Un hombre ocupó ayer el banquillo de los acusados por el
delito contra la salud pública del que lo acusaba la
representante del Ministerio Fiscal en la ciudad y por el
que fue condenado al confesarse culpable. Motivo por el que
la magistrada del Juzgado de lo Penal número uno dictó
sentencia condenatoria con él, consistente en tres años y
seis meses de cárcel y 44.996 euros.
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