Cerca de 3.000 personas (unas 1.300 el primer día, y cerca
de 1.700 ayer) han visitado el buque de proyección
estratégica ‘Juan Carlos I’ durante los dos días que este ha
permanecido atracado en el Muelle de España, en el Puerto de
Ceuta. Un buque que tiene una capacidad para 1.435 personas
y que ha hecho en la ciudad autónoma la última parada de la
travesía de resistencia que ha realizado por varias
ciudades.
La palabra más repetida por los visitantes era
“impresionante”. Como Cristina y Juan, que destacan “la
capacidad” del barco. Tenían ganas de visitarlo, no sólo
porque tienen a un amigo embarcado, sino porque él mismo
estuvo a punto de ser uno de los marineros de la primera
dotación de personal. Formaba parte de la Escuela Naval de
Ferrol cuando se empezó a construir el barco. No lo vio
acabar porque por motivos familiares tuvo que regresar a
Ceuta.
Álvaro, por su parte, resalta “la longitud” del navío, tras
visitar la pista de despegue y aterrizaje. Es el primer
barco que visita y lo ha hecho acompañado de Gema. “El buque
llamaba la atención desde lejos, por eso hemos venido”,
añadía la chica. Junto a ellos, Ada, de tres años, corría
contenta por uno de los hangares del barco.
Las ‘tripas’ del buque les ha encantado, pero se han quedado
con las ganas de ver más. “Habíamos leído en el periódico
que había un hospital y no nos han dejado verlo”, comenta
Álvaro. “Sólo nos han dejado ver dos hangares, una de las
cubiertas y poco más”, añadía.
Unos metros a su lado, en el mismo hangar, dos marineros,
Ángel y Fernando, junto al infante de Marina Alberto,
vigilaban un puesto en el que los visitantes al navío podían
comprarse camisetas y polos de recuerdo, a diez euros;
gorras y cinturones, también a diez; o tazas y parches, a
cinco. Todo un ‘merchandising’ con bandera de España y
letrero denominativo del buque. Mientras vendían sólo
pensaban en volver a Rota, donde el barco tiene su sede.
Los marineros estaban cansados, no sólo porque durante el
viaje tenían un horario de trabajo de siete de la mañana a
nueve y media de la noche, que incluía maniobras, limpieza y
adiestramiento, sino porque además, la noche del jueves la
habían aprovechado para conocer el ‘Poblado Marinero’. “No
me esperaba así Ceuta”, decía uno de los marineros. “Nos ha
gustado mucho”, añadía el otro. “Hay muchas mujeres, nos
hemos enamorado de todas”, concluían.
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