Todos conocemos a los llorones,
son aquellos que lloran, refunfuñan y hacen marranadas.
Nunca están contentos y siempre quieren cosas y nunca tienen
suficiente, están siempre enfadados y nunca se cansan de
llorar.
Pero en este mundo existen unos personajes, que los llorones
quizás no conozcan, llamados los “aprovechados”, que siempre
están contentos y se aprovechan de todo.
Aprovechan las cosas que la gente tira para hacer casas,
vestidos, juguetes y máquinas. Como los chinos.
También se aprovechan de los llorones.
Han descubierto que con los llantos, las marranadas y las
pataletas, consiguen hacer funcionar muchos aparatos: la
tostadora del pan, la máquina de palomitas e incluso una
feria.
Para salir del país de los “aprovechados”, los llorones
tendrán que aprender a dejar de marranear.
Así, después de pasar por diferentes aventuras, los llorones
podrán volver contentos a sus casas.
Todo lo escrito hasta aquí proviene de un cuento catalán que
suele escenificarse con marionetas en los principales
teatros de las poblaciones catalanas. Para un público
infantil mayoritariamente.
He tenido la deferencia, hacia nuestros lectores, de
traducirlo al castellano porque viene escrito en catalán.
Este sencillo cuento, de tan sencillo como es, muy bien
puede aplicarse a los forofos madridistas que siguen en sus
treces de lloriqueo desvergonzado, pese a las evidencias, y
a los políticos de la derecha más a la derecha.
También se puede aplicar a una señora política (no es que
sea una señora Política, sino que es una política del sexo
femenino ¿aclarado?) que en su momento decidió cambiar de
chaqueta y ser la única representante de su partido en todo
el territorio nacional.
Los políticos de la derecha más a la derecha, que imagino
Vds. sabrán que son del PP, han aprendido la lección del
portugués, antiguo traductor, en cuanto escenificar parodias
de victimismo inadaptado.
El sumamente parcial comentario de algunos forofos
madridistas, acerca de las triquiñuelas arbitrales, olvidan
por completo el trato de los árbitros españoles hacía el
equipo de la capital… ¡DURANTE CUARENTA AÑOS! La mano de
Franco era demasiado larga, aunque el mismo haya sido del
“Betis manque pierda”.
Muy claro está que, en la democracia, el madridismo ya no
saborea las mieles del triunfo como antaño. Los árbitros de
ahora no llevan el yugo ni las flechas a la fuerza.
No soy sádico y por eso mismo no voy a insistir en machacar
a quienes utilizan la información, los medios de
información, para imponer su opinión torticera tergiversando
sobre lo que se ve claramente en los campos de batalla, digo
de fútbol.
Eso que digo también va por el PP.
También va por el partido de una sola representante.
Es lógico que los representantes de la izquierda estén
agobiados con los problemas que se derivan de su posición al
frente del Gobierno.
Son víctimas, aunque no lo reconozcan, de una movimiento
sutil por parte de las derechas que se creen propietarias
del suelo español… incrementando el paro por ahí y cerrando
las cajas bancarias por allá.
Achacarle al Gobierno cualquier problema, por pequeño que
sea, es de chapuceros de primera categoría. Tanto como que
se deben considerar cómplices, por su silencio y defensa, de
los implicados en las tarascadas extrajudiciales e ilegales.
Todavía deberán recorrer un largo camino, cargado de
aventuras, para que aprendan de los “aprovechados” y poder
regresar a casa con la miel, no ya en los labios sino en el
estómago.
En fin, la vida sigue. Y yo también.
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