El Conservatorio Profesional de Música abrió ayer, y durante
los próximos tres días, sus instalaciones para dar a conocer
las mejoras que ha sufrido el centro tras conseguir, por
primera vez en su historia, una sede “oficial”, ubicada en
el complejo cultural de la Manzana del Revellín. La
directora de la institución, Cristina Querol, y la profesora
de Lenguaje Musical, Laura Riveiro, realizaron un completo
recorrido a los asistentes, en su mayoría futuros alumnos
del próximo curso. La visita concluyó con una audición, a
cargo de la mayoría de los profesores, con la idea de
presentar las distintas especialides instrumentales.
La inauguración, el pasado mes de diciembre, supuso un
renacimiento para el Conservatorio Profesional de Música. De
forma ilógica, ese fue el momento en que el centro dispuso
de una sede “oficial”. Así comenzó ayer la primera de las
jornadas de puertas abiertas que la institución ha preparado
para dar a conocer a los futuros alumnos, y a cualquier
interesado, las nuevas instalaciones situadas en el complejo
cultural de la Manzana del Revellín.
Casi 20 personas recorrieron ayer el recinto y, para
facilitar las explicaciones, la visita se dividió en dos
grupos dirigidos por la directora del centro, Cristina
Querol y la profesora de Lenguaje Musical, Laura Riveiro.
Esta última comenzó su ‘tour’ ofreciendo unas pinceladas a
los asistentes de la trayectoria ‘nómada’ que había tenido
el Conservatorio, “creado con la intención de acercar la
cultural musical a Ceuta”. Así, y desde el momento en que el
Estado se hizo cargo del centro, en el año 1935, se habían
habilitado sedes provisionales en la calle Solís, Colón, en
González de la Vega y, por último, en el Instituto Siete
Colinas para, finalmente, establecerse en el complejo
actual, diseñado por el arquitecto Álvaro Siza quien había
contemplado “todas las necesidades básicas que debe contar
un centro de estas características”.
El Conservatorio consta de dos edificios. Por un lado, el
enfocado a las clases individuales tal y como explicó
Riveiro. En ellas los participantes pudieron deleitarse con
la interpretación de varios alumnos, como fue el caso de las
especialidades de trompeta o violín. La composición elegida
para este último instrumento fue interpretada por una de las
estudiantes del Conservatorio, quien se enfrenta a un
“momento crucial” ya que una vez superados los primeros
cuatro años de enseñanza, debe realizar unas pruebas de
acceso a la profesional. No obstante, sus orgullosos padres
respaldaron la ejecución de la alumna.
La visita también se aprovechó para explicar algunas de las
particularidades de las clases. Así, una de ellas está
presidida por el retrato del “padre de la música moderna”,
el compositor del barroco Johann Sebastian Bach. También
pudieron contemplar una de las partes más “ansiadas” tanto
para profesores como alumnos: las cabinas de estudio en la,
que los estudiantes pueden practicar fuera del horario de
clase, ya que el Conservatorio permanece abierto también en
las mañanas.
Los participantes en la jornada de puertas abiertas se
dirigieron después al edificio de mayores dimensiones, aquel
en el que están ubicada las aulas colectivas, “como máximo
15 alumnos”, la biblioteca o la sala de orquesta. Allí
Riveiro constató que hay ‘más vida’ que el piano,
instrumento por antonomasia. La docente incidió en que los
estudiantes que estudien otra especialidad deben,
“obligatoriamente” hacer cuatro años de piano una vez que
alcancen el quinto curso de enseñanza. Sin embargo, en piano
no ocurre eso, por lo que, al final, “los estudiantes de
otras especialidades estudian dos intrumentos”, una ventaja,
reconoció.
La importancia de “educar” la voz fue otro de los puntos de
este recorrido ya que es un “instrumento” que pasa “deapercibido”.
Tal argumento se mostró con más énfasis en la clase de coro,
una de las más grandes del recinto. Una vez que los
asistentes visitaron la biblioteca, la mayoría de docentes
del Conservatorio Profesional de Música realizó una pequeña
audición, con la idea de dar a conocer las distintas
especialidades que pueden cursarse en el centro. La pieza
estrella de este concierto fue el ‘Canon’ del compositor
Pachelbel.
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