En el día de hoy comparto con los
lectores de este medio de comunicación un discurso ofrecido
por el Presidente Francés, Nicolás Sarkozy, por expresar
nítidamente la realidad del “progresismo” español y ceutí.
“Hoy, hemos derrotado la frivolidad y la hipocresía de los
intelectuales progresistas. De esos que el pensamiento único
es el del que lo sabe todo y que condena la política
mientras la practica. Desde hoy no permitiremos
mercantilizar un mundo en el que no quede lugar para la
cultura: Desde 1968 no se podía hablar de moral. Nos
impusieron el relativismo: la idea de que todo es igual, lo
verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el alumno vale
tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no
traumatizar a los malos estudiantes. Nos hicieron creer que
la víctima cuenta menos que el delincuente. Que la autoridad
estaba muerta, que las buenas maneras habían terminado, que
no había nada sagrado, nada admirable. El slogan era VIVIR
SIN OBLIGACIONES Y GOZAR SIN TRABAS. Quisieron terminar con
la escuela de excelencia y del civismo. Asesinaron los
escrúpulos y la ética. Una izquierda hipócrita que permitía
indemnizaciones millonarias a los grandes directivos y el
triunfo del depredador sobre el emprendedor. Esa izquierda
está en la política, en los medios de comunicación, en la
economía. Le ha tomado el gusto al poder. La crisis de la
cultura del trabajo es una crisis moral. Hay que rehabilitar
la cultura del trabajo. Dejaron sin poder a las fuerzas del
orden y crearon una frase: se ha abierto una fosa entre
la policía y la juventud: los vándalos son buenos y la
policía es mala. Como si la sociedad fuera siempre
culpable y el delincuente inocente. Defienden los
servicios públicos pero jamás usan transporte colectivo.
Aman mucho a la escuela pública pero mandan a sus hijos a
colegios privados. Adoran la periferia pero jamás viven en
ella. Firman peticiones cuando se expulsa a algún ocupa,
pero no aceptan que se instalen en su casa. Son esos que
han renunciado al mérito y al esfuerzo y que atizan el odio
a la familia, a la sociedad, a la religión y a la República.
Hoy debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la
educación, de la cultura y de las obligaciones antes que los
derechos. Estos se ganarán haciendo valer y respetar los
anteriores”. Nicolás Sarkozy
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