El primer combate democrático entre PP y PSOE estuvo
presidido por las “buenas formas”, la moderación, el
dinamismo y el respeto. Ambos líderes debatieron sobre lo
que queda por hacer en la ciudad y las iniciativas a
emprender en materia económica para reactivar el tejido
productivo, así como las inversiones necesarias para
“igualarse al resto de España”. Difirieron en el ‘cómo’ pero
apostaron por lo mismo.
Las exigencias del guión televisivo propiciaron el primer
encontronazo entre los líderes del Partido Popular y el
Socialista, que llegó justo en el cuarto bloque temático,
‘Inversión en Servicios Públicos, cuando los candidatos
lucharon por tomar la palabra. Tras una confusión del
mediador, Andrés Sánchez, lo que era un cambio de tercio se
convirtió en un turno de réplica añadido tanto a Vivas como
a Carracao que, a lo largo del enfrentamiento, difirieron en
el ‘cómo’ pero estuvieron de acuerdo en el objetivo final,
priorizar la atención a la ciudadanía.
El primer asalto estuvo centrado en el ‘Empleo’, donde el
actual presidente de la Ciudad defendió que su Gobierno
había apostado por la creación de empleo a pesar de no
contar con las competencias en este ámbito, que ostenta el
Ejecutivo nacional. “Pero sí han tenido, durante diez años,
instrumentos en materia de comercio exterior y turismo cuyas
partidas han rebajado”, le reprochó Carracao.
Una economía productiva y diversificada “como delantera”, un
Régimen Económico y Fiscal atractivo y potente “en el centro
del campo”, y una Administración Pública que constituya un
elemento de estabilidad “como defensa”, fue la estrategia de
juego que defendió el PP para el ‘Modelo Económico’ de los
próximos cuatro años. Partido que disputó el PSOE con el
rechazo al incremento de los impuestos sobre los
carburantes, las modificaciones del IPSI, y la búsqueda de
potencial en la actividad industrial como la reserva del
banquillo.
La focalización llegó en el tercer ‘round’ con ‘Europa’,
punto en el que ambos candidatos coincidieron en que Ceuta
merecía la atención de Bruselas pero variando en la forma de
llegar hasta ella, “de forma directa”, recomendó Vivas y sin
“el discurso pesimista”, le refutó Carracao, que continuó
con la línea del reproche en ‘Inversión en Servicios
Públicos’. El ataque socialista estuvo liderado por los 73
millones estatales que “habían modernizado Ceuta” con obras
como la depuradora, el nuevo Centro de la Mujer y el
albergue social; proyectos que el popular otorgó a su
Gobierno junto a las “prestaciones en políticas de cohesión
social en las que se había logrado una mayor convergencia
con el resto de España”. Y la resolución de los “problemas
históricos” que ha padecido la ciudad, como el
abastecimiento de agua, el tratamiento de aguas residuales o
los 70 kilómetros en redes para el abastecimiento, apuntaron
un tanto al representante del Ejecutivo local. Entre los
logros y lo que quedaba por hacer a juicio de cada rival, se
“perdió el hilo” del debate en torno a la ‘Financiación
Local y Autonómica’, un tema que llegó dos réplicas más
tarde al ceder dos minutos más a cada bando. “Hemos
acumulado el tiempo”, replicó Carracao mientras que Vivas
solicitaba lo que había entendido como una retirada de
palabra por parte del mediador.
El ‘feed back’
Y tras este ‘tira y afloja’ por tener el turno de
intervención, llegó el momento de abordar la última batalla,
centrada en la ‘Financiación Local y Autonómica’. El
candidato del Partido Popular centró su propuesta en la
expectativa de que la ampliación de las bonificaciones,
hasta el 50%, a la Seguridad Social en todos los sectores
“sean una realidad y hagan atractiva la ciudad para captar
la inversión privada”. Mientras que Carracao paró el balón
bajo el alegato de que lo primero “son las personas” y lo
ornamental, “vendrá después”, defendiendo que dichas
bonificaciones “sólo velaban” por la creación de empleo.
La última baza de esta contienda estuvo en la petición del
voto de cara a la cita con las urnas el próximo domingo. “Os
necesitamos para que las inversiones públicas y los
servicios sigan siendo un instrumento en beneficio de la
calidad y la convergencia con el resto de España”, fue la
pólvora del disparo popular, que los socialistas esquivaron
pidiendo que se les permitiese “aplicar las opciones de
futuro, tendiendo la mano o criticando lo que no se podía
permitir” en su apuesta “por las personas”. Ambos dejaron la
resolución de esta cruzada en los resultados que arrojen las
urnas; un veredicto que, “ante todo”, acataran desde el PP
porque “por encima del resultado está el respeto a la
decisión popular”. Y “voten lo que voten” lo importante será
la “participación masiva”, defendieron los socialistas.
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