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OPINIÓN - DOMINGO, 1 DE MAYO DE 2011

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 25

Hacía un mundo que yo no veía a Salvador Durá, delegado de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Así que hoy, cuando nos hemos encontrado, nos hemos puesto a recordar tiempos pasados. Salvador, por si ustedes no lo saben, fue un jugador de fútbol extraordinario, malogrado por sufrir una grave lesión cuando vivía un momento cumbre de su carrera. Con Salvador Durá estuve yo trabajando en una empresa local, en la década de los noventa, y debo decir que nuestras relaciones fueron inmejorables. Y él sabe bien de lo que hablo. Por lo cual, siempre que tenemos la oportunidad de charlar, que son muchas menos veces de las que desearíamos, salen a relucir aquellos años. Cuando descubro que ha perdido peso, Salvador me dice que se encuentra formidable en todos los aspectos y, naturalmente, en el físico. Y me cuenta cómo lo ha conseguido: comiendo menos fuera de casa y suprimiendo los vinos del alterne. Sacrificio que, acompañado de sesiones de carrera continua, le han devuelto una figura que había perdido. En fin, que mi estimado Salvador Durá está viviendo un momento estupendo; y uno, que siempre le ha tenido ley, no puede sino alegrarse.

MARTES. 26


A Enrique Juliá Benítez lo conozco yo desde hace la tira de tiempo. Me parece que hablé por primera vez con él nada más llegar yo a esta tierra. Y jamás hemos dejado de hacerlo. O sea, que llevamos ya la friolera de treinta años charlando cada vez que nos vemos. Y nos vemos con cierta frecuencia. Eso sí, en cuanto le echo de menos lo primero que hago es preguntarle a su hijo, José Juliá Nicolás, por él. Con el hijo de Enrique también he hecho yo siempre buenas migas. Y es que padre e hijo están avalados por una forma de ser a la que es imposible no responderle con un trato exquisito. Hoy, cuando me encontraba sentado a una mesa de la terraza de La Tasca de Pedro, se acercó a mí Enrique para que yo le explicara algo relacionado con tácticas futbolísticas. Y allá que nos pusimos a debatir acerca del asunto, ante la presencia de otro conocido mío que no dijo ni mu. Enrique, que siempre se ha confesado lector mío, le agrada sobremanera pegar la hebra conmigo. Y a mí, como ustedes comprenderán, me encanta conversar con él. Y, naturalmente, con su hijo: José Juliá Nicolás: un tipo estupendo

MIÉRCOLES. 27


Hacía una semana que había disfrutado yo de lo lindo viendo como mi equipo le ganaba la Copa del Rey a un extraordinario Fútbol Club Barcelona. Y, sin embargo, esperaba el primer encuentro de la Copa de Europa, entre ambos conjuntos, con cierto pesimismo. Pesimismo que a medida que se acercaba la hora del encuentro iba degenerando en miedo. Ese miedo que me producía saber que el Madrid terminaría, una vez más, quedándose con diez jugadores frente a once del equipo azulgrana. Por mor de una regla no escrita pero sí admitida en los despachos de la UEFA. En suma, que en la última conversación que tuve con otro madridista de pro, por teléfono, diez minutos antes de que comenzara el balón a rodar, le confesé los motivos que tenía para estar casi convencido de que el Madrid terminaría palmándola. Mira, le dije a mi interlocutor, el miércoles pasado en Valencia, hubo dos detalles que me hicieron comprender que nuestro equipo estaba sentenciado. El primero, debido a los cortes de manga que les hizo Pepe a los aficionados catalanes; el segundo, y verdaderamente significativo, la cara que mostraba, durante la entrega del Trofeo a los jugadores del Madrid, Ángel María Villar: presidente de la Federación Española de Fútbol. Villar parecía estar iracundo por la victoria madridista. En su cara se reflejaba la aversión que siente por el club presidido por Florentino Pérez. Ese odio que le hizo, en cuanto pudo, ponerse en contacto con Michel Plantiní, presidente de la UEFA, para indicarle que Pepe debería recibir el castigo que no tuvo en tierras levantinas. De modo que, cuando se produjo la expulsión de Pepe, ninguna extrañeza me produjo. Pues la esperaba como algo que estaba ya decidido.

JUEVES. 28


Me encuentro con Fernando Jover Cao de Benos y de Les en el paseo Alcalde Sánchez Prados. Y, tras los saludos de rigor, la cháchara comienza, como suele suceder entre nosotros cuando nos vemos. Fernando me recuerda lo que escribí acerca de que Mabel Deu, la consejera de Cultura, Educación y Mujer, aspiraba a ser la directora del Centro Asociado a la UNED en Ceuta. Y le respondí que si acaso se había sentido disgustado al conocer que Mabel tenía previsto postularse como candidata a sustituirle. Y Fernando, con su acostumbrada cachaza, me estuvo explicando lo que le dijo, en su momento, la señora Deu al respecto de lo escrito por mí. Y, claro está, su guasa en el decir, propició mi risa. Eso sí, ambos tuvimos el buen gusto de hacerle el articulo a Mabel Deu; debido a que es mujer que ha sabido ganarse nuestra simpatía y a la que le profesamos afecto. Fernando me recordó, antes de despedirnos, que le debo una visita a su despacho, prometida por mí hace ya la tira de tiempo. Y a mí solamente se me ocurrió decirle que hiciera el favor de comunicarle a Enrique Ávila Pérez, secretario de la UNED, que está en deuda conmigo. Y que Enrique sabe sobradamente el motivo.

VIERNES. 29


Ser de sangre azul. A las personas presuntuosas y remilgadas suele decírseles que parece que sean de sangre azul. Tradicionalmente se ha conocido a la aristocracia como gente de sangre azul. Este apelativo proviene de la blancura de su piel que dejaba traslucir el azulado de las venas, en contraste con la del pueblo, que debido al trabajo diario estaba curtida y tostada por el sol. En el Real Madrid, si nos atenemos a lo que dice esta frase hecha de la lengua castellana, Valdano y Butragueño podrían dar el pego. Valdano y Butragueño, tanto monta, monta tanto, mean colonia y se la cogen con un papel de fumar. Han sido siempre así, y les ha ido tan bien en la vida que no tienen por qué cambiar. A la forma de ser de ambos, fariseos por excelencia, la llegada de Mourinho no les apetecía. E hicieron todo lo posible por convencer a Florentino Pérez para que cambiase de idea. Sin conseguirlo. Desde ese momento, comenzaron a urdir trampas contra el portugués. Ahora, tras los incidentes del Madrid-Barcelona, han vuelto a la carga. ¿Cómo? Usando los medios del Grupo Prisa, del que Valdano ha sido siempre fiel servidor, para que destile peste contra Mourinho y, sobre todo, para que el vestuario se rebele contra su entrenador. Florentino Pérez tiene una ocasión pintiparada para ponerlos a los dos en su justo sitio. Porque mucho me temo que si Mourinho, al verse desprotegido, decide poner los pies en polvorosa, el Madrid quedará a merced de sus enemigos. Los amigos para siempre del Barça. Es decir, Villar y Platiní, quienes, con la ayuda de Valdano y Butragueño, harán posible que el equipo azulgrana siga siendo intocable. O sea, el juguete preferido de la realeza futbolística.

SÁBADO. 30

Mañana (hoy, para ustedes) se celebra, con motivo del día Internacional del Trabajador, la manifestación del Primero de Mayo. Cuando las cifras de parados son ya mareantes. Del drama de los parados he escrito yo en no pocas ocasiones. Porque lo he vivido en mis propias carnes. Un hombre sin trabajo va de un lado a otro por la casa como un perro abandonado. Se ha descrito con frecuencia el desasosiego psicológico del parado. Más allá de la inquietud material, el hombre privado de trabajo experimenta una angustia existencial. No solamente culpa a la sociedad que le ha arrebatado la posibilidad de ganarse la vida, sino que también duda de sí mismo, de su capacidad. Un varón sin trabajo se siente casi emasculado. Y es que el mundo del trabajo había sido concebido, organizado y construido por los hombres. No olvidemos que hasta no hace muchos años, eran los hombres quienes controlaban casi exclusivamente su funcionamiento, arrogándose todos los mandos. Las mujeres trabajaban, ciertamente, pero en la casa. Eran muy pocas las que tenían acceso a tareas destacadas. Sólo tenían derecho a labores secundarias. Las que deseaban progresar levantaban los ojos hacia lo alto y sólo veían hombres. Las cosas han cambiado, justo es reconocerlo. Aunque todavía hallan las mujeres resistencia por parte de los hombres. En fin, que la manifestación de este año llega en momentos donde el paro está haciendo que innumerables personas hayan pasado de llevar una vida de clase media a verse sumida en la pobreza. Terrible situación.
 

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