La ciudad de Ceuta está más bonita que nunca y está
recuperando su historia y cultura, su identidad y verdadero
ser.
Hace dos semanas, el presidente Juan Vivas decía que el
gobierno seguiría comprometiéndose en potenciar el
patrimonio histórico, cultural y natural de la ciudad. En
los últimos diez años los logros culturales que se han
conseguido han sido extraordinarios.
Ceuta podría integrarse a esa red internacional de turismo
cultural que está dando vida a tantas ciudades que protegen
sus patrimonios históricos. Para ello tendría que abrir sus
puertas al mundo con una historia interesante que contar.
Promover el importante caudal de cultura que tiene Ceuta es
una inversión a corto y largo plazo que puede ayudar a
impulsar el desarrollo económico de la ciudad, creando
empleos, beneficiando al comercio y estimulando la
inversión.
Algunos pensarán que explotar este patrimonio histórico es
anclarse en el pasado, que el arte y la belleza son lujos
prescindibles, que tan solo es útil lo que es práctico, pero
esto obedece a prejuicios lamentables que tan solo puede
traer miseria a la ciudad.
El patrimonio histórico, cultural y natural forma parte de
nuestra estructura básica e integrarlo en nuestras vidas nos
hará más felices y mejores ciudadanos. Invertir en él puede
transformar en gran parte la economía de Ceuta
convirtiéndola en una ciudad próspera y moderna.
Pero para ello Ceuta tiene que crear una infraestructura
turística consistente, una historia que sea fácil de contar,
lo suficientemente interesante como para diseñar un circuito
que impresione al visitante dejando en él una huella que no
pueda olvidar.
Lo importante de cara al turismo cultural es introducir ese
atractivo cultural único, un tema fascinante que pueda
despertar la curiosidad, un paradigma en el cual la ciudad
de Ceuta pueda ser reconocida en el mundo.
A través de este arquetipo los operadores y las agencias
podrían organizar un programa interesante de viaje a Ceuta
despertando un interés especial en esta clase de turista
ávido que viaja generalmente con su familia buscando
aprender las fuentes de la cultura universal en Florencia,
Atenas, Roma, Granada, Córdoba, Antalya, Petra, Dubrovnik o
Rodas.
Granada tiene muchos encantos que mostrar: museos, jardines,
iglesias y rincones flamencos pero al final el turista la
define como la Ciudad de la Alhambra; Córdoba es de la
Mezquita, Sevilla es de la Giralda, Barcelona es de Gaudí, y
Ceuta… Ceuta podía convertirse en la “Ciudad de Hércules y
Ulises.”
La infraestructura se ha conseguido tan solo a medias, le
falta aún forma. Con unos fondos presupuestarios básicos,
Ceuta podría completar esa infraestructura turística
cultural.
El patrimonio es integral: la historia, la cultura y la
belleza natural de Ceuta se aúnan y complementan pero falta
terminar con una narración original y breve que pueda poner
el broche de oro al recorrido final.
Hay un yacimiento fenicio, restos romanos, una Basílica
Tardorromana, Baños Árabes, murallas Meriníes, una Puerta
Califal, figuras importantes nacidas en la Ceuta medieval
como Al Idrisi y Joseph Ben Yehudá, el extraordinario legado
portugués de las Murallas Reales y del infante Enrique el
Navegante, la increíble historia de su hermano el infante
Fernado, los museos de arqueología y de arte moderno, el
Parque Marítimo del Mediterráneo, las monumentales
esculturas de bronce…
Y de los estratos más antiguos aparecen en una cueva de
Benzú fósiles de animales e instrumentos que utilizaron los
primeros homínidos, revolucionando las teorías
antropológicas sobre como se produjo la expansión de
nuestros ancestros por el mundo.
Además de ello, el turista cultural gozará, entre otras
cosas, de la maravillosa Casa de los Dragones, de la
exquisita gastronomía basada en pescados y mariscos frescos,
de la luz única, de los fondos marinos, de las playas de dos
mares, y de ese crisol o “Melting Pot” formado por una
población de ceutíes procedentes de etnias y culturas
diferentes…
Todo ello se complementa, forma parte de un todo integral
que servirá para encantar al visitante e invitarle a volver.
Hay algunas ciudades en el Mediterráneo que gozan también de
encantos similares pero sin duda, lo que es exclusivamente
único, la mayor sorpresa que el turista cultural se pueda
llevar, es saber que Ceuta es una “Columna de Hércules” y
que es una parte importante de la “Odisea de Ulises,” los
dos héroes más importantes de la mitología clásica y los dos
episodios universales que todo país de este planeta conoce.
Esta es la “historia breve” que a mi entender, de cara al
turismo cultural, habría que fomentar de forma prioritaria.
Algunas personas pueden pensar que en Ceuta una empresa de
esta naturaleza sería casi imposible de realizar. Para ellos
el turismo cultural no podría desarrollarse debido a los
altos costes del transporte marítimo pero se equivocan.
Los gastos del transporte que suponen los siete minutos que
tarda el helicóptero de Algeciras a Ceuta o las 12 millas
náuticas que la separan por barco no serían obstáculos para
el desarrollo del turismo cultural.
Cientos de miles de turistas entusiastas de la cultura se
gastan mucho más viajando desde diferentes rincones del
mundo para ver la Alhambra, visitar “la Sirenita de
Copenhague,” o recorrer en cruceros la ruta de las antiguas
ciudades del Mar Mediterráneo.
Ceuta, Hércules y Ulises
Hay dos relatos únicos que puede contar Ceuta al mundo
relacionados con Grecia y Roma y que la identifican como una
ciudad mediterránea enigmática y excepcional.
El turista cultural lo podrá comprobar porque así lo
documentan los pensadores Homero, Platón, Aristóteles y los
geógrafos Estrabón y Pomponius Mela. Todos ellos son parte
hoy día del patrimonio de Ceuta. Sus esculturas en bronce
están emplazadas en el Paseo de las Palmeras, en el centro
de la ciudad.
Las consejerías de Cultura y Turismo podrían divulgar, junto
a los monumentos y esculturas, por medio de placas de metal,
textos en los tres idiomas, español, inglés y francés, que
explicaran toda esta rica información histórica y cultural.
Estas esculturas no son sólo objetos de adornos que
embellecen a la ciudad. En sus cuerpos de metal llevan el
fuego de los orígenes de Ceuta, son como antorchas que
mantendrán vivo durante cientos de años el fuego de su
historia. Ceuta, confirman todos ellos, es una “Columna de
Hércules.”
Así lo atestiguan estos grandes sabios que diseñaron el
pensamiento de Occidente escribiendo sobre las raíces de
Ceuta para orgullo de los hijos y residentes de esta ciudad
y las generaciones futuras
Antes se sabía vagamente algo sobre la vinculación de la
leyenda de Hércules con “Abyla” – Ceuta. Hoy el turista
cultural podrá ver como se alzan en la Plaza de la
Constitución y en la Bocana del Puerto dos estatuas de los
Hércules consideradas como las esculturas en bronce de
mitología clásica más grandes del mundo, de ocho metros de
altura y ocho toneladas de peso cada una.
En los últimos cinco años cientos de artículos y fotografías
se han publicado sobre ellas en los cinco continentes. La
prensa internacional ha comparado a la escultura de Hércules
con la estatua de la Libertad, comentando que “por fin la
diosa de Nueva York ha encontrado a su pareja…”
Miles de internautas han visitado tanto las páginas webs
como los videos en YouTube sobre el héroe predilecto del
Olimpo, el hijo de Zeus que descansa ahora en el corazón de
Ceuta.
El turista cultural podrá apreciar como poco a poco ha ido
subiendo a la superficie de Ceuta su patrimonio histórico y
cultural como si fuera un enorme “Titanic” de la historia
hundido injustamente durante tantos siglos en el vacío del
silencio.
Ceuta es una parte importante de la “Odisea” de Homero. El
poeta griego escribió en su obra universal sobre el romance
entre Ulises y la ninfa Calipso, hija de Atlas, que vivía en
“Ogigia” – Ceuta.
El turista cultural podría aprender como historiadores
importantes de la mitología, como V. Berard, en su estudio
“Les Navigations d´Ulysse” (vol. III, pág. 213), y el
profesor de la Universidad de la Sorbona de París, P. Grimal,
en su “Diccionario de Mitología Griega y Romana” (págs. 83,
532), afirman con toda seguridad que “la isla de Calipso es
sin duda la península de Ceuta.”
Ulises fue el gran héroe de la guerra de Troya, quien diseñó
el conocido caballo gigante de madera que dio la victoria a
los griegos. A su regreso a la isla de Ithaca para
encontrarse con su esposa Penélope, una tormenta envió su
nave al “fin del mundo conocido.”
Errante y náufrago fue rescatado por Calipso en la península
de Ceuta donde vivió con ella durante unos diez años y con
quien tuvo tres hijos, uno de ellos llamado Latino, quien
fuera después el rey más antiguo de Italia, el héroe epónimo
del latín.
Difícil de creer… pero el visitante podría aprender también
que el idioma español proviene de un personaje que nació en
Ceuta. Así lo afirmaba en su “Biblioteca Mitológica,” hace
22 siglos, el erudito historiador Apolodoro de Atenas.
La escultura de la “Calipso de Ceuta” no tendría nada que
envidiar a “la Sirenita de Copenhague,” del cuento de Hans
Christian Andersen, esculpida en bronce por Edgar Eriksen y
que se ha convertido a pesar de su tamaño (1,25 m. de
altura) en el símbolo de la capital danesa. La Sirenita
renunció a su inmortalidad a cambio de poseer el aspecto de
una mujer…
Por otra parte, Calipso tuvo que obedecer a Zeus quien le
pedía que dejara a su amante Ulises regresar con su esposa
Penélope. Al verlo partir, Calipso murió de tristeza y de
amor…
Dando a conocer al mundo su patrimonio histórico, cultural y
natural, la “Ciudad de Hércules y Ulises” podría convertirse
en una ciudad mediterránea moderna abierta al futuro.
* Ginés Serrán Pagán nació en Ceuta y ha residido durante treinta años en
Nueva York. Estudió en New York University el Master y
Doctorado en Antropología y ha sido Asesor de las Naciones
Unidas. Como pintor y escultor ha tenido 150 exposiciones en
los cinco continentes; entre otros reconocimientos
internacionales que ha obtenido, el año pasado recibió, por
su contribución artística y humanitaria, las Llaves de la
Ciudad de Miami.
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