Del debate radiofónico entre el
Presidente Vivas, candidato del PP y Mohamed Alí de la
Coalición Caballas no se puede decir eso de que “superó
todas las expectativas”, en primer lugar por la inexplicable
falta de cortesía y la ignorancia de los más elementales
principios del protocolo por parte del líder de Caballas
que, por oposición al moderador y a Juan Vivas, de riguroso
traje de chaqueta y corbata, como demandaba la ocasión,
apareció en mangas de camisa y encima la camisa era de
rayas. Bueno, tampoco hay que quejarse en demasía, al menos
no se presentó en chandal.
Y con respecto al debate en sí mismo considerado el de la
Coalición, ante la detallada relación de datos y evidencias
con las que el Presidente Vivas aderezaba tanto sus
intervenciones como sus respuestas, repito, Mohamed Alí tan
sólo desgranó el arosteguizado discurso que viene repitiendo
a lo largo de sus ruedas de prensa semanales: todo está mal
y todo se ha hecho mal, todo es sospechoso y lo que no es
malo es fatal. Puro marketing localista.
Pura “pose” de cara a su electorado al que trata de dar la
imagen de “Apóstol de los pobres” cuando esa insistencia en
determinados sectores a los que quiere “acaparar” es un
canto a la discriminación para con el resto de la
ciudadanía, ya que, ese resto de la ciudadanía que jamás le
votará, importa más bien un carajo al señor Alí. Y como
quienes no le votan son una inmensa mayoría, molesta
sobremanera e irrita profundamente el que se permita hablar
de “todos los ciudadanos” o de “el pueblo de Ceuta” cuando
ni les representa, ni representa sus intereses, ni es quien
para atribuirse el hablar en nombre de ellos. Ni tampoco en
el nombre de “los barrios” apelativo que utiliza de forma
especialmente lastimera, como si en Ceuta existieran, que no
existen ni se les pasa por la cabeza, núcleos urbanos
similares a los que salpican casi todas las ciudades de la
geografía española, zonas totalmente marginales donde las
familias malamente subsisten de los bancos de alimentos y
chapotean entre calles sin asfaltar, bloques semiderruidos,
asentamientos de chabolas, con la luz enganchada, basuras y
ratas.
Los barrios de Ceuta, a Dios gracias, gozan de muy buena
salud y de muy buen estatus, se encuentran perfectamente
conservados, se han rehabilitado 1.030 viviendas, se han
realizado 400 intervenciones y no faltan ni plazas públicas
ni arbolado. ¿De esos barrios habla Alí?. Pues no, tampoco
habla ni representa a los vecinos de esos barrios que no le
votarían aunque fuera el último candidato sobre la tierra.
“Esos”, su calidad de vida, su nivel de satisfacción, sus
cuidadas calles y sus vidas “tampoco” entran en el discurso
del de la Coalición cuando habla con la boca llena de
“igualdad”, pero no de “igualdad” de oportunidades en lo
relativo a que, por la gratuidad de la enseñanza, el sistema
de becas y la globalización de la información, “todos” saben
perfectamente que el estudio, la formación, el esfuerzo
sostenido y la voluntad son los requisitos para progresar.
No, la “igualdad” de Caballas es la del marxismo caduco, la
que ahoga la iniciativa ya que por mucho que trabajes tienes
que seguir “siendo igual” y por mucha voluntad, tesón y
esfuerzo que utilices te obligan a “ser igual” porque no se
te permite ni ser más (porque lo merezcas) ni tener más
(porque lo hayas trabajado) ni destacar del resto, porque
entonces no eres un “igual” y eres “insolidario”. Puro
marxismo de enciclopedia, para encontrar el ejemplo más
cercano hay que alargarse a Corea del Norte o a Cuba.
Pero ese es el discurso con el que trata de engatusar a su
electorado, enseñanza gratuita, medicina gratuita, viviendas
sociales, sueldos sociales, ayudas sociales y “todos” a
trabajar para el Estado. ¿Y él se permite decir que los
programas sociales del Partido Popular son de
“beneficencia”? ¡Que poquito sabe Alí de la auténtica
realidad de España! ¡Y que bien vive en su burbuja ceutí! ¡Y
que insolidario es para con el resto de los españoles!. Él a
lo suyo, a su puñadito de votantes. Ni una palabra de apoyo
para las Pymes, ni un recuerdo para esos pequeños
empresarios y comerciantes que están pasando una ordalía con
la crisis, ni una referencia a los nuevos parados a quienes
los bancos arrebatan sus casas. Eso no va con él. Mejor
hablar de los aparcamientos públicos y de si los vecinos
tendrán que pagar una suma simbólica. Y criticarlo. Los
vecinos encantados de tenerlos, aunque estén apretados, como
toda España, por la crisis, pero él no se congratula ni se
alegra, sino que se amarga.
El discurso izquierdista y extraño de Alí parece apostar por
un igualitarismo gris, al estilo del antiguo bloque
soviético, no le entra en la cabeza que quienes pagan
religiosamente sus impuestos quieren verlos revertir logros
de progreso y mejoramiento constatables, ni tampoco concibe
que, la prosperidad de una ciudad requiere unas inversiones
en espacios públicos, en paisajismo, en conservación y en
restauración que repercutirán directamente en la
revalorización de las zonas, el auge de los comercios, las
ganancias de la hostelería, la creación de empleos por parte
de las empresas privadas y la llegada de visitantes que
harán girar la rueda de los dineros. La Coalición Caballas
pasa olímpicamente del motor y del tejido productivo de la
sociedad. Quieren una Ceuta “sin flores y sin estatuas”
puramente soviética, todos los bloques grises e idénticos y
si es posible un uniforme igualitario. Lógico que la mayoría
absoluta de los ceutíes se estremezca ante el discurso de
Mohamed Alí, porque es como volver a Berlín cuando el muro.
Las cifras y la lista de logros, mejoras, objetivos
cumplidos (Alí se exalta “¡Mentira!”), Vivas como una
apisonadora y el otro sin atender a razones, aunque la
política de empleo corresponda al PSOE y al Gobierno, Vivas
“es culpable”, aunque exista una crisis terrible a nivel
nacional la culpa siempre la tendrá Vivas y si nos han
rebajado los dineros de Europa en un 40% pero se sigue
tratando de paliar las necesidades de los más necesitados,
eso no tiene mérito, porque no hay bastante “igualdad”. Y
hay “racismo” ¿Que sería de la Coalición Caballas sin el
“racismo”? Ya saben, el recurso facilón “Usted no ha hecho
“borrar” las palabras de Carolina Perez de las actas del
Senado”. Las actas del Senado dan fe y no se borran ¡será
pepino!.
Show de cara a su escaso electorado, tenía que dar la nota y
la dio. Lo bueno ni está hecho ni existe, subida de tono con
las sospechas de enchufismo, él no dice más que lo que
supone que sus votantes quieren oirle decir, ni más ni
menos. Y en este caso el menos es más. Resulta poco creíble,
demasiado quejicoso y excesivamente encerrado y atrincherado
en su pequeño pedazo de realidad local.
Infinita paciencia y buen tono en el Presidente Vivas que
jamás perdió la corrección ni la compostura. Y quiere
prosperidad, progreso, modernización, proyección, flores en
Ceuta y que todos los ciudadanos disfruten de museos en las
calles y eso les llene de contento. Show made in Caballas.
Y a micrófonos apagados vuelven las formas, hay amables
saludos, ir en mangas de camisa resulta menos chocante, se
habla en tono distendido... Pero seguimos sin comprender la
preocupante fobia del arosteguizado Alí hacia las flores en
particular y ante la inmensa mayoría de los ceutíes en
general.
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