Esta vez le ha tocado informar a Mabel Deu

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Para el Gobierno de la ciudad el hecho de encontrarnos en el meridiano de una dura campaña electoral no significa vacilación ni dejación alguna del desarrollo de sus funciones. He estado y trabajado en lugares donde las campañas coincidían con una evidente ralentización de la vida institucional, pero aquí no es el caso, es más, el objetivo irrenunciable parece ser que el periodo de elecciones no influya en lo más mínimo ni se refleje en el funcionamiento de la gestión pública. Evidentemente estos tipos del Gobierno, pese a hacer gala de ser muy meridionales y muy sureños enclavados en un lugar en el que nadie se jubila del milagro del amanecer, a la hora de trabajar abandonan cualquier tipo de bucolismo y funcionan en plan cuadriculado, como los alemanes. Y eso inevitablemente eleva el listón de operatividad y eficacia si utilizamos criterios comparativos con respecto a otras Comunidades Autónomas donde llevan una dinámica más relajada.

El Consejo de Gobierno de ayer viernes abordó una serie de aspectos y de temas que fueron expresados por la locuaz Mabel Deu que traía respuesta para todo, conocía los asuntos y no titubeo en ninguna cuestión planteada por los medios. Rigurosa exposición quebrada en algunos instantes de su inicio por risitas en la parte trasera que estuvieron a punto de desequilibrarme los doshas (ahora estudio medicina ayurvédica por imposición de mi neurólogo de cabecera que no es buena persona). Pero como los puntos a tratar eran interesantes y tuvieron la capacidad de “atrapar” nuestra atención obvié las risitas en pos de interesarme por la subvención otorgada a la comunidad hindú para actividades culturales. Excelente iniciativa, pero no por la política del “crisol acrisolado” y tal Pascual de “las culturas” sino porque, de entre esas mismas culturas que confluyen en esta ciudad y nos dan el barniz cosmopolita del que tanto nos encanta fardar, no podemos olvidar que los hindúes eran millonarios en tradiciones y conocimientos hace cinco mil años y no es que tengan “mucho” que enseñar y transmitir sino que están moralmente obligados a compartir con el resto su caudal de sabiduría milenaria espiritual, intelectual y científica.

Otro tema fue el de la expropiación del yacimiento del pasaje para su calificación, clasificación y estudio, aún no se sabe de qué universidad vendrán los equipos de “cerebrines” pero seguro que el arqueólogo municipal que sabe más que le han enseñado y que parece que lleva un viejo el la barriga, sabrá dirigir el cotarro y revalorizar el yacimiento para que Ceuta cuente con otro meeting-point de turismo cultureta, turismo que también disfrutará cuando culminen las obras de restauración de la iglesia de San Francisco para la que han soltado unos dinerillos de subvención. Natural. Los bienes de interés cultural, los BIC son los que realzan las ciudades cuando van relatando la historia del lugar a través de los monumentos. Es la historia escrita en piedra, en columna, frisos, rosetones, arcos y muros.

Y también los BIC sirven para que pase alguna mascota, se haga la despistada y suelte una meadilla dolosa, ahí una de las preguntas sobre los soliviantados sentimientos de los amigos de los perros (entre quienes me cuento) acerca del parque necesario y perentorio que necesitan para disfrutar junto a sus mascotas. Y no me lanzo a una crítica furibunda porque me consta que el Gobierno cumple sus promesas y estan en marcha para solventar el tema de la “cultura del ocio de calidad de amos y mascotas”. Un poco de paciencia amigos. Porque ya he reiterado en múltiples ocasiones que los sociólogos señalan que el nivel cultural de una sociedad tiene como uno de sus factores exponenciales el amor y el respeto por los animales y por las plantas.

Y dentro de la comparecencia de Mabel Deu destacar la exposición del mensaje de solidaridad y compañía en los sentimientos de duelo por parte del Presidente Vivas y de todo el Gobierno y ciudadanos de Ceuta, para con los vecinos de Lorca que ha sufrido la catástrofe sísmica más grave de la historia actual de Europa, con víctimas mortales, heridos y destrozos irreparables en su riquísimo patrimonio histórico y cultural. Ayer precisamente se celebraron los funerales de los fallecidos y en los últimos dos días un caudal inagotable de información por parte de los sismólogos con exhibición de los adelantos tecnológicos de los centros sismográficos, adelantos que por cierto han de servir para labores de prevención y los técnicos en la materia que han ido compareciendo e informando han coincidido en que, al terremoto de 4,5 en la escala Ritter debieron anteceder multitud de pequeñas sacudidas que debieron aparecer en los sismógrafos. ¿Y no se pudo prever el riesgo de un gran terremoto?. A la vista está que, ante las fuerzas desencadenadas de la naturaleza el ser humano se encuentra prácticamente indefenso. Y es más, esta tragedia humana y patrimonial tal vez nos haga conscientes a los españoles de que una parte de la España se encuentra en “zona de riesgo” que es algo de lo que “se prefiere no hablar” porque parece que no se quiere recordar, no se desea ser consciente para no “atraer a la mala suerte”

Interesante exposición de iniciativas del Gobierno, especialmente en lo relativo a la expropiación del yacimiento y a las subvenciones para cultura y patrimonio. Y la constatación de que, ni en medio de una campaña que triplica el trabajo de los candidatos, el Presidente Vivas y su equipo “bajan la guardia” ni moderan el ritmo de trabajo ni la marcha de la gestión de la ciudad.
 

Tertulia “más árboles, menos cemento”

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Existen a lo largo de la vida encuentros entrañables con seres entrañables. Y yo he tenido el privilegio de poder compartir un rato de tertulia con una de esas personas que no parecen “de verdad”. Me refiero al intercambio de “opiniones ecológicamente correctas” con Juan Redondo, de los Verdes, con el que disfruté ayer de algo similar a un “filandón” que es como se llaman las tertulias que se apañan improvisadamente en torno a la mesa de la cocina y es también el nombre de un premio literario que me dieron en León en el año 1998. Pues bien, el filandón lo montamos en tono a una mesa de juntas y allí nos enfrentamos por el tema de la caza. Para llegar a la conclusión de que, los tres contertulios que allí estábamos odiábamos por igual la simple idea de “matar a un ser vivo”, con excepción de para comerlo por necesidad o para evitar que te coma a ti. Hablamos de los jabalíes atrapados en el monte, de su proliferación y de cómo buscar vías para enviar a los jabatillos que deambulan despistados a algún país con “conciencia ecológica” si puede ser del norte de Europa mejor porque allí hay menos. Y tratamos del proyecto mágico de montar alguna granja-escuela donde los niños aprendan a sembrar, a cultivar, a recolectar y a algo tan importante en la era tecnológica como que los tomates no salen de un bote para mojar la hamburguesa sino que nacen de la tierra y van cargados de soles. Los ecologistas cuando nos ponemos a cacarear lo de “más árboles, menos cemento” ya se sabe que palo estamos tocando y sobre todo cuando está por medio el patrimonio natural que queremos que disfruten las futuras generaciones. ¡Y lo que sabe Juan Redondo! Y lo noble que es, nada de “avaricia” por el poder o por el puesto, sino el deseo expreso de apoyar y colaborar con quienes ocupen el Gobierno aportando su sabiduría y su experiencia en los temas que domina ¿Y cómo se ufana de la ruta de senderos de Ceuta? Vamos, que parece que son de su propiedad. Y lo son. La Madre Naturaleza nos pertenece a todos y cualquier inversión en conservarla y cuidarla en todos repercute. Maravillas habla de Yolanda Bel y de Celinia, de como le atienden, de como escuchan atentamente sus propuestas y le dan la razón cuando la tiene. De ahí que saque los votos que saque está dispuesto a colaborar y trabajar con el futuro equipo de Gobierno que si atendemos a Sigma dos y al barómetro del CIS será el mismo de ahora pero con más escaños, si es posible con “todos” los escaños por el tema del “voto útil” y porque se palpa que, a nivel ideológico y doctrinal, en esta ciudad “no existe” la oposición, hay opciones minoritarias y puramente simbólicas que juegan a “oponerse” como podrían jugar al mus, pero en el mundo de las ideas y de los teoremas no tienen existencia real, son la “nada”. Así que vaticino a este buen hombre y mejor tertuliano que es Juan Redondo, que no se calla ni debajo del agua, que le espera en el futuro una venturosa y fructífera colaboración con el Gobierno del PP. Y no dudo proponerle, aún a riesgo de despertar más de una reacción iracunda lo que me importa un carajo, que luchemos por conseguir que nadie mate a ningún ser vivo. Y más árboles y menos cemento y “meter” a Ceuta en la ruta de las deliciosas ciudades “slow”.