Tenía previsto, hoy, escribir un
artículo sobre lo que siempre acostumbro a escribir, aunque
a muchos no les guste mi estilo.
Pero el seísmo de Lorca ha truncado este intento.
Siendo como soy, terriblemente sensible, mucho me ha dolido
que la madre tierra pretenda cebarse con el que fue, en
otros tiempos, el municipio más grande del país.
Tengo familiares (mi hermano, su mujer y mis sobrinos
residen ahí), muchos amigos y bastantes conocidos de los que
apenas tengo noticias acerca de lo ocurrido.
No dispongo de los números telefónicos de casi todos ellos.
Pero a pesar de todo, confío ciegamente que no les haya
pasado nada.
Lorca ha sido siempre la parada y fonda de los numerosos
viajes a mi ciudad natal. Siempre que voy a Ceuta, en coche,
hago una parada en esta ciudad murciana para visitar a mi
familia, ex familia política, amigos, etc. y por ello es una
ciudad que llevo en el corazón.
Conozco muchos de sus rincones, sus bares y sobre todo su
famoso matadero que en otros tiempos regía un gran amigo mío
y que sigue siendo, su familia, familiares de mis hijos.
Durante el camino hacia la ciudad murciana, siempre paraba
en un pueblo antes de llegar a Lorca. En ese pueblo adquiría
sus famosos vinos y su no menos famosos jamón curtido y
queso. Me refiero a Jumilla.w
Los vinos de Jumilla han presidido durante años la mesa de
mi casa.
Pero no estoy para escribir de las cualidades del vino, ni
de los jamones.
Los terremotos siempre son difíciles de asumir, siempre
conllevan desgracias en su mayoría irreparables y demos
gracias a que no han superado el punto de la escala de
Ritcher considerado verdaderamente de hecatombe.
Lamentablemente, la avenida Juan Carlos I, que es donde
reside mi hermano pequeño, es la segunda que más ha sufrido
desperfectos. Después del barrio de La Viña.
Sé muy bien que su alcalde, Francisco Jódar, se volcará
totalmente en resolver cuantos incidentes entren de lleno en
su agenda y que afecten a todos y cada uno de sus
ciudadanos.
Espero sinceramente que mi linda sobrina Raquel y mi guapo y
alto sobrino Álex, junto con sus padres Ramón Jesús y María
estén sin un rasguño… los mismo deseo para todos los demás
habitantes de la ciudad, lamentando que ocho personas (en el
momento que escribo esto) no pudieran salvarse y con mi
mejor deseo de que los heridos se recuperen inmediatamente.
Mis condolencias a los familiares de los fallecidos.
Espero que las cosas me vayan bien para hacer un nuevo viaje
a Ceuta y, de paso, pernoctar en Lorca unos días e
interesarme en vivo y en directo de lo que pasó.
Con todo, siendo mi deseo seguir escribiendo… pero hoy no me
sale nada más.
Por ello, termino aquí.
La vida sigue, yo también.
Aunque apesadumbrado.
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