a la frontera
esta del Tarajal.
Todo esto estudiado y perfectamente planeado, por el lado
marroquí para de esta forma esquivar a la policía de
Marruecos que no da abasto para poder frenar las oleadas que
van llegando hasta las cercanías de la frontera con España.
Y más trabajo para los servicios españoles, puesto que la
Guardia Civil, con su Servicio Marítimo tuvo que ir
rescatando uno a uno, mientras entraban a nado, pero ya en
aguas españolas.
Es la nueva estrategia, especialmente en esta época de
verano, esos intentos de cruce nadando en dirección a Ceuta,
que se vienen produciendo diariamente.
Muchos son rechazados por las fuerzas de Marruecos, algunos
son detenidos y con esos no se tiene piedad, al otro lado de
la frontera, por cuanto son conducidos a la Comisaría y de
aquí se los llevan hasta la frontera con Argelia.
Esos, cuando menos, tardarán unos meses en volver por estas
tierras, pero no todos son frenados, no todos son rechazados
y muchos llegan hasta la mismísima Ceuta, donde tienen ese
centro de acogida que les garantiza lo mínimo y más que lo
mínimo para poder subsistir.
Claro que el CETI tiene sus limitaciones y ahora mismo,
según parece, supera su máximo nivel de ocupación, habiendo
saltado ya de los 500 acogidos, exactamente 518. El
mantenimiento de centros de este tipo se hace insoportable.
Ahora se han superado todos los records anteriores. El
pasado año, por ejemplo, en el mes de más volumen (aquí hay
que hablar ya en términos turísticos) de entradas de
inmigrantes, en el mes de agosto, fue de escasamente 450.
Eso ya se ha quedado corto y el problema sigue creciendo,
por cuanto, según ciertos indicios, están esperando la
entrada otos 300, o más inmigrantes, en el monte, para
tratar de entrar a nado por la parte que sea más accesible y
más corta.
Las rutas están perfectamente marcadas y pergeñadas ya.
Desde Mauritania y desde las proximidades de Oujda, por tren
o por autobús, está establecida la ruta de la inmigración
hacia el Norte.
Una vez cerca de aquí el goteo va dándose, cada día más,
hasta juntarse grupos que, por los medios que sean, intentan
el asalto.
Los números empiezan a aterrar y es que, dentro de lo que se
puede observar a ojo, a esos 300 o más que están en el
monte, cerca de Ceuta, hay que añadir casi otros tantos
“pedigüeños” en las calles de Tetuán, que no van a tardar en
acercarse para acá.
La invasión no cesa. Ceuta en la diana de los inmigrantes y
de poco sirve reforzar las fronteras, esto es difícil
pararlo.
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