Aclarando que es gerundio. Mi
compañera en el periódico, Nuria de Madariaga, destacó en
uno de sus artículos el estilo de la dama que acompañaba a
mi buen amigo Cristóbal Chaves en el acto celebrado entre
todos los colaboradores del PP, en el Varadero. Pues bien,
para que no haya lugar a dudada alguna, ni malas
interpretaciones la dama en cuestión es, María Jesús del
Carmen López Cantero, esposa de Cristóbal Chaves. Un abrazo,
Marí, y todo aclarado.
Una vez aclarado, el asunto en cuestión, vayamos a lo
nuestro. En éste país de mentiras, trincones, embusteros y
de personajillos que sea cogen con un papel de fumar, en el
momento que aparece alguien que dice verdades como puño, es
condenado a todas las penas del infierno. Cosa que debe
importar poco puesto que el infierno no existe.
Decir verdades en un país donde la mentira, la envida y los
trincones está a la orden del día, es condenarse de por
vida. Eso es lo que le ha pasado al entrador del Real
Madrid, Mourinho, que ha dicho y cantado las verdades del
barquero, a algunos de aquellos que sólo viven de las
mentiras que les cuentan quienes están obligados a hacerle
la pelota. Y nunca mejor dicho lo de “pelota”.
Es de tantas mentiras este país nuestro, que hasta en los
mítines que hacen los líderes de los diferentes partidos, te
cuentan cada milonga que no hay un dios que se las crea.
Bueno, a decir verdad, desgraciadamente hay quienes se las
creen, sobre todo esos pobres pueblerinos analfabetos que
siguen anclado en el siglo pasado con sus boinas caladas
hasta las cejas.
Y es que, según los entendidos en la materia, en esto de los
mítines de cara a unas elecciones “el todo vale” está a la
orden del día, incluida las mayores de las mentiras y los
insultos. Cosa que no comparto, pues la mentiras y los
insultos no lleva a ningún lado, a pesar de que se las crean
esos pobres analfabetos, que como las meigas haberlos haylos.
Para los que hace años nos quitamos la boina hasta las
cejas, todas esas mentiras y esos insultos no son más que un
insulto a nuestra inteligencia muy superior, en la mayoría
de las ocasiones, a todos aquellos que hacen de su arma
electoral la mentira y el insulto.
Programas de auténticos chistes, imposibles de cumplir,
porque carecen de posibilidad alguna de llevarlos a cabo.
Insultos que carecen de todo fundamento tratando de engañar,
con los mismos, a todos aquellos que son susceptibles a la
palabra racista.
Todos estos programas de chistes imposibles de llevar a cabo
por falta de capacidad incluida la intelectual, pues las
mentiras tienen las patas muy cortas, a lo que hay que
añadir el insulto sin base alguna a miles de personas, son
los últimos recursos que les quedan a todos los inútiles que
se presentan a una elecciones.
No se dan cuenta de que esos programas de chistes, nada más
que sirven para hacer reír a quienes tienen dos dedos de
frente y, en esta tierra, son muchos miles de ceutíes lo que
no usan boinas caladas hasta las cejas, para seguir creyendo
discursos medievales y retrógrados en los que siguen
insistiendo todos los inútiles de la política. Ninguno con
los que saque.
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