Así de claro y así de solitaria
fue la manifestación del primero de mayo, en la que la falta
de afluencia de personal era lo realmente destacado.
Más pancartas que participantes y, por mucho que se empeñen,
desde el sindicato de CCOO, la paciencia y el interés de
quienes podrían haber ido ha llegado al límite, hasta tal
punto que, en su interior, piensan muchos que ya está bien
con haber sido utilizados muchos meses, para no recibir nada
y para que luego los sindicatos, con esas subvenciones que
reciben, vivan a lo grande, en tanto que los trabajadores, a
los que se manipula, muchas veces, no reciben nada.
Y que la cuestión sindical está a la baja, al menos en
Ceuta, nos lo demuestra el hecho de que las dos grandes
centrales sindicales, CCOO y UGT no han sido capaces de
ponerse de acuerdo, para marchar juntas en la manifestación
del domingo.
Cada central organizó sus actos y los posibles participantes
prefirieron quedarse en casa, al no tener claro, tampoco, lo
que no se había clarificado, con anterioridad, para el
propio sindicato.
Lo que no debemos dejar de lado es la desunión que en la
ciudad autónoma ha habido, en esta ocasión, en el Primero de
Mayo, algo que viene dándose con demasiada frecuencia, desde
hace varios años aquí.
Aunque traten de disfrazarlo, es público y notorio que las
dos grandes centrales sindicales, al menos aquí, no están
cercanas la una a la otra, con lo que UGT acostumbra a ir
por un lado y CCOO por la parte contraria. Ni en esto, ni en
una manifestación se ponen de acuerdo, cuanto más a la hora
de reivindicar mejoras para los trabajadores.
Y esta desunión de Ceuta choca, claramente, cuando estamos
hartos de oír y de ver que, a nivel nacional, Cándido Méndez
e Ignacio Fernández Toxo, aun manteniendo sus propias señas
de identidad cada uno, son capaces de ceder, en
circunstancias de este tipo, para juntos hacer más fuerza.
Aquí, en Ceuta, las cosas no son iguales y la manifestación,
un año más, no fue secundada por UGT.
Todos los medios de comunicación, en Ceuta, han coincidido
en lo mismo, en señalar el bajo número de participantes en
los actos conmemorativos del primero de mayo. Los medios más
optimistas sitúan en un número de 150 personas las que
secundaron esa manifestación del pasado domingo,
manifestación convocada por Comisiones Obreras, en la que el
distintivo, no podía ser otro, era el lema de “Todos contra
el paro”, lema que Comisiones hace suyo, pero que en la
actualidad lo recogerían como propio cualesquiera más que se
fueran a manifestar el 1 de mayo o el 18 de septiembre.
Ahora, y posiblemente la crisis y ese paro que trae
aparejado, es lo que ha ido desanimando a los seguidores de
las manifestaciones de otras veces, que, en esta ocasión,
especialmente aquellos que han visto reducida su economía,
sin posibilidades de enmendarla, han preferido quedarse en
casa para no meterse más en todo ese movimiento que les ha
hecho creer algo que, con el correr del tiempo, no les llegó
a ellos.
La crisis resta, incluso, afluencia a las manifestaciones,
esa crisis económica puede haber sido el detonante principal
para que los actos del primero de mayo cuenten con una
participación de ciudadanos realmente baja, llegando a una
escasez como no se había visto en años precedentes.
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