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OPINIÓN - LUNES, 6 DE JUNIO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

El afortunado en la rifa del “puesto para
el amigacho” es... ¿Iván Chaves?


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Se dice, se comenta y se rumorea en esos mentideros proclives al chisme y a la habladuría, a la anécdota y a las “historias para no dormir” que existen ciertas tensiones internas en el acoplamiento de la Coalición Caballas, de hecho probablemente la UDCE tendrá que despedir a algún asesor de su grupo en la asamblea para que ocupe el lugar de “asesor” de la Coalición Iván Chaves por el PSPC, haciendo las veces de fiel escudero de Juan Luis Aróstegui, que es lo que ha venido haciendo hasta ahora al emitir sus recriminaciones e iracundias desde su diario consanguíneo o “grupo de presión mediática” afín al Secretario General de CCOO. Nada que reclamar, las diferentes opciones o alternativas políticas siempre han contado con medios de comunicación más o menos cercanos y acordes con sus valores y postulados.

Pero la curiosidad es por saber cuál de los asesores de la UDCE pasará al puesto de ex-asesor para dejar paso a Iván Chaves y también se ignora sobre que temáticas puede “asesorar” porque le desconocemos doctorados y maestría. Aunque es positivo el que Aróstegui se tenga que tragar todas sus postulaciones y discursos sobre “amiguismo” y “enchufismo” y rectifique su amargo enfado ante las designaciones “dedocráticas” porque va a ser el primero en señalar con el dedo a su allegado y ofertarle una colocación para que se levante un jornalillo y eso en tiempos de crisis es oferta nada desdeñable. Más de uno y más de dos “auténticamente” preparados, culturizados y formados para “asesorar” darían un riñón y la mitad del otro por tal de que sus consejos, pálpitos y admoniciones fueran requeridos por algún político, ya les digo que la cosa está muy mala, el que no corre vuela y en cuestión de echar horas los dedos se vuelven huéspedes y se es capaz de ir del teclado al palustre por tal de redondear presupuesto y levantarse una “paguilla”. Y el afortunado en la gran rifa del “puesto para el amigacho” es... ¡Iván Chaves!.

Contento le presumimos y a ver si así se le quita la paranoia de que la gente se mete con sus familiares descansados cuando es mentira y son puras majaderías que le vienen a la sesera. La noticia es que se murmura que Aróstegui va a colocar a su adepto Iván Chaves como “asesor” de la Coalición Caballas en la Asamblea y resulta extraño que un grupo tan “metepatas” no haya fraguado por higiene política el “buscarse” a un “auténtico” asesor que sea “experto en algo” sino que ricen el rizo de la estulticia colocando apalancados “a los mismos” que han venido perpetrando en comandita todas las boberías que les han venido caracterizando, con sus características salidas de tono, malas maneras, enfrentamientos y mañas de “Rosario la Dinamitera”.

Aun recuerdo cuando el propio Iván Chaves arremetía contra esta escribidora que siempre ha sentido por sus críticas y abominaciones una total indiferencia, consciente de que no se trataba de “algo personal” sino de una manera de “agitar el botafumeiro” para refocile y complacencia de sus superiores con quienes parecía operar en plan “tiralevitas” y buenas rentas va a percibir de su vasallaje con “el carguillo”. El que va a estar menos contento es quien tenga que salir por la puerta de atrás y dejarle la silla recalentada al flamante “asesor”, vamos que se va a retirar lanzando sapos y culebras, admoniciones, retruécanos y calamidades, con los instintos de un gato rabiando y gastando más mala leche que una cuadrilla de grajos.

¿Y no “denunciaban” los de la Coalición Caballas a los “cargos”?. Pues que den ejemplo y renuncien a sus “asesores” a no ser que se pillen a un buen politólogo que ese falta sí que les hace. Pero como “la ocasión la pintan calva” tal vez los mentideros vaticinen verdades y entonces no serían “mentideros” sino “verdaderos” y significaría que el sujeto de la UDCE sale para dejarle el puesto a Iván Chaves de quien se puede decir que le ha sonreído Dios y que se ha hecho una rifa y él tenía todas las papeletas compradas. ¡Quien se lo iba a decir! ¡Nada más y nada menos que “asesorando”! ¡Y con lo mala que está “la cosa”! ¿Y qué materias concretas domina como para llevar a cabo un “asesoramiento”? Pues domina las artes de las amistades y de ser allegado de un electricista que sabe “colocar enchufes”.
 

Ceuta en la hora violeta


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Exposición, artículo o crónica sentimental? De todo un poco porque la lección de Ceuta es una lección de matices, de alardes cromáticos, de aplicar el arte de la espátula sobre la tela y que la tela sea un lienzo de Flandes bien tensado sobre el bastidor del horizonte. Golpes de espátula que no suaves pinceladas porque para atrapar las tonalidades de la hora violeta ceutí, sobre todo cuando las tiñe el levante de malvas acidulados se requiere el alma de un pintor impresionista.

¿Qué toca hoy vientos de levante o de poniente? ¡Como para fiarse! Creo comprender que el levante viene con sones atlánticos y el poniente es exhalación del Mare Nostrum, como referencia el ondear de las banderas y supongo que cuando sea más experta en el manejo de la emborronada paleta donde aparecen manchurrones del colorido de Ceuta sabré distinguir por el tono y por la textura del mar. Por ahora me fijo cada día en el horizonte desde mi colación en la cafetería Charlotte made in Paseo de las Palmeras, contemplo la edulcorada postal del puerto en relieve sobre el Peñón y de las banderolas ondeantes en relieve sobre el puerto, me siento de frente y a la derecha está el monte Hacho con esa fortaleza que a las primeras luces que la alumbran, recién dormida la hora violeta recuerda al palacio de la Alhambra.

A la izquierda el paseo se pierde en una hilera rectilínea de árboles de hojas color burdeos y granate y al otro lado las palmeras añosas inasequibles al picudo rojo que ha asolado la costa mediterránea y eso es porque las protege el espíritu de ese gran cotilla que fue el primer periodista del Imperio Romano, Estrabón, altivamente diseñado en bronce por Ferrán Pagán que es reencarnación del genio de un escultor grecorromano y actuando a la par, el reencarnado y el grecorromano han montado un museo urbano y callejero en la ciudad, obra de arte por acá, obra de arte por acullá y se ahorran los gastos de personal y mantenimiento de un museo convencional con sus correspondientes salas. Estrabón está ahí para murmurarle una rápida jaculatoria pidiéndole el don de la creatividad que no el del chismorreo porque a ese historiador le encantaba escarbar en el numen de los pueblos que iba okupando el Imperio y disertar en tono crítico sobre las costumbres de “los nativos”. “Nativos” que eran sopa cultural de tradiciones que daban vuelta y media a las de la madrecita Roma, pueblos infinitamente más mágicos y antiguos descendientes directos de los hombres que vinieron de las estrellas. Pero no, no me lanzaré a una agria crítica sobre la insana manía de los extranjeros de invadirnos ni reivindicaré públicamente un desagravio por parte de Berlusconi por la ofensa infringida por sus antepasados a nuestros arcanos tratando de imponernos los cursis “clichés” romanos y contaminando nuestro idioma ancestral con sus repipis latinajos.

No iré por la exaltación del origen de “lo” español porque me tendría que remontar a Atapuerca que es de donde todos venimos y ahora se trata de comprimir en frases la magia de la hora violeta de este fragmento desgajado de España porque los mares se metieron por medio. Y esos mares trato de distinguir desde mi asentamiento previo abono de un óbolo en la mesita de la cafetería, por la derecha, por el Hacho sale el sol y si se es yogui en esa dirección hay que iniciar al alba las serie de asanas del “Saludo al sol”, por la izquierda, siempre mirando en dirección Gibraltar, es la línea del crepúsculo que ve languidecer el cromatismo de la tarde. Pero, si del Paseo de las Palmeras cruzo hasta la sede de este periódico que está del otro lado ya no sé exactamente como mirar, enloquece mi rosa de los vientos, me entran mareos y me tengo que tomar un Dogmatil 50 y un complejo de vitaminas B para no aturdirme por el “jet-lang”.

No he visto en mi vida ciudad más linda y geográficamente embarullada . Ni con más claves esotéricas y exotéricas cuidadosamente camufladas. Lógico. Los Caballeros del Temple que llegaron con Enrique el Navegante camuflados bajo otras capas y portando a su Virgen mística no eran ni unos “pringáos” ni unos analfabetos espirituales y “sabían” y “conocían” el enclave rebosante de energía telúrica en el que iban a depositar a su Magna Mater y hacia donde habían de mirar las puertas del templo que le sirviera de cobijo y acomodo. Y los templarios, guardianes de la sabiduría antigua y sagrados cancerberos de Vírgenes negras y de Griales, iban bien sobrados de arquetipos y de sacrosanta simbología.

¿Buena suerte en los momentos anteriores a la hora violeta? Yo busco automáticamente con la vista a dos palomas que paran por el enclave de las Palmeras y que se distinguen del resto porque están cojitas, la una de las dos patas y la otra de una sola, son especialistas en devorar migajones de la tostada, se mueve confianzudas entre las mesas, forman parte del paisaje urbano y para mí ejercen de talismanes. La primera vez que vi a una de ellas Antonio López me invitó a desayunar. A las pocas fechas me volví a topar con la minusválida y me encontré un euro. La vez siguiente recibí un paquete que me enviaban de casa. Y vi a las dos juntas y por vez primera en mi vida había jugado un boleto de números de nosequé y resulté agraciada con ¡ocho euros! No me lo podía creer pero a raíz de resultar afortunada decidí no volver a tentar a la suerte porque podría convertirme en ludópata.

Todo es singular en este enclave acrisolado y marinero, los vientos cambiantes, el diseño de los cúmulos nubosos en el horizonte, el enloquecer de la rosa de los vientos, la brújula que parece girar a golpe de mojito y de caipirinha, las palomas cojitranquis que actúan de talismán y la Virgen de África que contempla cada día el reverbecer de matices crepusculares y que se queda dormida acunando al Hijo al apagarse la hora violeta. La hora violeta.

*Dedicado a mi amigo Antonio Gómez que me enseñó a “mirar” Ceuta
 

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