La tensión y la exaltación fueron sensaciones que en el ring
no faltaron durante toda la sesión del juicio, en la que
durante la mañana dos de los acusados tuvieron que abandonar
la sala por su grado de agitación mientras que la defensa
obtuvo esa misma sensación por parte de los testigos del
Cuerpo Nacional de Policía ante un interrogatorio extenso,
detallado y con voz cada vez más grave. Y es que los
abogados, ante el doblete al que fue sometido el
procedimiento, quisieron aclarar todas aquellas
controversias que ya habían encontrado en el operativo y las
diligencias policiales cuando se efectuó la vista oral de
2010, anulada por la Audiencia. “Errores” de identificación
del último de los detenidos, así como la “visibilidad” de
los puntos controlados por el dispositivo de vigilancia de
la UDYCO fueron cuestionados por la defensa, que durante
casi dos horas sabotearon a preguntas tanto al jefe como al
subinspector del cuerpo de narcóticos, la UDYCO.
Mientras preguntas y respuestas se combinaban con las voces
y susurros de más de una docena de oyentes, casi todos
familiares de los procesados, hubo momentos en los que los
ocupantes del banquillo no pudieron evitar responder a las
acusaciones policiales, “mentirosos”, exclamaron. Pero
cuando las opiniones de los presentes llegaron en turnos que
no les correspondía, el magistrado que presidió el Juzgado
de lo Penal no tuvo más remedio que ordenar la expulsión de
la sala de dos de los encausados. “Queremos justicia”,
pronunciaron los familiares, al considerar “injusto” que los
imputados llevasen dos años en la cárcel y el procedimiento
aún no hubiera concluido.
Así las cosas, el enjuiciamiento de la causa continuará
durante la jornada de hoy, en la que se prevé se lleve cabo
el trámite final, los informes del Ministerio Fiscal y la
defensa.
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