Este fin de semana he dado un
paseo por el bosque de cierta zona catalana de renombre.
Un paso más y habría perdido yo el rumbo, o el Norte, porque
no llevo brújula que me oriente.
Vayamos ahora un poco más al norte, tirando hacía el este,
hacía el país que en otra época arruinó Europa con sus
planes imperialistas genocida.
La Historia suele ser una repetición de hechos y sucesos.
Aunque cambiando las armas.
Ahora parece que estamos en el umbral de una nueva invasión
ruinosa de la zona euro.
Un Pacto realizado por unos pocos conservadores en contra de
la mayoría. Un Pacto que quiere hacer de las empresas las
más fuertes en los mercados mundiales.
Un Pacto que recoge las durísimas exigencias económicas auto
planteadas por Berlín.
Un Pacto que pretende romper un circulo vicioso y sin
embargo lo cierra más y más.
Un Pacto en la que Europa está representada por 22 países
conservadores y sólo 5 de pseudo-izquierdas.
Un Pacto en el que se proponen medidas para revisar los
convenios para ajustar los sueldos a la baja.
Un Pacto en el que se propone vincular la edad de jubilación
a la media de esperanza de vida de cada país.
Un Pacto que ofrece a la mafia financiera oportunidades de
engrosar aún más sus respectivas cuentas corrientes en una
pretensión de reducir déficits, traducido en rebajar
impuestos a las empresas y a los ricos aumentando, a la vez,
los precios y los servicios.
Un Pacto que pretende mandar a tomar por culo a la mayoría
de los ciudadanos que sacrificaron muchos años de su vida en
la confíanza de tener una jubilación dorada.
Un Pacto que sigue permitiendo prácticas bancarias que
acaban siendo letales para la economía del país.
Un Pacto que no cree sea necesario acotar la libertad que
disfrutan los mercados financieros especulativos.
Un Pacto que permite aumentar la flexibilidad laboral con
más movilidad, más disposiciones para cambiar de empleo, más
empleos temporales y con pretensiones de reducir el trabajo
no declarado.
Bueno, no sigo porque ya estoy bastante mareado con este
baile de despropósitos.
Me centro en la edad de jubilación y en su futuro poco
esperanzador (privatizaciones).
¿Cómo creerán Vds. que un anciano de 80 años esté en la cola
del paro?
Los mayores de 45 años, que están en el paro, tienen serias
dificultades para conseguir empleo y si alargamos la edad de
jubilación, según la media del país, ¿cómo vamos a seguir
trabajando si nuestro cuerpo no aguanta el trasiego de una
cadena laboral?
Bueno, tal vez no me entiendan, pero para que me entiendan
tendría que escribir con la ocupación total de todas las
páginas del diario “El Pueblo de Ceuta” y no creo que el
editor lo permita.
¡Saben una cosa?, he decidido emprender una política
económica, que espero sigan Vds., en la que gastaré lo
mínimo, lo que sea necesario para vivir. Sacando toda la
pensión mensual, que la S. Social ingresa en mi cuenta, y
guardándola en lugar seguro.
¿Para qué la voy a mantener en la cuenta bancaria, si encima
tengo que pagar los servicios y no obtengo ningún beneficio?
Si todos los ciudadanos hicieran esto… veremos cómo se las
arreglaban los gobernantes, el político y el financiero, del
país y de Europa.
Dado que viene un futuro cercano demasiado incierto pongo en
marcha, ahora mismo, lo que he dicho. Mis cuentas a CERO.
Si es un Pacto tan vago…
En fin, la vida sigue, yo también.
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