La Asamblea de la Ciudad Autónoma
de Ceuta quedó constituida, marcada por la ausencia de
Fátima Hamed número dos de Coalición Caballas.
El inicio de la sesión se retrasó esperando la llegada de la
diputada, hasta que pasado un tiempo prudencial se inició la
sesión, ocupando la presidencia de la mesa, Juan Vivas, como
diputado electo de mayor edad, acompañándole en la mesa
presidencial, Ana Cohen la diputada de menor edad y la
Secretaria General de la Corporación.
Y lo que tenía que pasar pasó Aróstegui, como no podía ser
de otra forma, al tomar posesión de su cargo, se saltó el
protocolo para pedir la autonomía ceutí. El personaje se
tenía que hacer notar y puso todo te su parte para que así
fuese desde el inicio del acto.
Se presentó al acto en mangas de camisa y con unos
pantalones vaqueros, con lo cual era una falta de
consideración hacia el resto de sus compañeros, incluidos
los miembros de Coalición Caballas que iban perfectamente
vestidos para el acto.
Una indumentaria nada acorde con el acto que se celebraba y
que por supuesto, si alguien de fuera de Ceuta lo ha visto
habrá tenido una idea bastante distorsionada de nuestra
tierra, al ver que un representante del pueblo ceutí,
aparecía de tal guisa al solmene acto de toma de posesión de
sus cargos como consejeros de la Ciudad Autónoma de Ceuta.
La verdad, sea dicha, a mi personalmente y en persona este
señor no me representa y creo que a casi la totalidad del
pueblo de Ceuta que le ha negado, en repetidas ocasiones sus
votos, y que si ha llegado al cargo, es gracias a los votos
prestados por esa Coalición, a la que además le ha hecho
perder tres mil votos, pues de haberse presentado por su
partido, no hubiese conseguido ni un sólo escaño ya que,
mayoritariamente, ni su propio partido le ha dado los votos
necesarios para sacar un escaño.
Y para redondear su magnifica actuación, no quiso estar en
la foto de “familia” realizada al final del acto. Lo hizo,
este político fracasado por falta de ganas. Y llevaba razón,
pues de haberse hecho la foto, no hubiese redondeado su
preparada actuación del primer día.
Lo único que lamento, y lo digo como lo siento, es que
Fátima Hamed, número dos de la Coalición, no haya podido
tomar posesión de su cargo, al parecer por encontrarse
indispuesta.
A esta señora, sólo la he saludado una vez y tengo que
reconocer que me pareció una señora muy inteligente,
preparada y con una gran personalidad, a la que hay que
respetar y darle el lugar que por derecho propio le
corresponde.
Deseo que se recupere de forma rápida y tome posesión de su
cargo y, sobre todo, del lugar que le corresponde siendo la
número dos de esa Coalición que, mucho me temo, como decía
la sabia de mí abuela termine como terminó la comedia
Ubrique. Y todo porque un señor, esté dispuesto a ser el
niño en el bautizo, el novio en la boda, y el muerto en el
entierro.
A cada uno hay que darle el puesto que le corresponde y
nunca el número dos va detrás del tres, sino al revés. Por
eso, igual en esa colocación de número, al primer tapón
zurrapa. Adiós, tú
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