Nunca podíamos pensar que Aróstegui llegaría tan lejos

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Maldición! Tendremos que entonar no un “meaculpa” porque en la maquinación “caímos” todos, así que en plural sería un “nostraculpa”, en plan acto de contrición con golpe en el pecho incluido. ¿Hechos? comparecencia de un aparentemente apenado Juan Luis Arósotegui en rueda de prensa flanqueado por los “presuntos” representantes del personal que ejerce sus funciones en el Centro Nazareth, pública denuncia bien motivada y recitada con gesto compungido en referencia a los extenuantes horarios de los trabajadores, la inesperada partida de las monjitas, las torpes tentativas de paliar su ausencia con la contratación de tan solo de cinco empleados a tiempo parcial, los abusivos horarios nocturnos, la desatención y carencias que sufren los ancianos por la falta de personal y la situación de sobrecarga que sufren todos los que allí trabajan en pésimas condiciones. Lógico aplauso colectivo tipo “Miren a Juan Luis Aróstegui como se preocupa por los ancianitos”. “¿Han visto lo triste que parecía? eso es porque le ‘debe doler’ lo que están pasando los pobres trabajadores”. “Cuando hay que aplaudir se aplaude y “esta “ denuncia está muy bien y la compartimos todos”. Frases de halago para el sindicalista que actuaba en su papel de Secretario General de CCOO, mucha emotividad y el personal muy conmovido.

Hasta que ayer aparecieron en las dependencias de este diario dos señoras como “auténticas” representantes del personal del Centro Nazareth para aportar pliegos de firmas de treinta y ocho de los cuarenta y seis trabajadores, es decir, de un 82% de los empleados diciendo que todo lo que ha dicho Aróstegui es mentira. Que CCOO tan solo representa a ocho empleados de los que dos son enlaces sindicales y uno de los enlaces, un señor que aparece junto a Aróstegui en la foto de la rueda de prensa lleva tres meses sin aparecer por el trabajo. Treinta y ocho empleados auténticamente indignados y sintiéndose ofendidos en su hora profesional, porque ni falta personal para atender a los setenta abuelos, ni están sobrecargados, ni existen carencias ni deficiencias y mucho menos trabajan en el Centro personas que no estén capacitados, concretamente una de las comparecientes de profesión auxiliar tiene todos los diplomas de especialización que existen y así el resto.

Y encima a la marcha de las monjas no se contrataron a cinco empleados sino a diez. Y como colofón las guardias nocturnas que se encuentran generosamente pagadas están diseñadas para que el personal de noche libre día sí, día no, es decir que trabajan quince días al mes a cambio de buenos emolumentos y encima discuten porque prácticamente toda la plantilla desea hacer turno. Sólo seis personas más dos enlaces sindicales que son parte interesada en el asunto apoyan la dramática y falsa denuncia de Juan Luis Aróstegui y respaldan la iniciativa de la rueda de prensa que nos conmovió hasta las lágrimas. El resto, el 82% dicen que el Secretario General de CCOO ni representa a nadie, ni ha hablado con ellos, ni se les comunicó a los treinta y ocho que iba a comparecer, ni Juan Luis Aróstegui es quien para comparecer hablando en nombre más que de sus seis amigos y de los dos enlaces, ni tiene derecho a discursear señalando los “supuestos” problemas del Centro, ni se encuentra legitimado, ni dice más que falsedades, bien que le han contado bien que se las inventa, con tal de “montar” una rueda de prensa y “aparecer” fotografiado en los medios de comunicación. ¿Histrionismo o ansias desmedidas de protagonismo? Puede que tan solo se le haya ido la pinza. Pero usar las presuntas fatigas de los abuelos para publicitarse y rascar espacio informativo nos parece algo auténticamente despreciable. Porque juega con los sentimientos de la sociedad ceutí, falta al respeto al 82% de la plantilla del Centro Nazareth, ofende a trabajadores y responsables de la institución, engaña a todos los ciudadanos que nos encontramos muy sensibilizados con el tema de los ancianos, usa y abusa de nuestra credulidad y buena fe ya que en cualquier asunto relacionado con abuelos o con niños la gente se vuelca, nos hace sentir apenados y en cierta manera culpables al presuponer las terribles fatigas que estaban sufriendo en el Centro Nazareth y luego llega el personal y nos dice que todo lo declarado es pura fabulación y flagrante mentira.

¿Como se les queda el cuerpo? Pues fatal. Porque una cosa es el juego político puro y duro, donde llegan a caber ciertos matices y se manipula a veces la realidad para adecuarla a los intereses partidistas. Como ejemplo cuando a la Coalición Caballas le entraba la vena “conspiranóica” y acusaban a todo el mundo de tramar y de conspirar contra ellos con argumentos de lo más estrambóticos. Pero otra cosa es el engaño meditado y premeditado, la manipulación de las buenas conciencias, la burla a los sentimientos de los ceutíes y “usar” a los ancianitos como motivo de una especie de rueda de prensa “enjaretada” en torno a noticias y hechos falsos. Eso es pura bajunería. Hace un par de fechas los embates fueron contra el AD Ceuta para quitarles a los ceutíes su equipo, su escudo y su camiseta, y ahora utiliza las penalidades de abuelos y de empleados para “tener tema de denuncia”. El 82% del personal rabia, los enlaces sindicales de CCOO de Nazareth no dan la cara, los trabajadores exigen explicaciones y una inmediata comparecencia de Aróstegui rectificando y pidiendo perdón.

Entonemos el “nostraculpa” por dejarnos confundir y embaucar, pero nunca podíamos pensar que llegara tan lejos ni actuara de forma tan baja. Porque para todo hay límites, esos incómodos límites que señalan la decencia y la moral.