Estimados amigos, afectados por el fraude FORUM y AFINSA, y
de permitirme que os hable de esta forma porque después de 5
años podemos considerar que somos amigos.
“Cuando los mayores hablan, los niños deben callarse”. Esta
frase, tan repetida antaño por nuestros padres, con la
intención de educarnos en los mejores valores, podría servir
como slogan cuasi perfecto en esta campaña electoral. Podría
servir, sobre todo, para contar lo que ayer pude ver desde
mi mesita con café en el Hotel Ulises.
Ensimismado en pensamientos que no recuerdo, me despertaron
de golpe 2 señoras que, con unas camisetas en las que se
podía leer “Viva Vivas”, entraban juntas en el baño, pasando
antes por mi lado, gritando: “Es el mejor, esta camiseta no
me la quito en un mes”.
La curiosidad, al igual que yo, también se despertó y,
claro, fui a ver de dónde venían las señoras, sus camisetas
y sus frases. Me encontré con un salón abarrotado de
personas que aclamaban al Presidente de la Ciudad, todas
ellas, con un “Viva Vivas” en el pecho y una sonrisa en la
cara.
Cualquier movimiento del jefe del gobierno local, era
seguido por cientos de personas que le hacían la ola. Cada
movimiento, era excusa para acercarse a él y hacerse una
foto, como si de fans de un cantante famoso se trataran.
Entre sorbo y sorbo de café todos gritaban: “¡presidente,
presidente, presidente!”, y se lanzaban en plancha a tocarlo
a la más mínima oportunidad.
Dejemos al margen la puñetera política, olvidemos que hay
elecciones y hagamos un análisis objetivo de esta situación:
es increíble. Yo no sé cómo lo hace, no sé cómo se mete en
el bolsillo a todo el mundo, pero es así y hay que reconocer
que hay que tener mucho arte, pero mucho, mucho, para
conseguir un efecto arrasador como el que el Sr. Vivas ha
alcanzado. ¡Si hasta el Rey de España lo abraza efusivamente
cuando lo ve llegar!.
Personalmente, considero a las personas de edad avanzada
como aquellos a los que hay que escuchar atentamente, para
poder aprender de su experiencia, de una vida que a los
demás nos queda por vivir y que, con total seguridad, ha
sido para todos ellos la mejor de las maestras posibles. Si
los mayores consideran que se puede llevar con orgullo en
una camiseta una exaltación a un dirigente político, después
de tantos años gobernando, no me cabe duda de que hay algo
bueno en él. Pues nada, fuera política, partidos y
elecciones, pero: “¡Que viva, Vivas!”.
Hoy, en el mismo lugar, tomando otro café, he podido
escuchar como una persona decía al ver en un periódico las
imágenes de lo que acabo de relatar: “mi madre mataría por
una camisetilla de estas”.
La tercera edad, es sabia y, ya saben, “cuando hablan los
mayores, los niños… deben callarse”.
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