Los más de noventa enfermos de riñón que acuden
habitualmente al centro de diálisis del Polígono Virgen de
África han recogido más de 1.000 firmas con el fin de que el
Ingesa abra la sala de diálisis que tiene el Hospital
Universitario y que permanece cerrada. Los pacientes
pretenden aunar unas 3.000 firmas, según explica uno de
ellos, José Ruiz, el cual denuncia las colas que se forman
en las ambulancias.
Más de noventa personas acuden en Ceuta al Centro de
Hemodiálisis. Preferirían poder hacerse la diálisis en el
Hospital Universitario de Ceuta, tal y como, aseguran, el
Ingesa les prometió que ocurriría cuando se trasladara el
Hospital de la Cruz Roja al centro de Loma Colmenar. Ha
pasado cerca de un año y medio y los pacientes continúan
teniendo que acudir a las sesiones en el centro ubicado en
la avenida Polígono Virgen de África. En el Universitario
existe una sala destinada a ofrecer este servicio, pero la
tienen cerrada. El motivo que apunta el Ingesa es que los
pacientes ya se tratan en el centro externo, en base a un
acuerdo firmado entre el Ingesa y la empresa privada
‘Fresenius Medical Care’. “Ahora que el nuevo Hospital ya es
una realidad desde hace un año, hay que decir que en breve
se pondrá en marcha la hemodiálisis para pacientes con
insuficiencia renal crónica hospitalizados. La atención al
paciente renal crónico, ya sea en régimen ambulatorio o
cuando está hospitalizado está correctamente cubierta y a
plena satisfacción de los usuarios”, explicaba en una
entrevista a EL PUEBLO el director territorial del Ingesa,
Jesús Lopera, el pasado mes de febrero.
Parece ser, sin embargo, que no es tal esa “plena
satisfacción de los usuarios”, lo que ha provocado que los
pacientes hayan empezado hace unos días a recoger firmas con
el fin de que se abra la sala del Universitario y, al menos
los pacientes que se encuentran hospitalizados, puedan hacer
uso de ella.
A por las 3.000 firmas
Así lo explicaba ayer a EL PUEBLO José Ruiz, vecino del
Recinto Sur, y uno de los promotores de la recogida de
firmas: “Queremos conseguir al menos 3.000 firmas porque nos
prometieron que nos abrirían la sala y no lo han hecho”.
Este hombre, al que le tuvieron que amputar una pierna el
pasado diciembre, acude tres veces por semana a diálisis
desde hace trece años.
Es, prácticamente, lo poco que sale a la calle, ya que vive
en un cuarto sin ascensor, acompañado de su madre, Encarna,
de 99 años, y de una chica que les ayuda, Nayat, de 25 años.
A la incomodidad de tener que desplazarse hasta el centro,
Ruiz añade la cola de pacientes que se forma en las
ambulancias: “Ayer, cuando me recogieron a mí, tuvimos que
pasarnos primero por el Hospital para recoger a una señora.
La mujer estaba mala de la garganta y no dejaba de protestar
porque la hubiesen tenido que sacar en ambulancia para
someterse a diálisis en el centro. Encima, cuando ya
estábamos llegando, avisaron a la ambulancia para que
regresase al Hospital a recoger a un tercer paciente. La
señora y yo nos negamos y les obligamos a que primero nos
dejaran a nosotros. Con todo, yo llegué a la diálisis media
hora más tarde”. Después, agrega: “Y la semana pasada se
murió una mujer en la ambulancia porque le dio un infarto
mientras la trasladaban al centro de diálisis”.
“En todos los hospitales de España hay salas de diálisis”,
asegura Ruiz, que explica que cuando ha estado en la
península se ha sometido a diálisis en hospitales de Málaga
o Madrid. “En todos menos en Ceuta”, concluye.
|