Tras las últimas elecciones al Parlmento Europeo en 2009, un
total de 2.082 nuevos electores podrán elegir a sus
representantes en estos comicios. Los jóvenes, de entre 18 y
19 años, se muestran preocupados por temas como la falta de
empleo, las ayudas para los estudiantes o el precio del
transporte público.
Por primera vez podrán ejercer su derecho al voto. Desde los
últimos comicios que se celebraron en España, en 2009 para
el Parlamento Europeo, son un total de 2.082 los jóvenes que
se han incorporado al censo electoral. Tienen entre 18 y 19
años, y el domingo será la primera vez que puedan elegir a
sus representantes. Los intereses que tienen estos jóvenes
son variadas: becas para poder estudiar, oportunidades de
trabajo, transporte público o equipaciones para las
actividades que más les gusta llevar a cabo. Son algunos
ejemplos de las preocupaciones que tienen Tamara Molina y
Ana Cristina Ruiz. Ellas son dos de los votantes noveles que
se estrenarán en este ejercicio democrático que se lleva a
cabo cada cuatro años, para cada gobierno. En esta ocasión
les toca decidir sobre cuál será el Ejecutivo que gobernará
en la Ciudad durante los próximos cuatro años.
“Mi madre me dice que vote porque así podremos conseguir más
derechos y beneficios en el futuro”, dice Ana. El mayor
ejemplo está en la crisis, “es responsabilidad de la
política solucionar estos problemas”, añade esta chica.
Ahora afrontan sus primeros comicios y empiezan a
interesarse por las propuestas y los políticos a los que van
a apoyar con su elección. “He recibido las cartas que manda
cada partido y he visto quien aparece en las listas, y así
he decidido ya a quien voy a votar”, señala Tamara.
No obstante, ambas sienten que las formaciones políticas se
interesan más por los mayores que por las preocupaciones de
los jóvenes, un hecho que contribuye a que los que comienzan
a votar, en muchas ocasiones, no muestren interés por
participar en las elecciones.
Para ellas, una de las mayores preocupaciones de los jóvenes
es el acceso al trabajo, un problema con el que ya se
encuentra Ana, que desde comienzos de año busca trabajo. “He
repartido mi currículo por toda Ceuta y no hay empleo, y
ahora que intento acceder a la carrera militar me encuentro
con falta de plazas para los que quieren entrar”, lamenta
esta joven ceutí. Por su parte, Tamara aún está estudiando,
pero teme el momento en el que salga al mercado laboral por
la “mala situación” que vive el país. Por ello, con su voto
esperan poder contribuir a elegir un gobierno que abogue por
las oportunidades de un futuro que ellas representan.
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Con derecho al voto, pero sin lugar donde ejercerlo
Es la primera vez que va a votar,
y ya se ha encontrado con la primera traba de la
Administración Pública. Ana Cristina Ruiz no está inscrita
en ninguna mesa electoral. Un empadronamiento reciente,
debido a un cambio de domicilio, ha hecho que se traspapelen
sus datos y no aparezca registrada en el censo. “Al ser la
primera vez que voy a votar, tengo especial ilusión y cuando
me dijeron que no podría hacerlo si no estaba en ninguna
mesa me desengañó un poco”. No obstante, como ella bien dice
tiene “derecho al voto”, y ahora tendrá que pelear con la
administración para conseguir lo que no es ningún privilegio
sino una facultad. “Me dijeron que estaba desubicada, pero
no me han sabido dar respuesta ni solución y aún estoy
esperando que me llamen para decirme que va a pasar”, cuenta
Ana. No obstante, aún le quedan cinco días para que su
nombre quede registrado por el Instituto Nacional de
Estadística y así poder votar este domingo por primera vez.
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