La incertidumbre, la lluvia de cifras y las quinielas
protagonizaron el tiempo de espera hasta conocer los
resultados finales. La sede del PP se convirtió, desde las
20.00 horas, en un hervidero en el que los miembros del
partido aguardaban la victoria de su formación. Casi tres
horas después, Vivas salía de su despacho con la noticia: el
partido revalidaba su mayoría absoluta con 18 representantes
en la Asamblea.
Tras el cierre de los colegios electorales, los miembros del
Partido Popular fueron acudiendo a la sede de la formación
para seguir desde allí el recuento de votos. Hasta el
interior sólo pudieron acceder unos pocos los más cercanos
al presidente y candidato a la reelección, Juan Vivas,
además de las televisiones. Entre el equipo que estuvo
pendiente de los resultados de las urnas se encontraban la
número dos del partido, Yolanda Bel, el número tres
Francisco Márquez o el senador por Ceuta, Nicolás Fernández
Cucurull.
A las 20.20 horas llegaba hasta el local de la calle
Teniente Arrabal el cabeza de lista, acompañado por la
portavoz de campaña. Inmediatamente ambos se dirigieron al
despacho, donde se realizaría el seguimiento del escrutinio
a puerta cerrada en una mesa ovalada presidida por Vivas y
varios monitores donde se mostraba la evolución de los
resultados.
El resto del equipo, junto a los militantes, se agolparon a
las puertas de la sede. Allí, la única manera de mantenerse
informado fue el boca a boca. Algunos de los presentes, con
radio o móvil en mano, seguían los resultados conectados a
las ondas. Otros se subían a una banqueta de mármol situada
frente a la ventana del despacho de Juan Vivas. Desde allí,
y de puntillas, podían ver cómo iban repartiendose los
escaños a través del monitor que mostraba la página web del
Ministerio de Interior que lanzaba los resultados minuto a
minuto.
Conforme iba pasando el tiempo, el grupo de personas frente
a la sede iba creciendo en número y en bullicio. A falta de
tres cuartos de hora para los resultados finales y con el
50% del escrutinio realizado, el reparto de escaños daba 18
diputados para el PP, 4 para Caballas y 3 para el PSOE. Un
panorama que los populares no daban por bueno y esperaban
mejorar.
A las 22.10 horas, el aplauso se generalizó a las puertas
del PP, el partido ganaba un escaño y el boceto de la
Asamblea se dibujaba con 19 representantes para el partido.
Pero aún quedaba una dura pelea, había un escaño en juego,
muy disputado, entre Partido Popular y Caballas.
Los vigías populares, apostados en el alféizar de la ventana
del presidente, iban dando parte de la situación. Con un 85%
de los votos escrutados, la mar seguía favorable para el
partido. Sin embargo, pronto cambiaría el rumbo de la
situación. A las 22.25 horas, los resultados volvían a dar
18 escaños para el PP y 4 para Caballas, mientras que el
PSOE conservaba sus tres diputados. La tensión se podía
observar en el comité elegido por Vivas para acompañarle
durante el escrutinio. El líder popular se puso en pie tras
estar todo el recuento sentado, el cansancio del día, el
calor de una pequeña sala y la presión comenzaba a hacer
mella. Ya se había contabilizado el 84% de las papeletas y
la esperanza de mantener los 19 diputados que el partido
habia tenido durante la última legislatura se desvanecía,
sobre todo en la cara de Antonio López, el número 19 de la
lista popular que ya a las 22.40 horas confirmaba su peor
augurio, se quedaba fuera de la Asamblea.
Tras conocer los resultados, el líder popular agradeció el
apoyo al equipo que lo arropó durante tres intensas horas de
recuento de votos. Seguidamente, el ya presidente electo
para los próximos cuatro años salió a las puertas de la
sede, donde lo esperaban los militantes del partido. Entre
aplausos, vítores y abrazos, Vivas se abrió paso a través de
la muchedumbre. Ya sólo quedaba festejar que, por tercera
vez consecutiva, el PP conseguía la mayoría absoluta para
gobernar durante los próximos cuatro años.
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