“La importancia del yacimiento de Benzú se resume en los
hallazgos y todos los restos líticos como útiles y
herramientas que se han encontrado”. Con estas palabras, uno
de los investigadores del equipo de Atapuerta, Miguel Ángel
Pérez, destacó la trascendencia del descubrimiento durante
el transcurso de los talleres celebrados en la Basílica
Tardorromana. Pérez añadió que el Abrigo y Cueva se
caracterizan por “la situación geoestratégica de la ciudad
que los convierten en muy interesantes para poder plantear
los posibles pasos por el Estrecho en épocas pasadas”. Por
otra parte, el científico resaltó que la gente que ha
participado durante estos dos días en las actividades ha
tenido “muchísimo interés” y que ha sido “un placer trabajar
aquí”. “Estamos muy contentos porque han participado niños
pequeños, adultos y personas mayores”. La anécdota de las
jornadas la puso un hombre de 74 años que “aprendió a
encender fuego con madera”, concluyó.
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