Esperemos que sea para pocos días
y que puedan ser frenadas pronto para que los días de playa,
desde ahora hasta septiembre, no se vean afectados por esa
plaga que frena la entrada al agua y ocasiona mil picaduras,
cuando menos, molestas.
Y otra vez en las playas de la Ribera y del Chorrillo, unas
playas que volvían a tener su bandera de no contaminadas y
que daba tranquilidad a los bañistas de estar en buena
playa, pero que ahora habrá que poner, en ellas, “frenos a
la mar”.
Parece que con la llegada del calor, también, se ha
producido la llegada de las aguavivas, en grandes
cantidades, con lo que más de un bañista empieza a esquivar
poner los pies en el mar, en algunas zonas de la bahía sur.
Esto es lo peor que puede pasar a los bañistas, en esta
época del año, que lleguen con toda la ilusión, con todas
las ganas de entrar en el agua y que se tengan que quedar
fuera de ella, mirando como se van acercando las medusas.
Miedo o precaución es lo que había con respecto a las
aguavivas que ya merodeaban la zona de la playa.
Y con esto viene aparejado el mal humor, o dicho de otra
forma, “el cabreo” por no haber colocado, a su debido
tiempo, las redes esas que frenen la entrada de las medusas
a las inmediaciones de los bañistas.
Y como el miedo es libre y las picaduras de las medusas son
molestas y dolorosas había quien aseguraba que “no nos
atrevemos ni a meter un pie en el agua”. Era lo primero que
salía a la escena, cuando otro de los bañistas, o que
intentaba serlo, decía:”La playa del Chorrillo está plagada
de medusas”.
Era lo que había y lo que había era una verdadera plaga a la
misma orilla del mar que impedía meterse en el agua, sin
correr el riesgo de ser “atacados”, por estas “aguavivas”
que maldita la falta que hacía que se hubieran acercado a
estas playas.
Y luego ya, como en algo hay que matar el tiempo que se
hubiera consumido con un buen baño, pues muchos comenzaron a
matar las que podían, a base de “zapatazo” limpio, cosa
atractiva, pero nada efectiva.
Más éxito tenían los que trataban de atraparlas con pequeñas
redes, a aquellas que se encontraban en las partes, en las
que el agua estaba más caliente.
Descontento, reniegos y advertencias para los organismos
competentes de la incompetencia que ha habido al no haber
colocado ya las redes esas que cortan el paso a las medusas.
Y luego viene lo otro, “el chorrillo sin redes”, algunos
empiezan a pensar que habrá que ir juntando unos euros por
parte de los que van a esa playa, para poder poner, pronto,
las redes aquí, al ver que La Ribera sí las tiene ya.
A partir de aquí, pues, se hablaba de playas de ricos y
playas de pobres, playas para los enchufados y playas para
los que no tienen más que el cielo, la tierra, el agua y el
mar.
Y con estas visitantes, a las que no se había invitado, la
Cruz Roja está teniendo un trabajo extra, atendiendo,
durante todo el día, a quienes habían sufrido alguno de los
ataques de estas medusas.
Y como la Ciudad algo tenía que decir, desde el Gobierno se
dijo que el contrato de adjudicación de colocación de redes
se aprobó el pasado jueves, en mesa de contratación. No
había habido demasiado tiempo para que eso estuviera en
orden.
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