Cada día se extiende más esta
norma que a nadie deja indiferente, a nadie perjudica y a
todos agrada, porque en esa fiesta, lo pasan bien, más que
los propios alumnos, también los padres y, no digamos los
abuelos.
No sé si es un avance más de la sociedad del consumismo,
pero lo que sí sé es que con esto hay una relación mucho más
directa de padres y alumnos con los centros, en el momento
en el que, precisamente, los alumnos van a abandonar aquel
lugar donde han pasado varios años, donde se han ido
formando y donde pasaron de ser niños a ser hombres /
mujeres.
De rebote, que nadie lo olvide, también los establecimientos
de Ceuta, muchos de ellos, sacan su correspondiente tajada,
porque no hay un solo chaval, no hay una sola chiquita que,
para ese día, no vaya a utilizar sus mejores galas que, se
compran, muy especialmente para ese momento, para esa
circunstancia.
Mayo, aquí en Ceuta, por ejemplo, no es un mes malo, ni
mucho menos, porque el hecho de que para fiestas extra de
más de mil jovencitos haya que hacer unas compras
especiales, en establecimientos de confección, en
zapaterías, en tiendas de modas ..., a lo que se unen otros
cientos de comuniones, le da un ambiente muy especial a
todos ellos.
Y de rebote los establecimientos de restauración que,
durante este mes, tienen una serie de docenas de “bodas
extra”, porque no menos que una boda es la cantidad de
personas que, desde el IES “Siete Colinas”, por ejemplo,
fueron a cenar en la noche del viernes, y no menos que una
boda fue la gran cantidad de personas de los agustinos que,
dos días antes, estuvieron en el Hotel La Muralla, por una
razón similar.
No deberían volverle la espalda a esto los establecimientos
de restauración, si es que, de verdad, miran por la
clientela y piensan en ella, pero por desgracia o por no
saber encauzar muchos negocios, nada más que por la pela,
cuantas más mejor, hay en más de un lugar donde con esas
comidas o cenas dan verdaderos atracos, más que por los
precios, por la calidad y cada uno debe saber por donde
vamos.
Me iba alejando de la imposición de las bandas, pero no
alejados de ellas están esos restaurantes a los que tales
organizaciones festivas les aportan mucho y ellos, sin
embargo, aportan, más bien, poco o muy poco, a todos estos
festejos.
Y la prensa se hace eco de todos ellos. Por supuesto, no
hace falta más que echar la vista a la prensa escrita, del
sábado y, en concreto a sus páginas de fotos, para darte
cuenta de que actos de este tipo, de imposiciones de bandas,
interesa a todos, y el hecho de dedicar una o dos páginas de
un medio es porque esto también aporta clientela al propio
periódico.
Este tipo de actos, creo que todos los centros lo llevan a
cabo, es la despedida, de una manera oficial, a unos
chavales, a unas jovencitas que ya se van de lo que fue su
casa durante unos años. Pero no hay que confundirse, este
acto no es más que el “hasta luego” a unos muros que algún
hueco han ido llenando en todo ese tiempo y la mejor forma
de despedirse de tu segunda casa, de mucho tiempo, es
despedirte con alegría, con satisfacción y con el
agradecimiento que, por ambas partes tiene que existir, tras
esa larga y profunda relación.
La imposición de bandas en el IES “Siete Colinas”, una año
más, ha sido un auténtico éxito.
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