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La industria pesquera trata de
mantenerse ligeramente a flote, tan especialmente ‘tocada’
por la falta de apuesta concreta al sector. Un par de
intrépidos emprendedores se han atrevido a plantar cara a la
crisis, instalar una almadrabeta frente a La Ribera y dar
trabajo durante todo el año a 20 pescadores. Un hecho
relevante para una historia que dará resultados desde esta
semana cuando se levante por vez primera las redes con las
capturas de bonito, melva, caballa y volaores, el objetivo
de esta pesca selectiva cuyos productos, en una buena medidn
pasarán por la Lonja para darle cierto oxígeno a una
actividad que venía dando muestras de estar en los
estertores finales. Es de recibo que las instituciones
alaben y respalden una iniciativa tan valiente como
prometedora.
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El negocio del ‘bunkering’
-suministro de combustible a buques- pasa definitivamente a
ser una de las primeras actividades que de potencial pasa a
ser una realidad en Ceuta. La subida de casi un 11% en el
volumen suministrado en los primeros tres meses de este año
da cuenta de la permanente y sostenida subida que se viene
observando desde que los operadores se han multiplicado en
la ciudad y los consignatarios han aumentado su presencia en
Ceuta. La apuesta inversora hacia este negocio, más el
añadido de lo que se avecina en la ampliación del muelle de
poniente como para convertir a la ciudad en una plataforma
logística de combustible, está teniendo unos resultados
óptimos para beneficio también de la ciudad.
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OPINIÓN / EDITORIAL
