Según vamos tirando se nota que la
crisis sólo afecta a la clase trabajadora, si es que aún
tenemos castas clasificadoras, aunque para mí no deberían
existir clases de ciudadanos en una democracia verdadera.
He salido, con mi familia, este fin de semana a recorrer
algunas poblaciones catalanas como compensación por no poder
disfrutar de la fiesta de San Antonio de mi ciudad natal.
Aquella inolvidable fiesta que recorríamos a pie los
senderos del Hacho partiendo de los jardines de San Amaro.
En el recorrido por los pueblos catalanes he contactado con
numerosos conocidos que andan de “juerga dominguera”. Unos
con sus coches, otros con sus bicicletas y otros en sus
segundas residencias.
Antes de eso, había acudido al local social de la Casa de
Ceuta donde cenamos los típicos pinchitos morunos,
acompañado por una estupenda tortilla de patatas con
cebolla. Después nos hemos explayados en debates políticos
con Rafa el presidente; Sebastián, un cántabro enamorado de
Ceuta y de Lily, que tiene una vehemencia infatigable en sus
argumentos políticos.
Cerca de nuestro grupo está otro grupo de ceutíes jugando a
lo de siempre: al dominó, pero con las orejas dispuestas de
tal modo que no perdían lo que debatíamos, mientras, al
fondo un grupo de mujeres andan ensimismadas en sus cosas.
El bueno de Rafa no para de encargarme artículos y más
artículos para la revista de la entidad con lo que tendré
buena parte de mi tiempo ocupada en la edición y maquetación
de la misma.
En mis correrías por los pueblos catalanes he podido
constatar la situación real del ambiente. Me entran dudas si
estamos o no en crisis a juzgar por los restaurantes
totalmente llenos. Ya sabemos que los fines de semana los
precios de los restaurantes aumentan el doble o el triple
respecto al de los días laborales. Sin embargo, a la gente
se la ve feliz y con ganas de pasarlo bien… y no solamente
este fin de semana, sino todos los fines de semana. Aunque
sea a últimos de mes.
No creo que sean todos banqueros. ¿O sí?
En uno de esos encuentros, ‘casuales’, tropiezo con un amigo
político –no político amigo, interpretación que tiene cierta
redundancia- que me comenta el tijeretazo que acaba de
realizar el ‘president’ de la Generalitat, Artur Mas.
Este amigo es también empresario y me dice que muchas
empresas entraran en crisis porque el tijeretazo del
‘Govern’ provocará que se realicen muchos despidos o ERE en
el sector privado.
Muchas empresas son de proveedores de servicios y material
para el sector público, así como las de construcción de obra
pública, limpieza y, sobre todo, suministros de material
eléctrico (iluminación).
De hecho, su empresa, dedicada a limpieza y servicios,
prepara un ERE para más de 150 empleados, agregando que una
empresa dedicada a fabricar elementos de iluminación pública
despedirá a cuarenta personas por falta de pedidos.
Entretanto los laboratorios farmacéuticos miran de aplicar
más despidos.
Todo esto por el tijeretazo en los presupuestos y que afecta
al sector privado con mucha fuerza.
Así y todo, otro sector empresarial, este financiero, sigue
acumulando beneficios aunque menos.
Como si lo viera. El aumento del paro es culpa de los
socialistas. No quiero pensar los recortes que harán los del
PP cuando ganen las elecciones. El país del Bienestar Social
a la basura.
Todo sea para que no les falten sus dietas y sueldos.
Aderezados con gastos de representación y asistencia a
plenos o asambleas.
Deberían aplicar ese tijeretazo a sus emolumentos, los
políticos, ya que tendrán menos impuestos que recaudar de la
clase parada y aumentarán el déficit comunitario. Círculo
vicioso llamo yo a esto.
En fin, la vida sigue, yo también.
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