Luces y sombras. En mitad de unas altas tasas de fracaso y
abandono escolar surgen medallas o menciones de excelencia.
No obstante, la educación en Ceuta, al igual que en
cualquier otra ciudad, debe ser siempre objeto de mejoras. Y
ese es el objetivo que se han planteado la Consejería de
Educación y el Ministerio a través de diversos convenios de
colaboración con la Universidad de Granada y, más
concretamente, con la Facultad de Educación y Humanidades.
Buena ‘culpa’ del éxito de estos proyectos la tiene el
vicedecano de Prácticas, Relaciones con los Centros e
Innovación Docente, Santiago Ramírez, quien se ha convertido
en artífice de varios estudios referentes a temas como el
acoso en las aulas o los motivos que influyen en el fracaso
del alumnado ceutí.
Así, coordinó el informe sobre ‘El abandono escolar temprano
en la ciudades de Ceuta y Melilla’, libro del que ya se
baraja una segunda parte centrada en ahondar en las
“cuestiones que más interesan al Ministerio de Educación”,
explicó Ramírez. De hecho, el profesor ya ha enviado al
equipo colaborador una propuesta que, de forma provisional,
llevaría por título ‘Por qué los jóvenes abandonan los
estudios antes de terminar la ESO: el caso de Ceuta’.
El papel de la familia, los motivos que inciden sobre el
abandono y qué decisiones tomar para afrontar este problema
son algunos de los capítulos que entrarían a formar parte de
este proyecto que sería publicado a nivel nacional a través
de la editorial EOS.
Sin embargo, una ciudad tan “interesante” como Ceuta en
cuestiones educativas está abierta a multitud de mejoras,
especialmente porque las instituciones “gastan mucho dinero
pero no terminan de verse los resultados”. Por ello el
interés en estos convenios se ha incrementado con el paso de
los años, “la percepción desde la UGR es que existe
confianza” y que el camino iniciado tiene que desembocar en
“análisis y reflexión”.
En cuanto a la Consejeria de Educación también se han puesto
sobre la mesa planes a largo plazo. El coordinador del
convenio MEC-Ciudad Autónoma, Emilio Díaz, se puso en
contacto con Ramírez para que este configurara estadísticas
sobre los casos de absentismo escolar, cada vez más
notorios. No existen datos relevantes para un problema tan
grave por lo que la idea es, según Ramírez, es “diseñar las
herramientas necesarias” para combatirlo y que, de momento,
no han sido establecidas. Sin embargo, el proyecto aún está
en fase embrionaria aunque la idea es “iniciarlo en el
próximo curso”.
Lo que ya es una realidad palpable son los avances en cuanto
a la investigación sobre los menores infractores, bajo el
título, ‘Análisis de las medidas alternativas al
internamiento y responsabilidad de menores de la Ciudad
Autónoma’, un proyecto que se inició el pasado año junto a
la Consejería de Asuntos Sociales.
Ramírez señaló que el equipo investigador continúa en la
primera fase del estudio, a pesar de que ya se han logrado
los datos de los menores, “se ha creado una base de datos
que no existía donde figuran datos desde 2001”. Para el
próximo curso académico la idea es “analizar los casos de
reincidentes” así como extraer una muestra de la población
para llevar a cabo una investigación más determinante.
Además la Consejería también ha hecho hincapié en la
necesidad de instruir al alumnado en cuestiones de género.
Para ello existe una subvención de la Ciudad dirigida a que
la Facultad de Educación organice propuestas relacionadas
con el tema.
Más allá de Ramírez, quien también elaborará un libro para
la CEAPA sobre el papel que juegan las familias en lograr el
éxito escolar de sus hijos, los vínculos entre instituciones
y Magisterio se han desarrollado mediante diversas
comisiones. Ese ha sido el caso de temas como el maltrato
infantil o la alimentación. Lo fundamental es la “unidad” de
cara al fomento de la máxima calidad educativa.
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