Triste y deslucido 1 de mayo, por
la crisis, porque aún resuena el eco del doloroso atentado
en el país vecino y porque resulta muy escamante que los
asesinos de ETA, así, por las buenas, se hayan dirigido a
los empresarios para informarles de que abandonan su
principal fuente de financiación: el impuesto
revolucionario. ¿Y de que van a comer los terroristas?. ¿Se
van a alargar al andamio a arrimar cemento?. ¿Les habrán
ofrecido los socialistas “algo” a cambio de este “golpe de
efecto” favorable a los intereses del Gobierno?. Ya nos
enteraremos, lo que es evidente es que los etarras no se van
a poner ni a trabajar ni a hacer cola en las filas del INEM
y tienen que seguir comiendo. Ya nos enteraremos y
probablemente antes del 22 de mayo. Mejor.
Deslucido 1 de mayo, lejanas ya las multitudinarias
manifestaciones de la Transición, mucha bandera roja, mucha
hoz y mucho martillo, ¡un susto!. Hoy por hoy las dos
grandes centrales sindicales han marchado por separado, en
Ceuta la UGT, siempre haciendo gala de sensatez y de
auténtico espíritu sindical, ha convocado una paella para
afiliados y simpatizantes y ha emitido un juicioso
comunicado, tratando de desdramatizar y de dar ánimos. Ellos
saben y todos sabemos que pasaremos los cinco millones de
parados si no se adelantan las generales, pero España entera
reza para que el Gobierno decida dejar de “vengarse” de los
españoles y se decida a marcharse porque, con diez puntos de
diferencia con el PP en los sondeos, se advierte de forma
evidente que el pueblo no les quiere y ese rechazo les
deslegitima de forma absoluta.
Tras el varapalo del 22 de mayo todos anhelamos una serie de
iniciativas para echar del Poder a aquellos que nos han
llevado a la situación actual. Elecciones generales ya.
Y mientras los ugestistas daban lecciones de moderación, los
de CCOO conseguían reunir en una manifestación a unos ciento
cincuenta de los casi nueve mil parados que existen en
Ceuta. Se ve que el poder de convocatoria de Aróstegui está
bastante depauperado, que su discurso victimista-vindicativo
carece de credibilidad, que los votantes de UDCE, hoy
integrada con Aróstegui en la Coalición Caballas, no están
dispuestos a “echarle un cable” y manifestarse por lo menos
para “hacer bulto” y seguramente los pocos que acudieron lo
hicieron por compromiso para con su Secretario General, que
no por ganas de echar el domingo por alto coreando lemas
insípidos, los lemas de Caballas-CCOO que no son
precisamente los excesos de imaginación izquierdista poética
de aquel mayo del 68.
Lo único positivo que encontramos en este descafeinado y
decaído 1 de mayo es la esperanza de que, si Dios quiere, el
día del trabajador del año próximo lo hagamos con otro
inquilino en la Moncloa, con los bancos en posición inversa
es decir, si ellos son quienes hoy tienen de rodillas a los
españoles que sean los que estén de rodillas ante el pueblo.
Con el dinero en movimiento, los créditos para las empresas,
las mejoras e incentivos para los empresarios, la generación
de puestos de trabajo, la reducción general del IRPF, la
política americana de desgravación del consumo, que los
chinos no se queden con todo el comercio y la hostelería de
la Nación y que si están se les obligue a pagar impuestos y
a dar empleo a españoles y que el dinero que van soltando
los jeques, los reyes y los sultanes del turbante sepamos
donde acaban.
Sabemos que de aquí a el próximo 1 de mayo nos queda un
camino por recorrer y mucho trabajo que arrimar para la
regeneración de España pero no nos importa, las dificultades
no nos han aniquilado el espíritu ni hemos perdido fuelle ni
fuerzas, al revés, aunque somos conscientes de que pasará
mucho tiempo antes que olvidemos la cara de la desesperación
reflejada en las colas del INEM, ese recuerdo nos dará
fuerzas para hincar aún más el lomo en la reconstrucción de
España. El 1 de mayo del año que viene será mejor y el del
siguiente infinitamente mejor y así año tras año.
Y además acabaremos enterándonos de los “por qués” de la
decisión de ETA de renunciar al pan que les ha venido
alimentando y entonces sí que se va a liar.
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