El del PSPC ha vuelto a dar
muestra de su dominio belmonteño sobre el invento ‘Caballas’
y compareció en CeutaTV para lanzarse a un monólogo en el
que apenas permitió intervenir a quienes “se supone” que
ejercían la labor de entrevistarle. Inútil tarea. A la
pérdida demostrable de 3.000 votos por parte de los dos
partidos que conforman la Coalición respondió con vaguedades
y alegando que “hablar de política es difícil” y que
“valorar es complejo”.
Pero lo más llamativo es su valoración en el espacio de
opinión que le otorga el “diario amigo” en la que acusa a
sus propios ex-votantes del PSPC de “falta de compromiso
ideológico”. No es de extrañar ya que como buen profesional
de la falta de responsabilidades políticas no duda con
arremeter también contra “los suyos”. Es decir, “todos
culpables” y firmes candidatos a entrar a formar parte de su
peculiar “lista de arosteagravios y arosteculpabilidades”.
Sus desertados ex votantes podrían integrar una
arostetraición y probablemente los ex de Mohamed Alí una
arosteguifobia.
Para Aróstegui los votantes del PP son racistas, fanáticos ó
imbéciles, los votantes de UDCE son desencantados y los
suyos del PSPC son traidores ideológicos. El único inocente,
impecable, inigualable, impóluto, imbatible, inamovible,
irrebatible, irrepetible, inalcanzable, inapelable es él. Y
de paso impresentable pero eso no lo piensa él sino que lo
piensan otros.
No contento con todo esto continúa ofendiendo gravemente a
los votantes del PP y al Gobierno del PP hablando de que
tenemos “una situación política putrefacta” y un “régimen
aplastante basado en una idea corrupta”. ¡Miren que amable!
La mayoría absoluta de los ceutíes a quienes hace unas
fechas calificó de racistas y fanáticos ahora chapoteamos
entre la podredumbre y la corrupción, así, difamación por
las buenas de los ciudadanos de Ceuta.
¿O es que tal vez ha declarado la guerra a la ciudad y vamos
a ser los últimos en enterarnos? Y eso inquieta, porque más
de uno y más de dos aprensivos pueden valorar el riesgo que
desde aquí anunciamos como poco probable, de topar un día
con Aróstegui vestido de Rambo en plan “combatiente
solitario”, agazapado y acechante sobre una palmera de la
Plaza de África a la espera del enemigo, que al parecer son
prácticamente todos los ciudadanos con excepción de los
escasos votantes que ha logrado retener la UDCE del
desaparecido Mohamed Alí, que debe de estar conforme con
todas las refitoleras y feroces afirmaciones del otrora
líder del PSPC porque, ni comparece para desmarcarse de las
insultantes palabras de su coaligado contra los ciudadanos,
ni le exige que rectifique de inmediato y que deje de hablar
en nombre de Caballas porque sus ataques salpican a todos
los miembros de la Coalición. Ni aparece para pedir excusas
a los miles de ciudadanos agraviados. Ni tan siquiera se
alarga a una ferretería a comprar un rollo de cinta aislante
para taparle la boca a su socio y que deje de desbarrar. Y
luego critican con furia al Gobierno de Juan Vivas y le
tildan de villano ¡Ja!, al menos el Gobierno ha sellado el
vertedero de Santa Catalina dando muestras evidentes de ser
más eficaz que Mohamed Alí que no ha conseguido sellarle la
boca a Aróstegui.
Y no es que sea intención de los miles de ciudadanos de
Ceuta que son sistemáticamente insultados y menospreciados
por el del PSPC el lograr que Mohamed Alí le selle la boca a
Aróstegui y le plante un parque en lo alto de la cabeza, en
absoluto. Infinitamente más práctico, coherente y dotado de
cohesión amén de solidario sería que la Coalición Caballas
realizara un pequeño esfuerzo económico y sufragara de
manera humanitaria un audífono a pilas para uso y disfrute
de su coaligado, ya que demostrado queda que padece de
sordera política y que no se quiere enterar del rechazo a
grito pelado que la sociedad ceutí siente hacia su persona,
hacia sus ideas, hacia sus caducas artimañas, hacia su
descarada manipulación de Alí, hacia sus genéricas y
cronificadas malquerencias y hacia su discurso marxista-onegetista
tan tremenda, rematada y repajoleramente cursi.
Porque antes que nada, sobre todo y por encima de cualquier
otra circunstancias el rasgo más destacable de Juan Luis
Aróstegui es que es un cursi.
Cursi, sordo y con pretensiones pedagógicas, porque
“amenaza” a los ciudadanos con realizar una “labor
pedagógica” para “cambiar el rumbo”. Las elecciones
calentitas, miles de ceutíes han decidido libremente en las
urnas qué rumbo quieren seguir, en España entera ha arrasado
el rumbo del PP y Aróstegui, sordo al clamor del pueblo
soberano quiere “cambiar el rumbo” poco menos que por
cojones, quiera o no quiera la población. Eso está mal. En
democracia conculcar la voluntad de la mayoría es puro
golpismo y es ser un antidemócrata, por mucha “labor
pedagógica” que predique ofreciéndonos el ejemplo de la
“espectacular labor pedagógica” que ha desarrollado con los
propios votantes de su partido el PSPC que ya no le votan,
claro.
Y es que la pequeña formación localista presidida por el de
Caballas parece más bien una asociación de amigos, allegados
y estómagos agradecidos, por lo que la deserción no es de
extrañar. La gente se cansa y se hastía de discursos
repetitivos y de vivir el conflicto por el conflicto y la
crispación por la crispación, de ahí lo irritante que
resultan las pretensiones pontificadoras y mesiánicas de
Juan Luis Aróstegui y su postura de “salvapatrias” cuando el
pueblo de Ceuta le repite desde hace más de quince años que
ni le quiere escuchar, ni le interesan sus majaderías, ni
comulgan con sus cursis postulados, ni se tragan sus
repentinas afinidades con Mohamed Alí, ni soportan su
moralina de “cambio de mentalidad” poco menos que a viva
fuerza , porque, si se le ha rechazado en las urnas ¿Quien
es él para tratar de cambiar y alterar o incordiar la
voluntad ciudadana? ¿Y como consiente tal discurso Mohamed
Alí desde un silencio cómplice?
¿Quiere usted hacer pedagogía, sr. Aróstegui? Pues empiece
por dar ejemplo, asumir sus responsabilidades políticas y
DIMITA.
|