Lunes. 6
Los lunes tengo la sensación de que es un día perdido. Me
parece ver a la gente como si no se hubiera recuperado del
descanso dominical y anduviera todavía un poco ida. Los
establecimientos que suelo frecuentar están cerrados. Así
que decido pasear desde la plaza de África a la de los
Reyes. Camino despacio. A mi aire. Y a mitad de camino llama
mi atención Benjamín Álvarez. Y la cháchara dura unos
minutos. Pocos. Los justos para comprender que seguimos
manteniendo las distancias que un día, sin decirnos nada,
optamos por mantener. Mejor así. Pues él, aunque tenga su
personalidad, no deja de ser el cuñado de Juan Vivas.
El cuñadísimo. Que así le llaman los que no le tienen mucha
ley a Benjamín. No es mi caso. Entre otras razones porque
las personas educadas y afables, jamás me molestan a mí. Y
el gerente del Instituto Municipal de Deportes, por tanto,
me sigue cayendo bien. No, créanme que no hablamos del que
dicen que será su próximo cargo. Por más que sé que es
candidato principal a ocupar la plaza que Francisco
Sánchez Paris dejará vacante. Como Jefe de Gabinete de
Presidencia (eso sí, todavía no estoy yo muy convencido de
que esa baja se vaya a producir), seguro que a Benjamín no
le faltará trabajo. Y tampoco se librará de las críticas.
Muchas de ellas, a buen seguro, serán acerbas. Tiempo al
tiempo. Benjamín Álvarez tendrá, si por fin es elegido para
desempeñar esa tarea, que hacer acopio de habilidad si
quiere salir ileso del reto que ha de afrontar.
Martes. 7
Inmaculada Ramírez se despide como portavoz de su
partido, el Partido Socialista Obrero de Ceuta, en el
Congreso de los Diputados. Allí estuvo para conseguir el
aumento y ampliación de las bonificaciones a la Seguridad
Social. Conociéndola, creo que ese momento será siempre
recordado por ella. Pues no todos los días tiene un político
la oportunidad de actuar en un escenario así. Máxime cuando
Inmaculada llegó tan nueva a la política local. Y que, como
dije fechas atrás, ser tan novata la puso en ocasiones al
borde del disparate. Pero Inmaculada Ramírez, mujer sencilla
por naturaleza y muy tolerante, supo aceptar las críticas y,
sobre todo, puso siempre todo su empeño en defender siempre
lo mejor para Ceuta. Por todo ello, nos alegramos de que la
señora Ramírez haya podido dejar su cargo en sitio tan
relevante y defendiendo una iniciativa tan importante para
esta tierra. Y a partir de ahora le deseamos, como no podía
ser de otra manera, toda la suerte del mundo tanto en sus
labores profesionales como en cualesquiera otras actividades
que decida acometer. En rigor, señora, ha sido un placer
conocerla y, naturalmente, tratarla.
Miércoles. 8
Los miércoles suelo quedar citado con Luis Parrilla.
Sí, Luis es un tipo que vive en Córdoba pero al que le
resulta muy difícil dejar de venir a esta tierra. Quedamos
en vernos en la terraza de “La Tasca de Pedro”. Y allí
estaba sentado a una mesa con dos señoras. A las que soy
presentado inmediatamente. Ellas son Margot Rubio y
África Pacheco. La conversación nos lleva al pasado.
Y van saliendo situaciones de otras épocas. Y es cuando me
entero de que el padre de Margot fue muy conocido por mí. Y
que muchos amigos de su padre y de ella lo fueron míos.
Guillermo Valero y Margarita Fortes, su mujer
(ambos caídos de boca por esta ciudad); Tomás Terry
(un artista del protocolo); Eduardo Hernández Lobillo,
etcétera. Las anécdota van saliendo a relucir y yo procuro
adaptarlas a mi forma de glosarlas, de contarlas. Y, por lo
apreciado, creo que no desentono. Al menos, si me dejo
llevar por cómo cunde la risa en la reunión. Cuando estamos
a punto de despedirnos, se presentó Antonio Tirado,
marido de Margot. A quien conozco desde hace mucho tiempo.
Debo reconocer que pasé un rato muy agradable.
Jueves. 9
Comida en “El Velero”. Comida familiar en un restaurante
cuyos propietarios han convertido el establecimiento en un
lugar acogedor donde los haya. Comer en “El Velero” es
dejarse llevar por los consejos de Francisco Fernández.
Y, a partir de ahí, todo transcurre miel sobre hojuelas.
Diligentes en el servicio, eficaces y amables, sin
estridencias, son los profesionales de un restaurante que
lleva ya muchos años dando muestras de ser uno de los
mejores, entre los mejores, que pueda haber en Ceuta. La
carta de “El Velero” es excelente, su cocina es estupenda, y
así podría seguir enumerando las bondades que ofrece un
establecimiento situado, además, en una de las principales
arterias de la ciudad. En esta ocasión, además de salir como
siempre encantado de las atenciones recibidas, me alegré
muchísimo de la recuperación de Gema Eguía. A la que
pude ver ya en plena forma tras el accidente que la mantuvo
alejada de su rincón de seguridad. La barra de “El Velero”.
Viernes. 10
Cada vez que me refiero a Comisiones Obreras de Ceuta, sobre
todo para recordar que sería conveniente conocer en qué
invierte el sindicato los dineros de las subvenciones
recibidas, hay un tipo que pierde los papeles. Un tipo
metido en carnes, con un lunar en una mejilla, o quizá sea
una verruga, y que lleva ya casi tres décadas sin doblarla.
Es decir, viviendo del cuento. Ese tipo, según tengo
entendido, es quien ordena y manda en el sindicato que tiene
a Juan Luis Aróstegui como secretario general. En
CCOO -de Ceuta-, el tipo metido en carnes, qué será de él
cuando cumpla algunos años más, se enfurece a media vuelta
de manivela en cuanto se percata de que estamos al tanto de
que las cuentas en ese lugar, donde él hace y deshace, se
llevan a su aire. Al aire de ese tipo que un buen día dijo
que había oído no sé qué en el Centro de Menores. Tal vez,
no lo recuerdo muy bien, lamentos procedentes de una cámara
de tortura. El tipo del lunar, o quizá sea una verruga,
metido en carnes, y que alardea a cada paso de ser la cabeza
pensante del sindicato y se las da de imprescindible, puede
que en algún momento se vea obligado a contarnos ciertos
tejemanejes. Recomendación: vaya, pues, el tío del lunar, o
quizá una verruga, haciendo gimnasia, con el fin de que
cuando reciba un disgusto y le salga la vena del histerismo,
disfrute de una tensión más baja. Cuidado con él. O sea, con
el tipo metido en carnes, y que luce un lunar, quizá sea una
verruga, en la mejilla. Eso sí, me imagino que esa gracia
suya estará en la mejilla izquierda. Vamos, a juego con sus
ideas y con su cara de cemento armado.
Sábado. 11
Hallo a Pepe Torrado en el Hotel Tryp. Apenas recién
finalizado el acto de toma de posesión de sus escaños por
parte de los diputados electos y en el cual Juan Vivas
ha sido elegido presidente de la Ciudad. Y nos ponemos a
charlar de cuestiones relacionadas con el pasado. No sin
antes analizar las razones que pueda haber tenido Fatima
Hamed para no prometer su cargo. En fin, allá ella. Que
ahora tendrá que salir diciendo que si tal y que si cual…
Todo antes que reconocer que le ha disgustado muchísimo ser
desplazada de su sitio en la bancada de la oposición. Pepe
Torrado me pide que cambie de tercio. Es decir, de
conversación. Porque, según él, quiere disfrutar de otros
comentarios míos. Y yo no tengo inconveniente en recordarle
anécdotas de un amigo en común. De un amigo que supo siempre
demostrarnos su enorme afecto. Cuando toca comer, llega
Mohamed Chaib y se sienta a la mesa con nosotros. Larga
sobremesa, pues, tuvimos. Pepe Torrado, cuando se encuentra
a gusto, es una persona entrañable. Con quien se puede
dialogar de casi todo. Todo un personaje, sin duda alguna,
el presidente de la Autoridad Portuaria.
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