El 4 de junio se celebró el Día Internacional de los Niños y
las Niñas Víctimas Inocentes de Agresión. Y se lleva
haciendo desde que en el 82 y tras la situación vivida en
Palestina se decidiera conmemorar tal día para recordar que
todavía tenemos la obligación moral y el deber de seguir
exigiendo conciencia social ante unos hechos devastadores,
pues cerca de la mitad de los 3.6 millones de personas que
han muerto desde los años 90 en conflictos bélicos son
menores. Otros 4 millones han quedado con grandes secuelas y
lesiones cerebrales; 5 millones se han convertido en
refugiados y 12 millones se han visto desarraigado de sus
comunidades. A esto le sumamos un número mucho más elevado
para reflejar los que han sufrido deterioro en su salud,
nutrición y educación.
Pero desde la asociación Búscome y sin olvidar los hechos
descritos anteriormente, queremos aprovechar este día para
recordar que también existen otros tipos de situaciones
vividas por los y las menores que dejan, de igual manera,
unas secuelas irreversibles en el desarrollo psicológico y
emocional de quienes lo padecen: problemas de socialización
y de integración en la escuela disminuyendo el rendimiento
al tener dificultades para la atención y la concentración;
síntomas de estrés postraumáticos como insomnio, pesadillas,
fobias, ansiedad o trastornos disociativos; conductas
regresivas como la enuresis o ecopresis; síntomas
depresivos; dificultad para la expresión y manejo de las
emociones adquiriendo en muchos casos los roles de víctima o
de agresor por la posibilidad de repetir los patrones de
conductas así como la interiorización de roles de géneros
erróneos; asunción de roles parentales o protectores hacia
la madre que no corresponde con los típicos de su edad. O en
el peor de los casos la propia muerte del menor, en el 2010
murieron 4 menores.
Nos estamos refiriendo a los hijos y las hijas víctimas de
violencia de género. Según Save the Children son 200.000
niños y niñas cuyas madres necesitan de una orden de
alejamiento y cerca de 800.000 niños y niñas han vivido
situaciones violentas dentro del hogar de manera directa o
indirecta y sólo el 4% de ellos han recibido algún tipo de
tratamiento. Consideramos que los gritos, los golpes, los
insultos, las presiones, las coacciones, los gestos no
verbales, las amenazas, las intimidaciones, el control que
se produce dentro del hogar es presenciado por los hijos y
las hijas de una manera patente porque, a diferencia de los
pensamientos de muchas personas, desde la Asociación Búscome
sabemos, por haberlo vivido de cerca en muchas ocasiones,
que los niños y las niñas si son conscientes de todo lo que
ocurre a su alrededor y que si la madre ha conseguido salir
con vida y ha podido decir BASTA, nadie decide por ellos y
por ellas porque, en la gran mayoría de las ocasiones, y
tras las sentencias judiciales, los hijos y las hijas siguen
presenciando en los regímenes de visita lo descrito
anteriormente, bien porque los padres han rehecho su vida,
por el incumplimiento de la orden de alejamiento, porque
ahora el control del poder sobre la madre es ejercido a
través de los hijos y las hijas o simplemente por la
exposición ante espacios o momentos ya vividos que les hacen
revivir las experiencias.
Con esto queremos decir que a pesar de los grandes avances
en igualdad y tras la implantación de La Ley contra la
Violencia de Género que ha posibilitado la atención y el
desarrollo integral de las víctimas, ahora toca el turno de
invertir los recursos, el tiempo, los estudios y las
actuaciones para considerar a los hijos e hijas víctimas de
violencia de género como víctimas directas del maltrato.
Actualmente existe una falta de recursos económicos y
humanos para atender a los y las menores y se necesita una
mayor formación especializada en los y las profesionales.
Además existe una falta de coordinación entre los distintos
ámbitos de protección y atención como son los servicios
sociales, judiciales, policiales, sanitarios y educativos.
No se han adoptados medidas reales que garanticen sus
derechos.
Por tanto, desde la Asociación Búscome nos sumamos a las
peticiones realizadas por las organizaciones que defienden
los intereses de la infancia y pedimos al Gobierno Central y
a Ceuta como Comunidad Autónoma competente en materia de
mujer que adopten un enfoque de derechos de la infancia en
sus políticas públicas sociales y de igualdad, reconociendo
la condición de víctima en violencia de género y adoptando
medidas necesarias para su desarrollo integral, garantizando
la colaboración entre las distintas instituciones,
promoviendo la inclusión de indicadores en las estadísticas
oficiales sobre la Violencia de Género que visibilice la
situación, el aumento de recursos humanos y materiales, así
como la formación que garanticen la posibilidad de una
intervención real. De igual manera se necesita la
elaboración de sistemas importantes de detección y
prevención sobre todo desde los ámbitos educativos y
sanitarios. Sólo así se cumpliría realmente el objetivo
fundamental de la Ley.
“Dedicado a la niña de cinco años que recientemente ha
perdido a su madre en Almería. A ella y a todos los niños y
las niñas que viven el infierno del maltrato, porque podemos
parar esto.
*Presidenta Asociación Búscome
|