Quedan dieciséis días para las
elecciones y, con ellas, saber quienes han conseguido un
silloncito de poder. Ustedes quiero que entiendan mi
postura, con vista a estas elecciones donde, por encima de
todo tengo que defender mis intereses particulares. Cosa que
creo, con toda sinceridad, harían cualquiera de ustedes de
encontrarse en mi lugar, recibiendo esos sobrecitos lleno de
billetes verdes que tanto me ilusionan y que, sin duda
alguna, me van a permitir pegarme unas vacaciones de aquí te
quiero ver.
Por principio, barajo varios lugares alejados del mundanal
ruido, donde descansar a gusto, sin que nadie me venga a
molestar ni, por supuesto, me recuerden que no tardando
mucho me tendré que incorporar al curro, para seguir
recibiendo esos sobrecitos que tan feliz me hacen.
Lo que no saben es que ¡tengo tanto dinero!, que me da la
sensación de que no voy a volver al curro, pues en mi
pensamiento está comprarme una isla desierta de esas que
anuncian, que tienen todas las comodidades del mundo
mundial, y estar allí hasta que estire la pata. ¡Qué bonito
es tener tantos miles de millones!.
Y todo ello conseguido, sin acabar con nada y que me paguen
por acabar con ello en Granada. Lo mío, las cosa claras, me
lo pagan en esta tierra en sobrecitos enviados, cada mes, a
mi domicilio.
Sobrecitos que en cuanto llegan a su destino, son metidos en
una enorme caja fuerte porque los bancos, aunque algunos no
lo crean, debido a las grandes cantidades de dinero que les
meto, se han negado a aceptarme nuevas remesas.
Pensándolo bien, no me puedo ir a ninguna isla desierta y
vivir la vida. Ahora que tiene posibilidades Rajoy de
conseguir ganar unas elecciones generales, la cantidad a
percibir por éste “vendido” y “mercenario”, va a aumentar de
una forma brutal. Ustedes comprenderán que, en estos
momentos, y ante esa posibilidad, me tengo que quedar aunque
sea un par de años.
En fin, qué quieren que les diga, que solamente que en estos
dieciséis días que quedan para la elecciones, me tengo que
volcar en defender a quienes me pagan y darle caña a sus
adversarios. Es una obligación que tenemos los “vendidos” y
“mercenarios”. Cosas que somos según la opinión de esa
brillantísima y superior inteligencia política del mundo
mundial.
De momento y en cumplimiento de nuestras obligaciones hacia
quienes nos envían el sobrecito en cuestión, tenemos que
decir y décimos que los populares sacarán cómo mínimo 21
consejeros o algunos más.
Los socialistas que, por cierto, no me envían sobrecito
alguno, cosas que tengo que aclarar, van a sacar entre tres
o cuatro escaños. Lo que supone que me pueden hasta faltar
escaños, porque nada más que hay veinticinco.
Nada me extraña el acertar, después de ver y comprobar, el
escaso poder de convocatoria que tiene la suprema
inteligencia política de esta nuestra tierra y que, además,
no va a contar con voto alguno de la comunidad que él
esperaba se iba a volcar con la coalición.
Error, enorme error político el que se ha cometido por parte
de un líder que se ha aliado con un perdedor nato. Los
errores, en política, se pagan muy caros. Lo siento, tengo
que defender mis intereses.
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