En el día de hoy, compartiré con
los lectores de este medio de comunicación algunas
reflexiones en relación a las últimas afirmaciones
efectuadas por quien en la etapa más oscura de nuestra
historia democrática protagonizara el mayor desajuste
económico experimentado en las cuentas públicas de la
ciudad. Un político que hoy ocupa la portavocía de una
coalición política empeñada en dar lecciones de austeridad a
un Gobierno Autonómico del Partido Popular, que ha
demostrado en los últimos años su total compromiso con una
sociedad que sufre los efectos perniciosos de la mayor
crisis socio económica de los últimos 33 años. Una situación
que atenaza a todas las economías domésticas de la ciudad
sin ningún tipo de distinción.
Quien hoy pretende dar lecciones de austeridad al Ejecutivo
del Partido Popular olvida, que los ciudadanos de Ceuta
recuerdan nítidamente el despilfarro de los fondos públicos
protagonizados por un concejal de Economía y Hacienda
preocupado exclusivamente en mantener su privilegiada
posición política. Un responsable municipal incapaz de
mantener el equilibrio financiero en unas desfasadas cuentas
de la ciudad en las que los gastos superaban ampliamente a
los ingresos hasta tal punto, que el Ayuntamiento de Ceuta
fue apercibido por un Ministerio de Hacienda preocupado por
una tasa de endeudamiento que superaba el límite establecido
por el Gobierno de España.
Muchas han sido las acusaciones vertidas en los últimos
meses contra el Ejecutivo ceutí tanto, por una presunta
falta de austeridad en las cuentas públicas como, por una
supuesta voracidad recaudatoria cuando, los ciudadanos
conocemos perfectamente la puesta en marcha en los últimos
años de diferentes medidas al respecto; el Plan de
Austeridad, que incluía la disminución en el gasto corriente
de todas las consejería y la congelación salarial de todos
los miembros del Gobierno y altos cargos así como, la puesta
en marcha del Plan de Maximización de Ingresos Públicos y
Ajustes Fiscales en apoyo de las pequeñas y medianas
empresas. Decisiones todas ellas encaminadas a facilitar los
recursos económicos necesarios al objeto de atender los
compromisos existentes con los diferentes proveedores.
Por el contrario, deberíamos recordar como al Ayuntamiento
de Ceuta, liderado en las cuestiones económicas por el
portavoz de la coalición, le crecían los impagos como
consecuencia de una manifiesta falta de liquidez. Podríamos
relacionar una lista interminable de acreedores pero, los
resumiremos en dos; la Empresa de Alumbrado Eléctrico a
quien se le debía setenta millones de las antiguas pesetas y
la Compañía Telefónica Nacional de España, a quien se le
adeudaban alrededor de 15 millones de esas mismas pesetas.
No obstante, la situación real de las cuentas públicas
dirigidas por el ahora portavoz de la coalición fueron
puestas a disposición de la ciudadanía tras conocerse los
resultados de la auditoria encargada por el nuevo equipo
municipal, que situaba la deuda del Ayuntamiento en 5.000
millones de pesetas en préstamos y créditos.
En definitiva, los ciudadanos ceutíes deberíamos responder a
las siguientes cuestiones: ¿cómo creerse los planteamientos
de quien demostró con hechos constatables su incapacidad en
la gestión económica de los recursos públicos?, ¿cómo
ofrecer nuestro apoyo electoral a quienes se han mostrado
totalmente irrespetuosos con las tradiciones culturales de
una parte importante de la sociedad caballa? y finalmente,
¿cómo admitir propuestas de quien ha insultado gravemente
tanto, a quienes apoyamos mayoritariamente al candidato del
Partido Popular en los últimos comicios electorales
celebrados como, a los medios de comunicación independientes
de nuestra ciudad, exceptuando a quienes les sirven?
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